La producción de cereales descendió de forma pronunciada este año debido a una reducción de la superficie sembrada y a una sequía prolongada durante el verano. Las estimaciones oficiales definitivas cifran la producción total de los cereales pequeños en alrededor de 5,6 millones de toneladas, alrededor de un 20 por ciento menos que la buena cosecha del año anterior. De este total corresponderían al trigo 3,9 millones de toneladas, frente a más de 5 millones de toneladas del año pasado. Este año ha sido particularmente difícil calcular el resultado probable de la cosecha de maíz a causa de la gran disparidad en los rendimientos de una región a otra según los efectos de la sequía. Sin embargo, sobre la base de las informaciones más recientes de principios de octubre, cuando se estimaba ya recogido alrededor del 30 por ciento de la cosecha, parece improbable que la producción pudiera superar el nivel mínimo de 6 a 6,3 millones de toneladas pronosticado por el Ministerio de Agricultura al principio del verano. El año pasado se obtuvo una cosecha excelente de 7,8 millones de toneladas. Las lluvias recibidas en octubre en muchas partes, aunque interfirieron con la cosecha de maíz en curso, han sido en general beneficiosas para reponer la humedad del suelo en vistas de la siembra de los cereales de invierno tras la última campaña excepcionalmente seca, particularmente en las partes sudoccidentales.