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Perspectivas de la Caoba en los Neotrópicos

Fernando Patiño Valera[1]
Pierre Sigaud[2]
Juana Marín Chávez[3]


Resumen

La caoba (Swietenia macrophylla King) familia Meliaceae, es una de las especies más conocidas y aprovechadas en Latinoamérica. Durante décadas sus poblaciones han sido afectadas por deforestación, fragmentación y aprovechamiento selectivo de los mejores árboles. Vegeta en ecosistemas con alta biodiversidad conjuntamente con gran número de especies arbóreas. Brasil, Bolivia y Perú contienen las mayores superficies de caoba. De 1997 a 1999, se exportaron 595,000 m3 de madera de Brasil, Bolivia y Perú. Existen 336,000 ha de plantaciones en el mundo que al madurar producirán madera equivalente a la obtenida en una superficie mayor de bosque natural. Las plantaciones son clave para la conservación de los recursos genéticos, revierten el proceso de deforestación, aumentan las áreas con vegetación y ayudan a satisfacer la demanda de madera y servicios ecológicos. Es importante consolidar la conservación de las áreas protegidas, conocer la diversidad genética que poseen y estudiar otras poblaciones no protegidas, determinar si hay genes que deban ser conservados y asegurar el mantenimiento de estos sitios de conservación.


Introducción

La caoba (Swietenia macrophylla King, familia Meliaceae), es una de las especies arbóreas más conocida y aprovechada en Latinoamérica y junto con Cedrela odorata L. y Cedrela fissilis Vell, constituyen un pilar del desarrollo de la industria forestal de la región y una de las fuentes de ingresos para un gran número de personas en sus comunidades rurales. Durante las últimas décadas, las poblaciones de caoba han sido afectadas y disminuidas debido a procesos de deforestación, a la fragmentación de sus poblaciones y al aprovechamiento selectivo de los mejores árboles.

Caoba presenta poblaciones aisladas, en manchones y con baja frecuencia de individuos por hectárea, algunas estimaciones señalan la presencia desde 0.3 a 2 árboles y en casos excepcionales hasta 10 individuos de diámetros comerciales por hectárea. Esta distribución y el hecho de que la semilla es dispersada por el viento a una distancia menor de 100 m del árbol madre, tiene un efecto directo sobre la regeneración natural de la especie

La caoba vegeta en ecosistemas con alta biodiversidad conjuntamente con gran número de otras especies arbóreas. Esa gran biodiversidad, es un reto para el manejo y ordenación forestal y para la conservación de éstos recursos, ya que hay que manejar simultáneamente especies con diferentes características y ritmos de crecimiento que ocurren en el mismo espacio y tiempo.

Los bosques que contienen poblaciones de caoba cubren una superficie de 235 millones de hectáreas, señalándose que durante la última década se tuvo una pérdida de bosques equivalente al 0.38 % anual de la superficie total (CITES, 2002). Además los efectos de la fragmentación y el aprovechamiento selectivo, influyen también en las poblaciones de la especie.

CITES (2002) reporta que las exportaciones en el mundo fueron de 111768 m3 en 1997; 95 948 en 1998 y 387056 m3 de madera en 1999. El origen de ésta fue Brasil, Bolivia y Perú, que tienen la mayor superficie de bosques con caoba y son los mayores productores.

En el mundo se han establecido 236,000 hectáreas de plantaciones (FAO, 2002), que cuando entren en producción ayudarán a mitigar la presión sobre los bosques naturales, aportando una considerable producción de madera, alrededor de 200 m3 por hectárea, que ayudarán a conservar bosques naturales ya que de acuerdo con Patiño et al (2002), considerando la densidad de árboles reportados en las poblaciones naturales, en términos de producción de madera, una hectárea de plantaciones equivale a 250 hectáreas de bosque natural.

El presente trabajo pretende analizar el estado actual del conocimiento, manejo y conservación de poblaciones de caoba en los neotrópicos, especialmente en su diversidad genética, considerando posibilidades de manejo sostenible y de conservación y sugiriendo caminos importantes para su fomento y desarrollo.

Zonas ecológicas y distribución de la caoba

La caoba se encuentra en los bosques pluvial y caducifolio húmedo tropical, tanto de América Central y México, como de Sudamérica (FAO, 2002 Ambas zonas ecológicas comparten numerosas especies arbóreas y se caracterizan por una flora compleja y variada, con aproximadamente 5,000 especies de plantas vasculares y más de 60 diferentes especies arbóreas por hectárea.

El bosque pluvial se encuentra en las llanuras costeras del Golfo de México y tierras bajas de la Sierra Madre de Chiapas, en México y en la costa del Caribe y Centroamérica, a lo largo de la vertiente del Pacífico. El bosque caducifolio húmedo tropical se distribuye en la Península de Yucatán, Golfo de México y la parte inferior de las cadenas montañosas centrales de Centroamérica en el Pacífico. Ambas regiones comprenden una superficie de más de 134 millones de hectáreas.

En Sudamérica estas zonas ecológicas cubren una superficie de 1,270 millones de hectáreas, desde el norte de Colombia y Venezuela, la región amazónica y una gran parte de Brasil (FAO, 2002).

La especie se distribuye entre los 23º de latitud Norte y 18º de Latitud Sur; desde México, Belice, Guatemala, El Salvador Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y hasta Brasil. (Patiño, 1997; Bauer y Francis, 1998; Patiño et al, 2002).

Estatus de las poblaciones naturales de caoba

Las poblaciones de caoba están bajo aprovechamiento en casi todo su rango de distribución. Los inventarios detallados son escasos, limitados en extensión y cobertura y contemplan sólamente las especies de mayor valor comercial y árboles de grandes dimensiones, ignorando los de menor tamaño que incluyen la incorporación de clases diamétricas para la cosecha futura de madera (Rodan et al. 1992; Patiño, 1997; Argüelles, 1999; En la Amazonia Brasileña, la caoba ocurre en poblaciones dispersas en Acre, Rondonia y Mato Groso hasta el Estado de Pará (De Barros et al, 1992).

Calvo, 2000). Calvo, (2000), indica que Mesoamérica cuenta con más de 14 millones de hectáreas con caoba. De éstos, aproximadamente 1.6 millones en áreas de protección. En Perú, Linares (1996) comenta que las poblaciones de las áreas centrales no están representadas en el sistema de Áreas Naturales Protegidas mismas que no siempre responden a criterios genéticos.

La creación de áreas naturales protegidas en Latinoamérica, ha fomentado la conservación del bosque tropical. Reservas y áreas protegidas en México, protegen más de 1.5 millones de hectáreas donde crece caoba. En Centroamérica se estima que sólo 180 mil hectáreas están dentro de unidades de conservación con un alto grado de protección (Calvo, 2000).

Frecuencia y abundancia de especies y árboles

Algunas especies ocurren con baja densidad de individuos por hectárea, otras pocas presentan mayor número de individuos en las mismas comunidades. Esto ejemplifica la biodiversidad de los ecosistemas tropicales donde crece caoba, que con frecuencia, se pueden encontrar 100 o más especies arbóreas por hectárea.

De acuerdo con Kageyama et al (1992), en un inventario en Brasil, el 30% de las especies reportadas presentaron un árbol adulto o menos por hectárea, mientras que las tres especies más abundantes sumaron el 30 % del total de árboles por hectárea.

Patiño (1997), en un inventario de 100 hectáreas en México, registra 94 especies arbóreas, de las cuales siete especies representadas con sólamente un árbol y 15 con 4.2 individuos dentro de la comunidad. Esta baja presencia por hectárea, no es producto de perturbación o aprovechamiento. Según Janzen (1970) la rareza puede considerarse como un evento de la evolución y una estrategia para su protección. Las especies de valor comercial, como caoba y cedro, se clasifican dentro del grupo de especies raras (Kageyama y Gándara, 1994; Patiño, 1997).

La semilla se dispersa por el viento y se tienen evidencias de que la distancia máxima que alcanza es de 60 m alrededor del árbol madre, con tendencia de mayor concentración de semillas y plántulas en la dirección de los vientos dominantes (Rodríguez, et al, 1994)

Patiño (1987 y 1997), Snook (1993 y 1996), señalan que en México, caoba ocurre con promedio de 0.7 a 2 árboles mayores de 50 cm de diámetro por hectárea. En Guatemala, Figueroa (1994) indica la presencia de 2.3 árboles de caoba por hectárea. Calvo (2000) indica que la densidad de árboles con diámetro mayor a 60 cm varía entre 0.03 a 2 árboles por hectárea.

En Brasil se reporta un árbol mayor de 20 cm de diámetro de caoba por cada 10 hectáreas (FUNTAC, 1990), mientras que en Bolivia, Gullison y Hardner (1993) reportan un árbol por cada 8 hectáreas y Verissimo et al (1995), reportan un árbol mayor de 30 cm de diámetro por cada 4 hectáreas para la Amazonia Brasileña,.

Variabilidad de poblaciones

El aprovechamiento de los mejores árboles actúa como una fuente de selección disgénica, debido a que se remueven los mejores individuos en términos de crecimiento y forma y la regeneración natural futura en la que se cruzarán árboles de fenotipos pobres, producirá una población de menor calidad, con la consecuente erosión genética.

Newton et al (1993) revisaron la variación genética, su captura y utilización para conservación y mejoramiento genético, encontrando pocos estudios sobre estos temas. Tal vez la causa de ello, sea la dificultad de establecer plantaciones por la susceptibilidad de caoba al ataque y daños de Hypsipyla grandella Zeller, barrenador de la yema terminal.

Existen trabajos en marcha que cubren parcialmente la diversidad contenida en poblaciones de caoba. Entre ellos los de CATIE con apoyo de instituciones de Centroamérica y México establecidos en Costa Rica (Navarro, 1999) y los de la Península de Yucatán (INIFAP), que buscan obtener información sobre la diversidad genética, además se han establecido Bancos de Conservación Ex Situ para progenies y procedencias de caoba y cedro de poblaciones de México.

Patiño (1997), analizando crecimiento en altura y diámetro, reporta coeficientes de heredabilidad y varianzas genéticas y no genéticas para caoba de 11 años de edad, que evidencian alta variabilidad y posibilidades de mejoramiento genético. En forma coincidente Navarro (1999) señala altos niveles de variación genética aditiva para altura y diámetro para las progenies de Centroamérica y México.

La pérdida genética dentro y entre poblaciones por el aprovechamiento de las especies, la fragmentación y reducción de poblaciones y el aprovechamiento selectivo, es un factor crítico para valorar el estatus de conservación de poblaciones de meliáceas en su rango de distribución natural.

La escasa información existente sobre estos temas aunada a inventarios poco precisos, dificultan sentar las bases para la conservación y manejo sostenible de la especie, por ello es importante ampliar la información existente sobre su distribución geográfica, tamaño y grado de amenaza o daño de poblaciones, biología reproductiva, dispersión y crecimiento, depredación en semillas y propágulos y dinámica de su regeneración natural.

Iniciativas para regular el aprovechamiento y conservación de la caoba

FAO realiza esfuerzos entre instituciones y organizaciones para promover el conocimiento, manejo y uso de los recursos genéticos de especies forestales, entre ellas caoba. El Panel de Expertos de la FAO en Recursos Genéticos Forestales, lista hace varios años a la caoba con alta prioridad para conservación y mejoramiento genético.

A raíz de las propuestas para incluir a la caoba en el apéndice II de CITES se constituyó en Latinoamérica el Grupo de Trabajo sobre Caoba, donde interactúan entidades gubernamentales de países del área de distribución, países importadores de madera y organizaciones no gubernamentales ligadas a la conservación de los recursos naturales. Este grupo, junto con especialistas convocados por CITES, prepararon los argumentos que justificaron la propuesta presentada durante la COP 12 y que fue aprobada para incluir las poblaciones neotropicales de caoba, en el apéndice II de CITES.

En la región actúan también numerosas organizaciones no gubernamentales, entre ellas: Fondo Mundial para la Vida Silvestre, Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).

Comentarios finales

Parte de los recursos genéticos de caoba están en peligro, es urgente el esfuerzo conjunto para disminuir al máximo la deforestación, e incluir directrices claras en planes de manejo y aprovechamiento forestal que permitan la conservación real de los recursos genéticos, sobre todo ahora que ha sido incluida en CITES II.

El conocimiento de la diversidad genética y de la forma de reproducción de caoba, permitirá tomar medidas como dejar los individuos necesarios para mantener niveles adecuados de alogamia; conocer y utilizar patrones de dispersión del polen y semillas y propiciar condiciones de manejo para el desarrollo de la regeneración.

En general no se practica manejo sostenible en las áreas donde se aprovecha caoba pensando en su regeneración natural. Los tratamientos silvícolas encaminados a promover la regeneración natural son muy limitados o no se aplican.

Generalmente se aprovechan especies con valor comercial; esta práctica produce sobreexplotación y disminuye la población de especies valiosas, originando pérdida de interés de sus propietarios para no conservar el recurso. Es importante aprovechar más especies para darle mayor valor al recurso forestal. Se deben promocionar e incorporar al mercado otras especies menos conocidas que cumplen las demandas de los consumidores.

La demanda mundial de madera de especies tropicales aumenta anualmente mientras las poblaciones naturales se disminuyen con rapidez y en pocos años perderán su capacidad productiva. FAO (2000) estimó que la deforestación neta en América Latina avanzó a un ritmo de 4.2 millones de hectáreas anuales entre 1990 y 2000.

Las plantaciones constituyen una alternativa para producir madera y quitar parte de la presión sobre los bosques naturales. Las plantaciones aumentan a un ritmo de 4.5 millones de hectáreas anuales en el mundo. De éstas, el 40% son de latifoliadas tropicales y templadas, 31% de coníferas; el 29% restante son de especies no identificadas. Destacan por la superficie plantada Asia y América del Sur. Para caoba, se reportan 326,007 hectáreas de plantaciones en 18 países: Indonesia (187,500 ha), Fiji (42,000), Filipinas (34,000 ha) y México (21,400 ha) concentran el 87.4% de la superficie total; otro 10.21% en Sri Lanka, Bangladesh, Islas Solomon Guadalupe y Samoa, y el 2.4% en otros nueve países (FAO, 2001).

El papel de las plantaciones es clave para la conservación de los recursos genéticos de caoba en sus poblaciones naturales, ya que revierten el proceso de deforestación, aumentan las áreas con vegetación, ayudan a satisfacer la demanda de madera, de productos no maderables y de servicios ecológicos.

Es importante analizar la conservación de la caoba en las áreas naturales protegidas, conocer la diversidad genética que contienen y estudiar poblaciones no protegidas para determinar si hay genes que también deban ser conservados para asegurar su permanencia y mantenimiento.

Conclusiones

Es importante ampliar el conocimiento sobre el manejo, uso, fomento y conservación de los bosques naturales donde crece caoba y que actualmente presentan lagunas que deben resolverse, entre ellos:

Mejorar el conocimiento de los factores que influyen en la reproducción de caoba, el establecimiento de la regeneración natural y definir mejores métodos para promover y manejar la regeneración a través del tiempo.

Ampliar los estudios para conocer la diversidad genética de caoba y el efecto de la deforestación, fragmentación de poblaciones y selección disgénica.

Mejorar la silvicultura de plantaciones comerciales de caoba y otras especies que ayuden a la producción de madera buscando mejores alternativas técnicas y financieras.

Intensificar esfuerzos para el control de Hypsipyla grandella y trabajar en la búsqueda de individuos con tolerancia o resistencia genética a esta plaga, empleando métodos tradicionales y herramientas biotecnológicas.

Analizar el papel de las Áreas Naturales Protegidas establecidas, en la conservación In-Situ de poblaciones e individuos de caoba e intensificar los esfuerzos para ampliar las posibilidades de conservación Ex - Situ.

El seguimiento de estos comentarios está en manos de la comunidad científica y de la voluntad política mundial, la tarea es de gran magnitud y sólamente podrá darse respuesta, en el menor tiempo posible, uniendo esfuerzos para lograr el uso sostenible de los recursos forestales de los trópicos.

Bibliografía

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[1] Instituto Nal de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), CIR Sureste, C. E. Zona Henequenera, Mocochá, Yucatán, México
[2] Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Departamento de Montes, Recursos Genéticos Forestales, Via delle Terme di Caracalla, 00100, Roma, Italia
[3] Instituto Nal de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), CIR Sureste, C. E. Zona Henequenera, Mocochá, Yucatán, México