En el estudio «El perfil tecnológico de la producción agropecuaria Argentina» (INTA, 2002), los cultivos se agruparon así:
Luego los cultivos se agruparon de acuerdo al nivel de tecnología utilizado (Cuadro 1).
CUADRO 1
Superficie, número de productores y
producción de acuerdo al nivel tecnológico
Grupo de Cultivos |
Nivel |
Área |
Productores |
Producción |
Principales |
Cereales y oleaginosas |
Bajo |
3 187 |
38 |
7 015 |
Soja |
Medio |
8 413 |
75 |
24 564 |
Trigo |
|
Alto |
5 103 |
28 |
19 545 |
Maíz |
|
Total |
16 |
141 |
51 124 |
Girasol |
|
|
703 |
|
|
|
|
Cultivos frutícolas |
Bajo |
64 |
14 |
532 |
Citrus |
Medio |
80 |
8 |
1 864 |
Viña |
|
Alto |
75 |
2 |
1 751 |
Manzanas |
|
Total |
219 |
24 |
4 147 |
Peras |
|
Cultivos |
Bajo |
361 |
31 |
3 733 |
Algodón |
Medio |
543 |
22 |
8 761 |
Caña de azúcar |
|
Alto |
370 |
9 |
12 318 |
Tabaco |
|
Total |
1 274 |
62 |
24 812 |
Yerba |
|
Cultivos hortícolas |
Bajo |
27 |
4 |
516 |
Papas |
Medio |
23 |
3 |
533 |
Ajo |
|
Alto |
48 |
1 |
2 036 |
Cebolla |
|
Total |
98 |
8 |
3 085 |
Tomate |
Nota: Las cifras no son totales nacionales, sino que son agregados de los rubros y regiones para los cuales se pudo obtener información por nivel tecnológico.
CUADRO 2
Diferencias de rendimientos entre diferentes
niveles tecnológicos
Grupo de cultivos |
Bajo-medio |
Medio-alto |
Bajo-alto |
Granos |
27% |
24% |
44% |
Cultivos frutícolas |
55% |
38% |
70% |
Cultivos hortícolas |
18% |
15% |
44% |
Cultivos industriales |
37% |
28% |
55% |
En el caso de los granos, los productores de tecnología media y alta explican el 82 por ciento del área y el 86 por ciento de la producción, mientras que en el caso de los cultivos de frutícolas el 8 por ciento de los productores que poseen un alto nivel de tecnología produjeron el 42 por ciento de la producción. En el caso de los cultivos industriales el 14 por ciento de los productores con alto nivel tecnológico produjeron el 50 por ciento de la producción.
Se definieron tres niveles de adopción de tecnología, según el tipo de técnicas usadas por un determinado sector. Las variables incluyeron rendimiento, áreas de producción, número de productores, indicadores económicos, tamaño de las explotaciones y limitantes para la adopción de tecnología. Estas últimas fueron evaluadas según un rango desde sin limitantes (0) hasta serias limitantes (3). El Cuadro 2 resume las diferencias de productividad entre niveles, expresada como proporción de los rendimientos del nivel más alto.
La brecha entre el nivel bajo y el medio en general es más alto que entre el nivel medio y el alto, con algunas excepciones dentro de cada grupo. La diferencia entre los extremos es cerca del 50 por ciento para cada grupo de cultivos.
Durante la última década ocurrieron profundos cambios en el perfil de los productores agrícolas, especialmente en los de la región Pampeana (White, 2000).
Uno de cada cuatro productores posee educación terciaria o universitaria completa. Sin embargo, el 43 por ciento de productores en la Pampa húmeda no han terminado la educación secundaria. Hay variaciones considerables entre las regiones.
Aproximadamente el 28 por ciento de los productores de la Pampa húmeda viven en sus explotaciones, sin embargo, en ciertas regiones solo reside el 10 por ciento. Solo el 15 por ciento de los productores viven en ciudades con más de 50 000 habitantes, fuera de la región del sudeste de Buenos Aires, donde la cifra llega al 38 por ciento.
Del total de la población nacional en 2001, 37, 5 millones de personas, solo 4, 4 millones fueron clasificados como rurales, y 3, 7 millones o un 10 por ciento del total, como agricultores (FAO).
Muchas instituciones están implicadas en la provisión de asistencia técnica al sector agropecuario. Se incluyen programas estatales, nacionales y provinciales, instituciones privadas sin fines de lucro, empresas consultoras, técnicos independientes, distribuidores de agroquímicos, de semillas y de otros insumos etc. El nivel de la asistencia ha mejorado perceptiblemente durante la última década. En 1992 el 44 por ciento de los productores no recibió asistencia mientras que hoy esta figura llega apenas a uno de cuatro productores. Ochenta y cuatro por ciento de los productores tienen además asesoramiento contable e impositivo.
Actualmente cerca del 50 por ciento de los productores
cultivan tierra alquilada (Cuadro 3). El mercado inmobiliario de propiedades
rurales es muy activo. La tendencia cada vez mayor hacia la compra de la tierra
para alquilarse refieja la atracción de la inversión en tierras
debido al bajo nivel de endeudamiento en agricultura, la ausencia de las
oportunidades alternativas de inversión y el bajo costo de oportunidad
del capital. Un productor propietario puede ampliar
significativamente el
área cultivada alquilando tierras.
CUADRO 3
Región Pampeana: productores
propietarios y arrendatarios
|
Propietario |
Alquilada |
||
Año |
2000/01 |
2001/02 |
2000/01 |
2001/02 |
Miles de ha |
273 |
175 |
313 |
136 |
Porciento |
47 |
56 |
53 |
44 |
Fuente: Fertilizar. Datos sin publicar.
Esta región produce las principales cosechas de grano (trigo, maíz, soja y girasol). Aproximadamente el 15 por ciento de las explotaciones en la Pampa húmeda son mixtas, el 28 por ciento agrícolas y el 28 por ciento exclusivamente ganaderas. En los últimos años hubo un aumento en las explotaciones puramente agrícolas a expensas de las exclusivamente dedicadas a la ganadería. En 1992 las explotaciones agrícolas representaban alrededor de un tercio, aumentando al 44 por ciento en 1999 (White, 2000). La población de ganado cayó en el mismo período desde 32 a 27 millones de cabezas.
En términos de área cultivada, los principales cultivos son soja, trigo, maíz y girasol en ese orden. Los cultivos secundarios son sorgo, cebada, maní y lino.
Luego de la eliminación de los impuestos a la exportación en 1991, la producción de granos se volvió mucho más atractiva al sincerarse los precios. De una producción nacional promedio de cereales y oleaginosas de 29 millones de toneladas entre 1989 y 1991 esta aumentó a más de 50 millones hacia el final de la década.
En el mismo periodo, hubo una significativa concentración de la propiedad de la tierra, con reducción en el número de productores y aumento en el tamaño medio de las explotaciones en la región Pampeana (Cuadro 4).
Los cambios tecnológicos más importantes de los años 90 fueron el aumento en el uso de fertilizantes y la adopción de la siembra directa (Figura 3).
CUADRO 4
Número y superficie promedio de
explotaciones en la región Pampeana
Region Pampeana |
Numero de explotaciones |
Tamaño promedio |
||
|
1988 |
2002 |
1988 |
2002 |
Buenos Aires |
196 |
136 |
391 |
531 |
NEA |
85 |
68 |
222 |
284 |
NOA |
65 |
56 |
261 |
238 |
Valles irrigados |
69 |
52 |
363 |
498 |
Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), 2003.
FIGURA 3
Desarrollo de la siembra directa para los
principales cultivos
Fuente: Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (AAPRESID), 2003. (Los porcentajes indican la proporción sobre el total nacional).
Actualmente, una de cada tres ha sembradas en la Pampa húmeda es hoy con el sistema de siembra directa. Este desarrollo se explica por el aumento en el costo de los combustibles, la disponibilidad de herbicidas baratos y eficientes y el potencial de producción de variedades de soja resistentes al herbicida más popular: glifosato. Con la mejora de las tecnologías de uso de fertilizantes, la siembra directa también se utiliza cada vez más en los cultivos de cereales.
Hay dos sistemas agrícolas principales en las regiones no pampeanas, un sistema de agricultura de subsistencia, que no se considera en este estudio, y un sistema comercial caracterizado por la intensificación, la inversión de capitales y el uso de agroinsumos modernos.
En la última década también ocurrieron importantes cambios en la agricultura de las economías regionales. En el norte hubo un significativo aumento del área sembrada, ampliando así la tradicional frontera agrícola. En una década, el área sembrada en cuatro provincias: Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Chaco, aumentó de uno a más de tres millones de ha, con una tasa de incremento anual del 6 por ciento. Hasta 1997, las áreas sembradas con arroz y algodón que se destinaban principalmente al mercado brasileño mostraron un crecimiento continuo, pero con la devaluación del Real brasileño en ese año disminuyeron significativamente su rentabilidad y gran parte de su área fue reemplazada por soja.
Los cultivos industriales tales como caña de azúcar, tabaco y algodón se siembran particularmente en el noroeste, mientras que la yerba mate y el té en el nordeste. Los cultivos subtropicales tienen un buen potencial en la región y hay áreas importantes para el cultivo de hortalizas de primicia.
En la región de los Valles Irrigados los principales cultivos son viña, nueces, aceitunas y especies hortícolas. En el Comahue las principales especies frutales son manzanas y peras.
Los sistemas de riego a presión (aspersión, microaspersión y goteo) de los frutales y de los cultivos hortícolas a campo o en invernadero han aumentado a una tasa exponencial (Figura 4).
FIGURA 4
Desarrollo del riego a
presión
Fuente: Morabíto et al. (1997).