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Árboles de Zonas Altas: Repoblamiento e Investigación en Proceso

Ana Isabel Barquero Elizondo[1]


Resumen

Ante la degradación sufrida por los bosques de zonas altas en el mundo en general y en Costa Rica en particular, se plantea el reto de su recuperación, pues además de sus usos tradicionales como la producción de madera, leña, muebles u otros productos, estos forman parte de ecosistemas que juegan un importante papel desde el punto de vista de protección del suelo contra la erosión, aumento de la infiltración en zonas de recarga acuífera, protección de la biodiversidad y belleza escénica, entre otros.

En esta memoria se presenta una reseña de un esfuerzo de repoblamiento forestal con especies de altura con fines de protección que se realiza en un área de 53 ha, en Costa Rica, el cual incluye el estudio fenológico de algunas de las especies forestales de altura, el estudio y reproducción en vivero, así como un programa de educación ambiental dirigido a niños y jóvenes, pues de la actitud de las nuevas generaciones hacia el bosque y los recursos naturales en general, depende en gran medida el futuro no solo del bosque sino de la humanidad.

El interés por compartir esta experiencia es por un lado, la certeza de que actividades de este tipo pueden ser reproducidas en cualquier lugar del mundo donde existan personas conscientes de la necesidad de una relación armónica con la Naturaleza y por otro lado, la esperanza de recibir las observaciones de la comunidad internacional conocedora del tema, que permitan mejorar nuestro trabajo.


Introducción

En las zonas altas, con altitudes superiores a los 1500 m, aledañas al Valle Intermontano Central, donde se ubica la capital del país, se ha dado un fuerte proceso de pérdida de la vegetación natural principalmente causada por la conversión de bosques a tierras de producción agrícola y pecuaria (sobre todo ganadería de leche) y al cual se ha unido el acelerado proceso de urbanización.

Al disminuir la cobertura vegetal se ha reducido la capacidad de infiltración en el suelo del agua llovida, lo que ha provocado fuertes escorrentías superficiales, trayendo consigo inundaciones cada vez más frecuentes al momento de las lluvias.

En Guariguata y Kattan 2000 se menciona que “en el suelo del bosque aproximadamente un tercio del agua precipitada se infiltra para alimentar las cabeceras de quebradas y ríos, o es tomada por las raíces de las plantas y regresada a la atmósfera mediante el proceso de transpiración. Una fracción muy pequeña del agua se escurre sobre la superficie del suelo, lo cual se ve reflejado en procesos naturales de erosión muy lentos”.

Es entonces evidente la necesidad imperiosa de mantener la cobertura boscosa para lograr un buen nivel de captación y calidad de las aguas que sirven como fuente de agua potable para los seres humanos.

La mayoría de los procesos de pérdida de cobertura vegetal viene acompañado por un peligroso sobreuso de los suelos en actividades para las cuales no tienen capacidad, lo que aumenta la velocidad del empobrecimiento y desmejoramiento de la capacidad productiva de los suelos. En Costa Rica, el 67% del territorio nacional tiene capacidad de uso forestal, vocación que ha sido irrespetada, alcanzando en el año 1997 una cifra de alrededor de un 39% de sobreuso.

El fuerte deterioro ambiental no solo incide en la naturaleza, sino que impacta directa y dramáticamente desde el punto social y económico a la sociedad como un todo, sin distingos de clases. Un ejemplo evidente de este impacto es lo ocurrido en Costa Rica, en el año 2002 cuando unas 4.000 personas residentes de la capital y no precisamente de barrios pobres sufrieron intoxicación por la contaminación de aguas, producto de un mal uso del suelo por parte de una empresa explotadora de material rocoso que afectó la fuente de abastecimiento de agua potable. Este solo hecho trajo pérdidas a nivel individual (gastos en medicinas), a nivel empresarial (ausentismo en el trabajo) y a nivel social, el colapso de los sistemas de atención de emergencias.

Ante esta realidad la sociedad tiene la obligación imperiosa de lograr a mediano y largo plazo la recuperación de la vegetación y la reversión del proceso de deterioro de las cuencas hidrográficas. Esta tarea es una tarea de todos y en este sentido la labor privada puede tener un alto impacto.

Este es el reto asumido por los propietarios de la Finca Tori, aledaña al Parque Nacional Braulio Carrillo, en el centro de Costa Rica, donde se ejecuta un proyecto de repoblamiento forestal con especies de altura nativas de la zona, que protegen las fuentes de agua potable que abastecen en una importante proporción a los habitantes de la capital del país, producen alimento para la fauna silvestre de la zona y al mismo tiempo facilita el equilibrio necesario de los procesos ecológicos que permiten la vida. Dentro de las actividades se incluyen acciones concientización ambiental principalmente de niños y jóvenes a fin de lograr una relación armónica entre la gente y los bosques.

Acompañando las acciones operativas relacionadas con la colecta de semillas, reproducción en el vivero, siembra y similares, se estableció el componente de acompañamiento científico que recoge información sobre ¿qué se hace?, ¿cómo se hace?, ¿por qué se hace? y ¿cuáles son los procesos o cambios que se están observando?

La respuesta a la pregunta ¿qué se pretende con esta sistematización de la información?, es simple y puede sonar muy pretenciosa, pero es la realidad. Se quiere compartir errores, éxitos, frustraciones, para ahorrar la pérdida de tiempo y recursos y agilizar el paso en la carrera contra el tiempo, por mantener la vida en nuestro planeta.

Resultados y discusión

El sitio de estudio

El proyecto se localiza en Costa Rica, un país neotropical ubicado en América Central, con una gran variabilidad geográfica, geomorfológica y climática y una alta biodiversidad dentro de su reducido territorio de 51000 Km2.

La finca Tori se encuentra en la provincia de Heredia, cantón Barva, distrito San José de la Montaña, entre las coordenadas geográficas Latitud Norte 10° 05’ - 10°, 10’ y Longitud Oeste 84° 05’ - 84° 10’. La altitud varía entre los 2000 y 2400 msnm. La temperatura media anual oscila entre 15 y 18° C. La precipitación media anual entre 2 300 y 2 800 mm; el clima es húmedo y templado. La zona de vida, de acuerdo a la clasificación de Holdridge es bosque muy húmedo montano bajo.

Geomorfológicamente la finca se caracteriza por cerros ondulados de fuertes pendientes y cimas agudas afectadas por procesos erosivos acentuados por la eliminación de la vegetación, el pisoteo del ganado y las altas precipitaciones. Las zonas de depresión entre estos cerros son más planas y fértiles. La geología de la zona se caracteriza por la presencia de material volcánico andesítico asociado a la Formación Barva.

Entre las especies arbóreas propias del lugar se encuentran dos especies de roble (Quercus seemannii (Fig 1) y Q. copeyensis), magnolia (Magnolia poasana), llorón (Cornus disciflora), gran cantidad de especies de la familia Myrtaceae y varias especies de la familia Lauraceae, las cuales son base de la alimentación del mítico e impresionante quetzal (Pharomachrus mocinno), también propio de la zona.

Fig. 1. Árbol de encino (Quercus seemannii), de 1,60 m de diámetro y cerca de 40 m de altura total, incluido en el estudio fenológico.

Estudio fenológico

El estudio fenológico se lleva a cabo sobre 26 especies forestales de importancia ecológica por la producción de frutos para aves o roedores, así como por la producción de néctar para diversos insectos. Todas ellas aportan además gran belleza escénica, ya sea por su forma de copa, su follaje, su floración o su porte.

En el Cuadro 1 se presentan las especies incluidas en el estudio, haciendo una breve referencia a su importancia ecológica. La actualización taxonómica se basa en INBIO 2000.

Cuadro 1. Especies incluidas en el estudio fenológico

Nombre científico

Familia

N. común

Importancia

Billia hippocastanum Peyr

Hippocastanaceae

Cocorón

Flores rojas, llamativas, frutos para roedores

Calyptranthes pittieri Standl.

Myrtaceae

Coquito maría

Flores atraen insectos, frutos para aves

Cedrela tonduzii C. DC.

Meliaceae

Cedro dulce

Melífero, madera apreciada

Cinnamomum hammelianum W. C. Burger

Lauraceae

Aguacatillo

Frutos para quetzales y otras aves. Maderable

Citharexylum caudatum L.

Verbenaceae

Huele noche

Especie melífera, frutos para aves

Citharexylum donnell-smithii Greenm.

Verbenaceae

Dama

Especie melífera, frutos para aves

Cornus disciflora DC.

Cornaceae

Lloró

Flores atraen insectos, frutos para aves. Maderable

Eugenia monticola(Sw.)DC.

Myrtaceae

Murta

Frutos para aves

Forestiera cartaginensis Donn. Sm.

Olacaceae

Chispita

Flores atraen insectos, frutos para aves

Freziera candicans Tul.

Theaceae

Sierrilla

Frutos para aves

Hyeronima oblonga (Tul.) Mull. Arg.

Euphorbiaceae

Espino

Frutos para aves

Magnolia poasana (Pittier) Dandy

Magnoliaceae

Magnolia

Flores muy bellas. Arilo de la semilla gustado por aves. Maderable

Myrcianthes fragrans Sw.McVaugh

Myrtaceae

Coquito

Flores atraen insectos, frutos para aves

Myrcianthes storkii Standl McVaugh

Myrtaceae

Guayabillo

Flores atraen insectos, frutos para aves

Ocotea floribunda (Sw.) Mez

Lauraceae

Quizarrá

Fruto muy gustado por el quetzal. Melífero. Maderable

Oreopanax xalapensis (Kunth) Decne. & Planch.

Araliaceae

Cacho de venado

Frutos para aves. Melífero

Prunus annularis Koehne

Rosaceae

Duraznillo

Frutos para aves. Melífero

Quercus copeyensis C. H. Mull

Fagaceae

Roble

Frutos para roedores. Maderable

Quercus seemannii Liebm.

Fagaceae

Encino

Frutos para roedores y palomas. Maderable

Rhamnus sp.

Rhamnaceae

Duraznillo

Frutos para aves

Roupala glaberrima Pittier

Proteaceae

Danto

Flores atraen insectos, frutos para aves

Sapium pachystachis K. Schum. & Pittier

Euphorbiaceae

Yos hoja grande

Frutos para aves

Sapium rigidifolium Huft

Euphorbiaceae

Yos hoja pequeña

Frutos para aves

Schefflera rodriguesiana Frodin ex M.J.Cannon & Cannon

Araliaceae

Higuera

Frutos para aves

Styrax argenteum C. Presl

Styracaceae

Quizirrú

Frutos para aves

Viburnum costaricensis (Oerst.) Hemsl.

Caprifoliaceae

Surá

Flores atraen insectos, frutos para aves

El análisis fenológico se realiza sobre 71 individuos, los cuales son observados cada 28 días con el fin de visitados mensualmente para anotar la presencia de las siguientes manifestaciones:

Figura 2. Flores y fruto de Magnolia poasana (Pittier) Dandy

El estudio fenológico permite elaborar gráficos (Fig. 3) mediante los cuales se determina en qué época es posible recolectar frutos maduros de cada especie para su reproducción en el vivero; también es posible establecer cuándo estará disponible el polen o el néctar de las distintas especies, en qué sitios y momentos hay posibilidades de observar ciertas aves alimentándose de frutos, como en el caso del quetzal (Pharomachrus mocinno), ave de hermoso plumaje y gran tamaño que frecuentemente se observa comiendo la pulpa de los frutos maduros del árbol de quizarrá (Ocotea floribunda). Este conocimiento permite orientar el turismo ecológico, el cual en este momento se ha constituido en la primera fuente de divisas para Costa Rica.

Figura 3. Floración y frutos maduros en Ocotea floribunda

Reproducción en vivero

La mayoría de las especies incluidas dentro del Cuadro 1 no se encuentran en los viveros forestales convencionales, ya que la reforestación con fines de producción de madera con especies nativas en zonas altas no se considera un negocio rentable en Costa Rica y la repoblación con fines de protección de cuencas es un proceso que apenas se está iniciando, incluso con el incentivo de algunos entes públicos interesados en la producción de agua potable o energía hidroeléctrica (Cordero 2002).

En la Finca Tori se estableció un vivero para la reproducción de estas especies (vista de los germinadores en la Figura 4), en el cual se realiza investigación en aspectos relativos a la germinación, crecimiento, uso de sustratos orgánicos como el lombricompost, entre otros. Dicha información se encuentra a disposición de cualquier persona o entidad interesada en la reproducción de las especies en mención a fin de promover su uso y su siembra en las tierras altas.

Mediante un acuerdo con dos centros educativos aledaños, parte de la producción se les dona y es puesta a la venta por las mismas escuelas, a fin de contar con un fondo para cubrir distintas necesidades de dichos centros.

Figura 4. Vista parcial del área de germinación

Educación ambiental

En la Finca Tori se realiza un proceso de concienciación que busca que las nuevas generaciones se familiaricen con el bosque, sus interrelaciones, la importancia que tiene en los procesos de infiltración de agua, control de la erosión, protección de la fauna, belleza escénica.

Se parte de la premisa de que el cambio positivo en el uso de los recursos y en la disminución de la afectación al ambiente debe introducirse como vivencia desde la niñez (Figura 5). La experiencia lograda, con los niños recorriendo los senderos interpretativos, oliendo las plantas, observando insectos, escuchando las aves, el río y el viento, hacen ver su alta receptibilidad y su gran capacidad de apropiación de los conceptos ecológicos.

Fig. 5 Niños en actividad de Educación Ambiental

Repoblación forestal

Con la repoblación se busca recuperar áreas degradadas de la finca en las cuales se realizó pastoreo de ganado vacuno por varias décadas; de ese modo se favorecerá la infiltración de agua pues esta es una zona de recarga acuífera; incluso en la Finca Tori existen varias fuentes que abastecen de agua potable a poblados cercanos. En la Figura 6 se observa el sistema utilizado para transportar las plantas desde el vivero hasta el sitio de siembra, en las partes más altas de la finca. Los caballos especiales para trabajo de carga, además de facilitar la labor de acarreo producen la materia prima que se usa en la elaboración del lombricompost empleado como sustrato.

A largo plazo, con la restauración de la vegetación, se pretende lograr una disminución de los procesos erosivos y el mejoramiento de las condiciones ecológicas en general, proveyendo alimento para fauna, protección del suelo, captación de agua por intercepción horizontal (dadas las condiciones nubosas del sitio), mayor biodiversidad florística y faunística, entre otros aspectos.

Figura 6. Proceso de carga de arbolitos listos para la siembra en la Finca Tori.

Asimismo, se espera que otros finqueros se muestren interesados en repoblar sus fincas o algunos sectores de las mismas, de modo que se logre crear corredores de vegetación para la fauna y que el efecto positivo en los aspectos mencionados tenga mayor impacto.

Conclusiones

Ante el proceso de degradación de los suelos, la pérdida de biodiversidad y la afectación a las fuentes de agua potable en las zonas altas, se plantea la necesidad de emprender acciones que permitan un mayor conocimiento de estos ecosistemas y un proceso de recuperación ambiental como se realiza en la Finca Tori, Barva de Heredia, Costa Rica.

En esas acciones es de suma importancia la participación de los pobladores de estas zonas, sobre todo de niños y jóvenes que poco a poco van adquiriendo una nueva conciencia ambiental en la que se entiende que la supervivencia de la raza humana está estrechamente ligada a la permanencia del bosque.

Si bien es cierto, la protección del bosque debe coexistir con la producción de los alimentos necesarios para una población creciente, se deben hallar los mecanismos que permitan un equilibrio en el uso de los recursos.

Obras citadas

CORDERO, D. 2002. PROCUENCAS y la utilización de especies forestales nativas para la recuperación de microcuencas. En: Memoria del Taller-Seminario de Especies Forestales Nativas. 4 - 5 abril. Instituto de Investigación y Servicios Forestales. Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica. P. 153-155

GUARIGUATA, M., KATTAN, G. Eds. 2002. Ecología y conservación de bosques neotropicales. 1a. ed. Ediciones LUR. Cartago, Costa Rica.

INBIO, 2000. Lista de plantas en Costa Rica. Base de datos del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBIO). Santo Domingo de Heredia. Costa Rica. 117 p.


[1] Instituto de Investigación y Servicios Forestales. Universidad Nacional. Heredia. Costa Rica
Ap. 64-3100 Costa Rica. Telefax: (506) 237-4151
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