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Un Modelo de Responsabilidad Social Empresarial en un Proyecto Forestal

Víctor Giraldo T.[1]


Resumen Ejecutivo

Los proyectos forestales poseen externalidades inherentes al cultivo y al largo plazo, que requieren ser administradas, para que el efecto social sea favorable para las partes interesadas.

Este documento presenta un caso exitoso de manejo forestal, enfatizando los Componentes Sociales, producto de la experiencia de más de 30 años, con pautas que han guiado la acción social de la empresa en un proyecto de plantaciones en Colombia, Sur América.


Introducción

Los escenarios en los cuales actúa una empresa forestal pueden ser tan amplios y complejos, que requieren una gran dosis de creatividad para lograr buenos resultados en los tres componentes del Desarrollo Sostenible: crecimiento económico, ecoeficiencia y equidad social. Por ello conviene documentar las diferentes experiencias, y tomar de ellas algunas lecciones que sirvan para continuar mejorando.

Es difícil separar los tres componentes en su análisis y ejecución, pues interactúan todo el tiempo, pero intentaremos concentrarnos en el componente Equidad Social, partiendo del caso de un proyecto exitoso de plantaciones forestales de pino y eucalipto de una empresa multinacional, en un país suramericano. Este proyecto comenzó en 1969, terminó su etapa de establecimiento en 1995 y su fase de cosecha iniciada en 1980 aún continúa. El programa está acompañado de dos elementos determinantes: un programa social, entendido como parte de la Responsabilidad Social Corporativa y un intenso programa de investigación forestal.

Para entender el desempeño de la Responsabilidad Social, comencemos por plantear los conceptos que lo han guiado a través del tiempo.

CUADRO No. 1 - Conceptos Guías

· Cumplir con la ley del país con transparencia y operar bajo un estricto código de ética.

· Incorporar la Responsabilidad Social en los sistemas de planeación empresarial y en los planes de negocio del largo plazo.

· No pretender sustituir al Estado.

· Aceptar que es un miembro de la comunidad con deberes y derechos.

· Dialogar permanentemente con vecinos y comunidades cercanas.

· Crear o adaptar herramientas de acción social.

· Desarrollar la nueva cultura forestal en las zonas del proyecto

Cumplimiento con la Ley del País y Código de Ética

En el área social, lo mínimo que un proyecto forestal debe hacer, es cumplir con las leyes, principalmente las relativas al tema laboral y de derechos humanos, que generalmente incluyen los convenios fundamentales de la OIT. Cuando se inició el proyecto, la costumbre prevaleciente en la zona rural, era no pagar los salarios legales ni cumplir con la seguridad social. Ello acarreó a la actividad forestal la crítica de operadores agropecuarios y terratenientes que tuvieron que comenzar a cumplir con la Ley, asumiendo grandes cambios. Desde que plantamos la primera hectárea decidimos, que Empresa y contratistas cumpliríamos con la Ley, lo cual en el largo plazo ha establecido unas credenciales que hoy no se discuten, ni siquiera por grupos radicales.

Este cumplimiento es un elemento fundamental de nuestro Código de Ética, promulgado cuando estos códigos de conducta no se consideraban necesarios para la gobernabilidad y protección de las empresas.

Incorporar la Responsabilidad Social en los Sistemas de Planeación y en los Planes de Negocio de la Empresa

Independiente de los análisis financieros favorables, cuando una empresa comienza un proyecto de plantación forestal, espera que los bosques produzcan lo esperado, el mercado acepte el producto para el cual se plantaron y sea de valor para muchos "stakeholders". Al principio son sólo expectativas sumadas a la necesidad de un flujo de fondos permanente, sin ingresos, con un riesgo alto inherente al tardío rendimiento, a causas naturales, a problemas sociales o a inestabilidad política o legislativa.

Desde el inicio, las inversiones forestales requieren soporte en dos tipos de estrategias: una técnica, que respalde un buen programa de investigación forestal y una de Responsabilidad Social, que la empresa debe fortalecer a medida que entiende más a las comunidades y estas aprenden a valorar la presencia de la empresa con sus bosques plantados.

Es necesario también que postulados como la Visión y Misión de la empresa, contemplen el tema social, y sirvan de inspiración a la política forestal y acción social del proyecto.

El campo social de un proyecto forestal, es un área de constante aprendizaje y a ella se pueden y deben vincular métodos administrativos modernos, como la planeación estratégica de largo plazo y los conceptos del Mejoramiento Continuo. Estos ayudan a romper paradigmas, adaptar metodologías de trabajo, fijar objetivos, priorizar situaciones, y trabajar en equipo, entre otros.

Un arma estratégica para un proyecto forestal, es la de buscar cero accidentes como medio para capacitar a los trabajadores que adoptarán comportamientos seguros y mejorarán sus prácticas, a medida que logran sus objetivos. Un proyecto forestal con alta accidentalidad será cuestionado por muchos de sus "stakeholders".

No Sustituir al Estado

Esta labor requiere absoluta claridad, especialmente en zonas donde la presencia del Estado es precaria, o no cumple sus deberes con los ciudadanos. ¿Hasta dónde debe llegar la empresa para que "no sustituir al Estado" tenga sentido y aplicación? ¿Cómo hacerlo, cuando en los foros de Responsabilidad Social Corporativa se habla sobre la necesidad de que el sector privado se involucre cada vez más en desarrollar oportunidades?

Debemos entender lo qué queremos decir con ello. El Estado tiene deberes fundamentales e indelegables que ninguna empresa puede o debe sustituir. Entre otros, el uso de la fuerza en cualquier situación, la interpretación de la Ley, la administración de justicia, imponer y cobrar tributos y distribuirlos de la manera más equitativa, garantizar educación y salud, proveer servicios básicos de saneamiento, obras públicas, y en general la de administrar; y es en algunos de estos temas, en los cuales es posible una sana complementariedad, sin perder de vista el papel y responsabilidad de cada uno.

No sólo es conveniente, sino plausible, que los operadores de proyectos forestales coadyuven en la educación en sus regiones, manteniendo reglas del juego que el Estado establezca. Nuestro proyecto forestal optó por participar en la educación de jóvenes de ambos sexos de algunas de las regiones donde actúa y estableció tres Institutos Agrícolas y Forestales, impartiendo educación de calidad superior a la de sus similares del Estado, demostrado en las evaluaciones obtenidas por nuestros graduados.

Mirando hacia el futuro de los jóvenes establecimos un fondo para financiarles proyectos viables, y un sistema de becas para que los mejores de cada Instituto ingresen a la Universidad. Y más allá de la educación formal, los acompañamos en proyectos de interés comunitario.

El tema de salud es también muy importante. En situaciones extremas, el Estado puede considerar que es deber de la empresa, proveer la salud a los trabajadores vinculados al proyecto, y a los habitantes de toda una región, olvidando asignar presupuestos para cumplir con esta responsabilidad. La empresa forestal se ve forzada a ampliar su cobertura de salud más allá de sus capacidades, o es incapaz de hacerlo. Esto, lleva a situaciones insostenibles que generan rechazo en la comunidad y perjudican el proyecto y socialmente a las regiones. Nuestro proyecto ha invertido tiempo y recursos en salud preventiva y ayudado a las comunidades a recibir servicios del Estado.

Otro tema se refiere a los caminos forestales. Cuando comienzan a ser utilizados por las comunidades, el Estado debe participar en su conservación, por constituir elementos importantes del desarrollo. Los caminos, inexistentes antes del proyecto, son las nuevas arterias de la economía regional que permiten al operador ayudar a las comunidades a realizar sus propios proyectos, generalmente no forestales, pero sí sostenibles. Estos, ameritan algunas reflexiones y guías claras y equitativas.

CUADRO No. 2 - Guías para la Cooperación

· Los proyectos de la comunidad deben ser guiados por los tres conceptos del Desarrollo Sostenible. Por ende, deben:

· Tener mercado y ser competitivo en valor para un cliente..

· Buscar la creación de masa crítica en los aspectos económicos y sociales.

· Entender y manejar la oferta ambiental para hacerlos sostenibles

· La actividad debe ser tradicional de la región y estar en un grado de desarrollo que permita mejoras.

· El operador debe estar dispuesto a involucrarse hasta cuando las comunidades sientan que ya no les es necesario.

El profesor James Austin de la Universidad de Harvard, una de las eminencias en Responsabilidad Social Corporativa, menciona las siguientes condiciones desde su perspectiva y las llama las 7 C que deben ser la guía para colaborar.

CUADRO No. 3 - Guías de Colaboración - Las 7 C

· Claridad del proyecto

· Conectividad con el propósito de la gente

· Congruencia de misión, visión y estrategias

· Creación del valor

· Comunicación con los socios dentro y fuera de la empresa

· Continuo aprendizaje

· Compromiso con la alianza

Al acometer proyectos que no satisfacen las guías de cooperación y colaboración, pueden generarse conflictos entre el operador forestal y las comunidades o el gobierno. Por ende, previo al inicio de una actividad social, es una buena recomendación repasar estas guías entre todos los posibles participantes.

En nuestro caso, uno de los proyectos que acometimos fue mejorar la producción de panela en una zona tradicional de este producto. Creamos con los productores una empresa que se dedica, entre otros, a aumentar la productividad del cultivo de la caña de azúcar, desarrollar buenas prácticas administrativas y gerenciales y mercadearla directamente. El proyecto ha sido exitoso recibiendo respaldo de agencias del gobierno y organizaciones privadas.

En áreas como la producción lechera, fresa y mora hemos adelantado proyectos similares con resultados muy interesantes para las comunidades.

La evaluación más significativa para nosotros es la solicitud de acompañamiento que nos hacen las comunidades al emprender proyectos colectivos. Nuestra meta es lograr en ellos capacidad de organización para definir necesidades, identificar alternativas de acción para la superación de sus dificultades, formular proyectos conjuntos e identificar actores públicos y privados con quienes aliarse en busca de lograr una mejor calidad de vida.

Referente a los servicios públicos como acueductos veredales y redes eléctricas, es bueno que la empresa se involucre como un vecino más, aunque contribuya económicamente en mayor proporción. Muchas veces el Estado tiene fondos disponibles para proyectos de infraestructura, y la empresa puede actuar como catalizador de las fuerzas de la comunidad ante éste logrando la ejecución del proyecto como un logro que sientan como propio.

Aceptar que Somos un Miembro de la comunidad con deberes y Derechos

Este fue un proceso que requirió el cambio de muchos paradigmas. Reconocimos que no solamente teníamos deberes sino derechos y que ambos son igualmente importantes para que la coexistencia con los vecinos y comunidades funcione adecuadamente.

Cuando un proyecto forestal empieza, la primera labor, es la selección y adquisición de la tierra. En ese momento la comunidad comienza a mirar con recelo al nuevo dueño, una empresa, físicamente no visible y localizada generalmente a muchos kilómetros. Los vecinos y comunidades perciben a quienes trabajan para la empresa y crean un imaginario sobre ella. Comienzan también a sentir los efectos de la presencia y modo de actuar de sus funcionarios, el nuevo tipo de empleo, formas diferentes de remuneración y exigencias al cumplimiento de la Ley para las contrataciones.

En estos momentos la empresa debe acercarse y hacer claridad sobre la nueva actividad forestal, sus políticas, deberes y derechos. Debe ser explícita la capacidad de cumplir con los compromisos.

Debemos destacar que nuestro proyecto se ha realizado en suelos de vocación forestal, cuya cobertura había sido removida hace muchas décadas y cuyo uso anterior fue la ganadería extensiva o tierras sin uso o erosionadas. Aún así y aunque el uso no fuera sostenible a largo plazo, hay dificultad para que las comunidades entiendan el cambio.

Un grupo que nunca puede olvidarse en este diálogo inicial son los trabajadores locales, pues ellos generan la versión más creíble del proyecto ante las comunidades, vecinos y autoridades. Esta fuerza bien encauzada constituye una fortaleza pues ellos llegan a ser líderes, ya que el trabajo forestal califica y cualifica proporcionándoles credibilidad muy alta. Conviene dar preferencia a trabajadores que viven en la región, sin discriminaciones por raza, credo o creencias políticas.

En la práctica, no siempre es fácil utilizar un lenguaje entendible y creíble que consiga una identificación con la comunidad, condición básica para ser aceptados. De todas maneras, los funcionarios del proyecto deben seguir unos principios de empresa que tengan el aval de la administración, los guíen en sus actuaciones y le den consistencia ante los "stakeholders".

Adicionalmente se requiere una retroalimentación permanente entre los funcionarios de campo y la administración de la empresa, en la que se compartan los valores de la comunidad para establecer una relación sólida y de mutua aceptación. Aún con manejo consecuente y ético, no se garantiza una relación libre de problemas, ya que a veces aparecen personajes u organizaciones que no aceptan que el statu quo en una región se modifique, y menos por la acción de una empresa multinacional. Estas son situaciones muy complejas cuyo análisis desborda el alcance de este documento y deben estudiarse separadamente.

Es también un derecho que se promulguen leyes justas y la empresa sea escuchada por quienes legislan para que su conocimiento y experiencia como operador del proyecto se tenga en cuenta. En el caso forestal, las leyes deben ser parte de una política de Estado y tener estabilidad en el largo plazo. Esta es una condición indispensable en un cultivo de rendimiento tan tardío como el forestal.

Dialogo Permanente con los Vecinos y Comunidades Cercanas

Es uno de los factores más importantes y no es delegable en terceras personas. El operador del proyecto forestal no puede abdicar en un tercero para que le maneje el diálogo con uno de los "stakeholders" más importante.

Las relaciones con los vecinos, comunidades, ONG, agremiaciones y gobiernos locales, deben manejarlas las mismas personas que operan el proyecto, pues nadie mejor que ellos conoce la realidad de lo que sucede en el terreno. Debe lograrse mediante capacitación y trabajo de campo y con los años ir ganando su respeto, mediante el uso de un lenguaje común y diálogo permanente. Estas relaciones se convierten en amistad y mutuo respeto.

Como se mencionó antes, una de las audiencias permanentes en el diálogo son los trabajadores; con ellos las relaciones tienen un contexto más profundo, en un contacto permanente para la búsqueda de objetivos comunes, y deben convertirse en parte dialogante con otros vecinos o miembros de comunidades no vinculadas al proyecto.

Crear Herramientas para la Acción Social

En nuestro caso, hemos optado por dos tipos de métodos de trabajo. Cuando los proyectos productivos de la comunidad son de corto plazo, menos de un año, o de baja inversión, los maneja directamente el personal de operación forestal de la empresa.

Cuando los proyectos requieren de especialistas en algún tema, fondos mayores o financiación externa y duran más de un año, lo hacemos mediante una Fundación de la Empresa. La Fundación y la gente de operación, se complementan en el trabajo de campo. Ante la comunidad, la diferencia entre lo que hace una y otra es imperceptible. En nuestro caso, el Consejo Directivo de la Fundación está compuesto por personas del grupo forestal, de otras áreas de la empresa y externos de altas calidades morales y de gran conocimiento de los temas de responsabilidad social empresarial.

Desarrollar la Nueva Cultura Forestal en las Áreas del Proyecto

Elemento crucial, pues las comunidades deben entender los valores del bosque plantado más allá del empleo que genera o de los programas sociales. Especialmente en un país en el cual el reemplazo del bosque natural por potreros o cultivos insostenibles ha sido uno de los elementos del desarrollo, siendo ésta la cultura predominante, aunque ya está cambiando.

La cultura es un concepto amplio, que permite que las gentes consideren el ambiente forestal no solo placentero sino conveniente, el bosque plantado un buen vecino, un ente vivo con sus fortalezas y fragilidades, que hay que cuidar por convencimiento, no por imposición.

Llevar la nueva cultura forestal es posible y hay múltiples maneras y elementos para hacerlo. Nosotros, hemos usado los días de campo en las áreas del bosque plantado, explicando sus conceptos básicos, apoyados con publicaciones e información periódica y elementos de comunicación especializada, como un calendario forestal que destaca la gente y sus regiones.

En qué Estamos y Qué Sigue

A manera de evaluación, sobre cómo entendemos y aplicamos la Responsabilidad Social, en nuestro proyecto forestal, contratamos con una Universidad de reconocida prestancia, una evaluación del "Impacto Social de las Plantaciones Forestales". El resultado puede calificarse de bueno y brindó oportunidades de mejoramiento, especialmente en la manera de planear y evaluar el desempeño social.

Con el fin de garantizar a los "stakeholders", no solo el componente responsabilidad social empresarial, sino la calidad del desempeño ambiental y económico del proyecto, estamos en el proceso de una certificación por tercera parte independiente, lo cual será una nueva manera de continuar mejorando.

Los Retos

Los operadores forestales deben reconocer desde el inicio, que el tema social es de crucial importancia para su éxito y comprometerse con él en forma sincera, usando las mejores prácticas administrativas de que disponen, pues sus resultados buenos o no, se reflejan directamente en los de la Empresa.

Se debe reconocer que el área social es dinámica, más que el mismo bosque y todos los días hay que aprender, innovar y evolucionar, manteniendo unos principios, respetando derechos y deberes y guiados por un código de ética. Nuestro reto es aprender con la comunidad en cada proyecto para mejorar en los siguientes.

Un buen proyecto forestal se establece para permanecer a largo plazo; al principio modifica elementos sociales, físicos y ambientales en una zona, y con el tiempo sus habitantes deben reconocerlo como una mejora y ofrecerle su solidaridad. Es un deber y un derecho de la empresa que esto se vuelva una realidad. Este es el gran reto.


[1] Vicepresidente de Grupo, Smurfit Cartón de Colombia