Las lluvias buenas y generalizadas recibidas en enero, despu�s del retraso y la irregularidad de las precipitaciones ca�das desde que comenz� la temporada en octubre, mejoraron las condi-ciones de crecimiento para los cultivos, particularmente los cereales. Hasta ahora las pers-pectivas para la cosecha que comenzar� en abril son en general favorables. Es probable, sin embargo, que el deterioro de la situaci�n de seguridad de los �ltimos meses haya incidido ne- gativamente en las siembras, al proprio tiempo que la escasez de insumos agr�colas y la in-suficiencia de las lluvias recibidas en las provincias centrales y meridionales podr�an reducir el potencial de rendimiento.
La situaci�n del suministro de alimentos sigue siendo extremadamente inestable debido a la intensificaci�n de los conflictos civiles, particularmente en las provincias centrales de Bie, Huambo y Moxico, que est� causando nuevos desplazamientos masivos de la poblaci�n hacia las capitales de las provincias en busca de seguridad. El n�mero de las personas desplazadas en el interior, que se hab�a estimado anteriormente en 2,7 millones, ha ido aumentando constantemente en todo el pa�s durante los �ltimos meses. La inseguridad est� impidiendo tambi�n la prestaci�n de asistencia humanitaria. Seg�n estimaciones de finales de enero, alrededor de 305 000 personas vulnerables hab�an quedado aisladas en Angola central debido a las intensas operaciones militares en curso. Las necesidades de ayuda alimentaria para la campa�a comercial 2001/02 (abril/marzo) ascienden a 176 000 toneladas de cereales, que en su mayor parte hab�an sido prometidas para finales de enero de 2002.
Las perspectivas para la cosecha de cereales de este a�o, principalmente sorgo, son inciertas. En noviembre, la estaci�n de las lluvias comenz� bien, pero a partir de la tercera d�cada de diciembre las precipitaciones recibidas en las zonas productoras han sido muy inferiores a lo normal, lo que ha afectado al desarrollo de los cultivos. En las pr�ximas semanas las lluvias constituir�n un factor decisivo para el resultado de la campa�a agr�cola.
La situaci�n del suministro de alimentos es en general satisfactoria, gracias a la capacidad de importaciones comerciales del pa�s para colmar su d�ficit de alimentos.
Las perspectivas para la cosecha de cereales de 2002, que se recoger�n a partir de abril, son favorables. Unas precipitaciones entre normales y superiores a lo normal recibidas desde el comienzo de la campa�a han alentado a los agricultores a sembrar una superficie m�s extensa y han beneficiado el desarrollo de los cultivos.
La situaci�n del suministro de alimentos es dif�cil como consecuencia de la mengua de la cosecha de cereales del a�o pasado, particularmente para las familias que viven en los distritos m�s damnificados por diversos desastres naturales. Las estimaciones oficiales m�s recientes sobre la producci�n de cereales en el a�o 2001 se han revisado al alza a 159 000 toneladas, volumen ligeramente superior a la del a�o anterior pero muy inferior a la producci�n media. La necesidad de importaci�n de cereales se estima en 263 000 toneladas. El ritmo de las importaciones comerciales ha sido lento y no deber�an cubrir totalmente las necesidades, lo que implicar� una disminuci�n del consumo de los grupos m�s vulnerables de la poblaci�n.
Una racha seca registrada durante el mes de enero, despu�s de unas lluvias irregulares recibidas en noviembre y diciembre, particularmente en las zonas septentrionales y centrales, ha empeorado las perspectivas para la cosecha principal de arroz de 2002. Puede que la producci�n se haya visto afectada negativamente por la reducci�n de la superficie plantada como efecto del pronunciado descenso de los precios debido a la cosecha abundante obtenida en 2001 y a la cuant�a de existencias remanentes disponibles.
A principios de enero, la tormenta tropical Cyprien azot� la regi�n sudoccidental causando inunda-ciones localizadas que afectaron a alrededor de 1 900 familias. El Gobierno ha prestado asistencia de urgencia a la poblaci�n afectada, y la situaci�n del suministro de alimentos sigue siendo en general estable, gracias a la buena cosecha del a�o pasado y al descenso de los precios de los alimentos.
El suministro alimentario es muy dif�cil debido a la merma de una cuarta parte de la cosecha de ma�z de 2001, damnificada por las lluvias excesivas y las inundaciones. La reserva estrat�gica de cereales que a principios de la campa�a comercial (abril) se encontraba en un nivel bajo, pese a las abundantes cosechas obtenidas en los dos a�os anteriores, ahora est� totalmente agotada. Los precios del ma�z, el alimento b�sico, han subido en un 400 por ciento, por t�rmino medio, con respecto a sus niveles de hace un a�o. Esto ha reducido notablemente el acceso a los alimentos de grandes sectores de la poblaci�n vulnerable. El Gobierno ha estipulado acuerdos para importar 150 000 toneladas de ma�z, pero a fines de enero s�lo hab�an entrado en el pa�s 60 000 toneladas debido a problemas de transporte en la subregi�n. Se se�ala, sin embargo, una afluencia considerable de importaciones transfronterizas procedentes de Mozambique y Tanzan�a, en gran parte no registradas. En algunas partes meridionales del pa�s, en las que el a�o pasado las inundaciones afectaron a cerca de 650 000 personas y se registraron graves p�rdidas de cosechas, los alimentos han empezado a escasear en las familias. El Gobierno ha solicitado ayuda alimentaria internacional.
Las perspectivas para las cosechas de cereales de 2002, que se recoger�n a partir de mediados de abril, son en general favorables gracias a unas lluvias abundantes recibidas desde el comienzo de la campa�a, y se se�ala que la situaci�n de los cultivos de ma�z es buena en la mayor parte del pa�s. Sin embargo, el exceso de lluvias recibidas en diciembre, en la segunda d�cada de enero y a principios de febrero provoc� el desborde de muchos r�os e inundaciones localizadas en 11 de los 27 distritos del pa�s. Los distritos m�s afectados fueron Karonga, Salima, Blantyre y Chikwawa. Se se�ala que un total de 20 000 familias han sufrido p�rdidas de propiedades y cosechas. Aunque todav�a no se conoce el alcance de los da�os causados a los cultivos, es probable que el exceso de lluvias haya afectado a los rendimientos en esas zonas.
El tiempo seco imperante en todo el pa�s durante el mes de enero, salvo en el extremo norte, afect� a los cultivos de cereales de 2002 que se cosechar�n a partir de mayo.
Los precios del ma�z, que aumentaron inmediatamente despu�s de la cosecha de mediados de mayo, han continuado subiendo. Los aumentos mayores se han se�alado en las provincias septentrionales; en Nampula, a mediados de diciembre el precio medio del ma�z hab�a subido m�s del 300 por ciento con respecto al comienzo de la campa�a comercial. Actualmente, los precios son muy superiores a los del a�o pasado. El alza se debe principalmente a la fuerte demanda de los pa�ses vecinos, Malawi, Zambia y Zimbabwe, en los que la producci�n hab�a menguado significativamente en 2001. En general, los grupos pobres y vulnerables han visto limitada su posibilidad de comprar alimentos debido a los precios altos del ma�z, el principal alimento b�sico del pa�s.
En las provincias meridionales de Maputo, Gaza e Inhambane, donde la cosecha de 2001 se vio menguada por segundo a�o consecutivo, la situaci�n alimentaria es dif�cil. Se est� distribuyendo ayuda alimentaria de urgencia a 172 000 personas vulnerables de esas provincias hasta la pr�xima cosecha que comenzar� en abril.
Unas lluvias inferiores a la media recibidas desde la tercera d�cada de diciembre en las zonas productoras de cereales del norte perjudicaron a los cultivos de ma�z y sorgo de 2002 sembrados �ltimamente. Las perspectivas para la cosecha son inciertas.
La situaci�n nacional del suministro de alimentos es dif�cil debido a la cosecha menguada del a�o pasado. Las importaciones comerciales previstas son inferiores a las necesidades, lo cual probablemente dejar� un d�ficit descubierto en la campa�a comercial de 2001/02 (mayo/abril). Los grupos vulnerables de las zonas urbanas y rurales est�n atravesando dificultades alimentarias.
Las perspectivas para la cosecha de ma�z de 2002, que se recoger� a partir de mayo, son favorables. Ello se debe a un incremento de la superficie sembrada con ma�z, como efecto de los precios favorables de las copiosas lluvias recibidas durante el per�odo de siembra. La superficie sembrada con ma�z blanco y ma�z amarillo aument� un 9 por ciento y 3 por ciento, respectivamente. En diciembre y enero las precipitaciones han estado en torno a lo normal. Se prev� que la producci�n de ma�z se recuperar� con respecto al nivel reducido de 2001.
La situaci�n del suministro de alimentos contin�a siendo en general satisfactoria. La cosecha de trigo recogida en noviembre de 2001 fue superior a la media. Las estimaciones m�s recientes indican una producci�n cercana a los 2,5 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 6 por ciento respecto al nivel del a�o anterior. Ello se debi� al aumento de la superficie sembrada y a un abastecimiento suficiente de agua.
Las lluvias abundantes y generalizadas ca�das en la tercera d�cada de enero beneficiaron el desarrollo de los cultivos de ma�z y sorgo afectados por la irregularidad de las precipitaciones recibidas en diciembre y en las dos primeras d�cadas de enero. Las perspectivas para las cosechas de ma�z y sorgo de 2002 son hasta ahora favorables, pero puede que las lluvias hayan llegado demasiado tarde para prevenir la merma de los rendimientos en algunas partes.
La situaci�n del suministro de alimentos es dif�cil como consecuencia de dos malas cosechas consecutivas. Las necesidades de importaci�n de cereales en la campa�a comercial 2001/02 (abril/marzo) se estiman en 115 000 toneladas, que se cubrir�n principalmente en forma comercial. Sin embargo, las importaciones comerciales ascienden hasta ahora a s�lo 51 000 toneladas. El Gobierno ha comenzado a distribuir cantidades limitadas de ayuda alimentaria de urgencia a las familias afectadas por la sequ�a de 2001.
La situaci�n del suministro de alimentos es dif�cil debido a la cosecha muy reducida de cerea-les de 2001. Las lluvias excesivas y las inundaciones registradas en algunas partes y el tiempo seco imperante en el sur perjudicaron la producci�n de ma�z, el principal alimento b�sico del pa�s. Tambi�n disminuy� la producci�n de trigo debido a una reducci�n de la superficie sem-brada. Los precios del ma�z han aumentado considerablemente desde principios de junio, cuando normalmente deber�an estar bajando. Se se�alan graves escaseces alimentarias en di-versas localidades rurales y en las zonas urbanas. El Gobierno ha estipulado acuerdos para importar 150 000 toneladas de ma�z que se vender�n a precios subvencionados, pero para fines de enero hab�a llegado menos de una cuarta parte debido a las limitaciones que existen en la subregi�n en materia de transporte. A mediados de febrero se ha impuesto el control de los precios de la harina de ma�z. El Gobierno ha solicitado tambi�n asistencia alimentaria inter-nacional y distribuido 5 000 toneladas de ma�z de su reserva alimentaria. El PMA est� pres-tando asistencia a casi 1,3 millones de personas de entre las m�s afectadas de los distritos be-neficiarios y prev� la distribuci�n de 42 000 toneladas de ma�z hasta la pr�xima cosecha.
Las perspectivas para la cosecha de ma�z de 2002 son inciertas. Una racha seca prolongada imperante en diciembre y enero en las provincias meridionales, centrales, orientales y en algunas partes de la provincia de Lusaka, que afect� al desarrollo de los cultivos en algunas partes, fue seguida de unas lluvias abundantes en la segunda d�cada de enero, pero en la tercera d�cada volvi� el tiempo seco. En esas zonas deber�a llover m�s en las pr�ximas semanas. En cambio, en las partes septentrionales del pa�s se han recibido lluvias normales.
La situaci�n del suministro de alimentos es extremadamente dif�cil debido a una merma del 28 por ciento de la producci�n de ma�z de 2001 y a las limitaciones financieras aplicadas a las importaciones. La mengua de la producci�n se debi� principalmente a una reducci�n del 54 por ciento de la superficie sembrada en las granjas comerciales de gran escala, debida a los trastornos derivados de las actividades de adquisici�n de tierras. Se han se�alado graves dificultades alimentarias para las familias de las partes meridionales, orientales y del extremo norte, en las que la cosecha se vio menguada por el tiempo seco o por el exceso de lluvias. El Gobierno ha solicitado asistencia alimentaria internacional. El PMA ha formulado un llamamiento pidiendo 94 000 toneladas de cereales para prestar asistencia alimentaria a 558 000 personas vulnerables, principalmente de las zonas rurales pero tambi�n de los centros urbanos, durante un per�odo de 12 meses. A fines de noviembre se comenzaron a distribuir 5 200 toneladas de ma�z, para lo cual el PMA tuvo que utilizar sus propios recursos ya que los donantes todav�a no hab�an concretizado sus promesas. Los precios de los alimentos b�sicos y del combustible, que aumentaron de forma pronunciada al comienzo de la campa�a comercial 2001/02 (fines de abril), contin�an subiendo debido a la disminuci�n de las existencias y a una inflaci�n general de los precios. El Gobierno ha establecido controles de los precios para los alimentos b�sicos, entre ellos el pan, la harina de ma�z, la harina de trigo, la carne, el az�car y el aceite de cocina, pero ello dio lugar a una escasez de los productos b�sicos en los mercados libres. Tambi�n ha anunciado su intenci�n de importar un m�nimo de 150 000 toneladas de ma�z de Sud�frica, pero a fines de enero hab�an llegado al pa�s cantidades muy reducidas.
La cosecha de trigo, recogida en noviembre de 2001, se estima en 300 000 toneladas, 20 por ciento m�s que la mala cosecha de 2000, debido principalmente a un aumento de la superficie sembrada.
Las perspectivas para la cosecha de ma�z de 2002 son inciertas. Las lluvias abundantes recibidas en noviembre y diciembre fueron seguidas de una racha seca prolongada en el mes de enero. En las pr�ximas semanas se necesitan m�s lluvias. Es probable tambi�n que la escasez de insumos agr�colas, principalmente fertilizantes, afecten negativamente a los rendimientos de este a�o.