FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias  - 06/03 - MAURITANIA (31 de mayo)

MAURITANIA (31 de mayo)

Predominan condiciones secas propias de la estación. La siembra comenzará con la llegada de las lluvias al final de junio o en julio. Para que las familias agrícolas afectadas por la sequía puedan reanudar su producción agrícola, será necesario un suministro de emergencia de insumos agrícolas, por ejemplo semillas.

La producción total de cereales de 2002 se estima oficialmente en 116 200 toneladas, alrededor de un 31 por ciento menos que la media de los últimos cinco años y un volumen inferior en un 5 por ciento al de la mala cosecha de 2001. Las necesidades de importación de cereales (incluidas las reexportaciones) para la campaña comercial de 2002/03 (noviembre/octubre) se estiman en aproximadamente 323 000 toneladas, de las cuales se estima que 258 000 toneladas serán de importaciones comerciales, que dejan una necesidad de ayuda alimentaria de 65 000 toneladas. En toda Mauritania hay aproximadamente 420 000 personas que necesitan ayuda alimentaria. En marzo de 2002, el PMA inició una OU por un valor de 7,5 millones de dólares EE.UU. (16 230 toneladas de alimentos) para prestar asistencia a 250 000 personas muy amenazadas por una grave escasez de alimentos. Una OU regional aprobada conjuntamente por la FAO y el PMA a mediados de diciembre a favor de 5 países afectados por la sequía en el oeste del Sahel (Cabo Verde, Gambia, Malí, Mauritania, el Senegal) incluía una asignación de 43 632 toneladas de alimentos para Mauritania. Hasta finales de mayo, se había cubierto con promesas más del 81 por ciento de esta cantidad.

Las distribuciones de ayuda alimentaria de urgencia y las ventas de trigo subvencionadas contribuyeron a mejorar la situación en el suministro de alimentos en Aftout, el valle del río Senegal y las zonas de la meseta central de Hodh El Chargui y Hodh El Gharbi donde se han señalado una situación cercana a la hambruna y altas tasas de malnutrición y enfermedades conexas. La falta de pastizales, sin embargo, está acelerando la venta de animales vivos a precios desfavorables. Los precios de los animales continúan bajando no obstante el programa de piensos subvencionados ejecutado por el gobierno. Los pequeños ganaderos y los productores de monocultivos de esas zonas son considerados como grupos afectados de un alto nivel de inseguridad alimentaria.