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5.1 Introducción


Pocos temas de la política económica han inspirado tantas controversias y conflictos a través de los siglos como la tenencia de la tierra agrícola. Quizás esto no deba sorprender, ya que en la mayoría de los países la tierra es la forma principal de riqueza rural y, a veces, de la economía en su conjunto. También puede representar una fuente de estatus social e influencia política. Por lo tanto, las políticas de tenencia de la tierra afectan poderosamente los ingresos de las familias y la distribución de la riqueza, además de las estructuras sociales y políticas. Además, ya que la tierra es un recurso productivo importante, los responsables de las políticas nacionales frecuentemente han sentido una responsabilidad especial hacia la definición de su marco de política, incluso para asegurar que se utilice eficientemente y para definir los usos a los cuales se debería dedicar. También influyen fuertemente en estas políticas las formas tradicionales o consuetudinarias de tenencia y manejo de la tierra. Probablemente no existe otro tema de política económica en que las formas tradicionales de hacer las cosas tengan raíces históricas tan profundas. Así, las ideologías y las ideas acerca del rumbo apropiado de la política económica se combinan con antiguas tradiciones y vitales intereses personales de gran parte de la población, en una mezcla potente constituida por las políticas de tenencia de la tierra.

Un aspecto de la Revolución Francesa ilustra las dificultades para poner en práctica las políticas de tenencia de la tierra:

Durante la Revolución Francesa... los miembros de la Convención estuvieron renuentes a diseñar e implementar reformas agrarias “simplemente porque estaban asustados de la inmensa complejidad de los temas rurales concretos”[192].

En estas circunstancias, no puede esperarse que determinado conjunto de directrices de política proporcione prescripciones de validez universal. Más que en cualquier otro campo de la política agrícola, las soluciones adecuadas deben ser desarrolladas en el contexto histórico, social y político de cada país. Lo que las pautas o directrices pueden pretender es esclarecer los objetivos que están en juego, identificar algunos temas principales, revisar y evaluar enfoques alternativos, y ofrecer ejemplos de políticas y de reformas viables. En este sentido, el análisis objetivo de los problemas y marcos ilustrativos puede ayudar a los responsables de las políticas a diseñar variantes apropiadas a sus propios países.

Para los temas de la tenencia de la tierra, cabe tener presente en todo momento las palabras de cautela de Abhijit Banerjee, en su reciente artículo acerca de enfoques alternativos a la reforma agraria:

... necesitamos saber más. Desarrollar políticas que pueden modificar las vidas de un gran número de personas siempre es preocupante, pero lo es más aún cuando ello se basa en gran medida en la especulación[193].


[192] A. Moulin, Les Paysan dans la Société Française de la Révolution à Nos Jours, Edition du Seuil, París, 1988, citado en J.P. Platteau, Land Reform and Structural Adjustment Sub-Saharan Africa. Controversies and Guidelines, Economic and Social Development Paper No. 107, FAO, Roma, 1992, pág. 291.
[193] Abhijit Banerjee, “Prospects and Strategies for Land Reform”, Annual World Bank Conference on Development Economics, 1999, ed. por Boris Pleskovic y Joseph Stiglitz, Banco Mundial, Washington, D.C., 2000, pág. 272.

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