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11. LECCIONES APRENDIDAS Y RECOMENDACIONES


Es necesario compartir lo que prioritariamente se ha aprendido en la ejecución de este proyecto, ya que por ser jóvenes los protagonistas principales, indiscutiblemente han generado experiencias.

Lecciones aprendidas

No existe precedente alguno de proyectos productivos con jóvenes en las comunidades de Miramar y Buenos Aires, lo cual impidió conocer experiencias similares que retroalimentaran al grupo para decidir qué hacer o no hacer; es claro que un proyecto de jóvenes adolescentes es diferente porque se trata con personas en etapa de transición de niño a joven, con carácter, personalidad y expectativas no muy bien definidas. Por eso las estrategias y metodologías empleadas fueron adaptadas y creadas para este tipo de experiencia.

No es posible arriesgar el éxito de un proyecto construyendo algún tipo de infraestructura colectiva en terreno ajeno, y aún más, cuando no hay un documento legal que prevalezca ante problemas futuros de uso y posesión. Así mismo, se logró percibir que por el esfuerzo empleado en la construcción y producción, las galeras significaban mucho para padres de familia y jóvenes, y cuando se originó el problema que terminó en el desmantelamiento de una de ellas, la organización del grupo se desequilibró a tal punto que éste se dividió, surgiendo viejas tensiones familiares que no permitieron conciliar, ni con los jóvenes ni con sus padres y madres. Es claro que los agentes de extensión de CENTA-El Peñón y otras partes interesadas de apoyo, desconocían estos trasfondos culturales, sociales y económicos en estas comunidades ni la interacción de estos factores en la conducta de los jóvenes.

Los lazos de comunicación entre las partes interesadas de apoyo, fueron una experiencia gratificante y motivadora que permitió equilibrar el trabajo y estudio del grupo juvenil, a fin de que no descuidaran ambas responsabilidades.

No es posible otorgar mucha libertad de acción con respecto a la toma de decisiones sobre el dinero, sin análisis previo, ni oír o tomar las recomendaciones sugeridas por las partes interesadas de apoyo. A pesar de que el grupo puso la normativa para usar el dinero generado y CENTA asesoró y recomendó su cumplimiento, parte del grupo se dejó llevar por su inmadurez y presión de las comunidades y decidieron gastar más de lo debido.

En el equipo de partes interesadas que se conjugaron, se hizo sentir la falta de otras disciplinas que ayudaran a orientar a una juventud que el ambiente del proyecto la liberó y forjó de una manera impredecible. En un grupo juvenil así, no se puede pensar en apoyar sólo con dirección productivista, porque hay factores emocionales, físicos, mentales y espirituales que tratar y forjar.

El grupo juvenil se caracterizó por su unión; se veían como hermanos; era impresionante; trabajaban como iguales, hasta que se dividieron por las hostilidades sufridas en la galera que se desmanteló. Es de comprender que un grupo de jóvenes dependientes, hace lo que sus padres les aconsejan en momentos así. Tal es este caso y se debió actuar con prudencia, porque al inicio de los problemas nadie quería dividirse, pero terminaron cediendo y obedeciendo lo que sus padres decían.

Es de esperar ciertas irresponsabilidades en un grupo así. No es en todos sino en una parte de ellos. Saben qué y cómo hacer las cosas por la formación recibida, pero producto de su etapa de transición, toman como juguete o indiferencia la formalidad que un proyecto demanda en su ejecución. Aquí se puede observar el temple y carácter en la actuación de todos, y que puede evidenciar rasgos de liderazgos positivos y/o negativos en el grupo.

Recomendaciones

Debe revisarse la posibilidad de integrar a este proyecto de jóvenes y a otros similares en el futuro, un equipo multidisciplinario de entidades bajo el concepto de alianza estratégica, para no atender sólo lo productivo, sino lo administrativo-contable, lo sociológico, psicológico, sanitario, cultural, y espiritual, entre otros; pero esta atención debe ser más sostenida a fin de que el apoyo sea visto como un medio para lograr un desarrollo humano, y el éxito esté garantizado.

Para ello, también debería reforzarse la estrategia de involucrar a estudiantes de diferentes facultades de las universidades así como también a los voluntarios del Cuerpo de Paz, para que desarrollen su servicio social en proyectos juveniles productivos futuros.

Debe revisarse el perfil actual del participante en un proyecto juvenil, considerando la inestabilidad que como joven tiene y los riesgos de fracaso y frustración que se tienen.

Debería ser una norma que todo proyecto asociativo con fondos para infraestructura debe procurar legalizar su uso y posesión, a través de un documento legal, cuando se construye en terreno cedido.

El uso del dinero no debería dejarse tan libre, aún más cuando el proyecto no esté consolidado; la parte interesada de apoyo más identificada y de confianza sería la indicada para tener su firma registrada, junto con la de dos directivos, a fin de salvaguardar en el banco, al menos lo del capital de trabajo para darle continuidad al proyecto.

Los padres de familia deberían conformar un comité de asesoría y apoyo que les permita comunicarse, acercarse, y darle cierta seriedad al grupo; cuando la construcción termine, es necesario que no se sientan ajenos a lo que pasa en el proyecto y así poder recomendar la adopción de mejores decisiones y saber que juntos están construyendo el futuro.


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