COAG/2003/INF/8

1. En atención a la petición de los órganos rectores y con miras a satisfacer las necesidades internas de gestión, un equipo representativo de nueve consultores superiores externos emprendió en 2001 una evaluación sobre el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA)1. La finalidad de la evaluación era confeccionar un informe creíble de rendición de cuentas sobre el PESA y ampliar la base de conocimientos para el futuro aprovechamiento de la experiencia adquirida, indicando sus aspectos nuevos, virtudes y defectos.

2. El equipo de evaluación señaló una serie de elementos positivos singulares que podrían servir de base a futuros programas, entre los que cabe indicar la función que desempeña el PESA en el fomento de la concienciación nacional de la seguridad alimentaria y la forma en que se había propiciado la identificación nacional con las iniciativas de dicho programa; la concentración del examen en las esferas de la agricultura, la alimentación y la nutrición en los debates relacionados con la pobreza; la preferencia otorgada a los enfoques participativos; la necesidad de un enfoque polivalente del desarrollo agrícola y el interés especial por ayudar a las mujeres mediante actividades de diversificación de la producción agrícola.

3. La evaluación indicó las diferentes lecciones aprendidas de las actividades anteriores, que incluían un enfoque inicial a nivel “micro”, orientado a la producción, que se transformó con el tiempo en un programa mejor concebido y más flexible; la importancia atribuida a las áreas de gran capacidad potencial que abordaban los problemas de la seguridad alimentaria nacional, pero repercutían menos en la seguridad alimentaria de las familias; y los períodos excesivamente breves de ejecución y el reducido número de lugares dedicados a programas de la Fase I. En sus observaciones sobre el terreno, el Equipo de evaluación comprobó que había pruebas de la adopción de tecnologías por los agricultores que habían participado directamente en el PESA, pero en menor medida de que siguieran utilizándose después de las demostraciones o de que las adoptaran los agricultores que no habían participado. La evaluación también cuestionó la conveniencia de proporcionar gratuitamente insumos o subvencionarlos ya que ello podría afectar a la sostenibilidad una vez concluida la iniciativa del PESA.

4. La evaluación recomendó otros enfoques del PESA para el futuro, incluida la clasificación, por orden de prioridades, de los países a los que habrá de proporcionar ayuda, teniendo en cuenta los escasos recursos que podrían ponerse a disposición; y la prelación que debería darse a la seguridad alimentaria familiar, prestando más atención a las zonas marginales. Asimismo, en el marco de las actividades del PESA, la evaluación indicó las esferas que requerían una atención más explícita, como el examen de la estacionalidad; las cuestiones ambientales; la igualdad entre los géneros; las conexiones con otros donantes, organismos dedicados al desarrollo y organizaciones de agricultores; las cuestiones institucionales y normativas de nivel meso y macro; y la aceptación de un marco temporal más prolongado para conseguir resultados. Recomendó también que se formulara una estrategia de salida específica para cada país con objeto de traspasar la responsabilidad cuando concluyera el período de ejecución y que el PESA dedicase más atención a cartografiar la seguridad alimentaria, mejorando el seguimiento y la evaluación y comparando de forma más adecuada las necesidades de los países con los recursos técnicos y humanos disponibles.

5. La administración superior de la FAO centró sus observaciones en las recomendaciones de la evaluación encaminadas a fortalecer el PESA en el futuro. Destacó asimismo tres esferas relativas a la innovación, la clasificación de los países por orden de prioridad y los efectos del PESA en las políticas nacionales, en las que su percepción difería de la del equipo de evaluación. Estuvo plenamente de acuerdo con las recomendaciones de la evaluación en la necesidad de armonizar las medidas de producción a nivel micro con las cuestiones de carácter meso y macro en la formulación del programa, en que se requerían más terrenos y marcos temporales más prolongados para las actividades de la Fase I y en que hacía falta revisar las directrices del PESA, a fin de que sean ampliamente accesibles y se utilicen.

6. El Comité del Programa, en su 87º período de sesiones celebrado en mayo de 2002, estimó que la evaluación había sido independiente, pormenorizada y objetiva, y acogió con agrado la reacción positiva de la administración de la FAO de basarse en la evaluación para reforzar el PESA2. El Comité hizo hincapié en la necesidad de la identificación nacional con dicho programa y de una participación más amplia de los principales interesados y en el modo de abordar la seguridad alimentaria familiar en el marco del PESA. El Comité expresó su aprecio por la intención de la administración de la FAO de introducir un sistema más eficaz y práctico de seguimiento de las actividades del PESA. Asimismo, solicitó la presentación de un informe complementario en su período de sesiones de mayo de 2003 sobre los progresos realizados en la introducción de los cambios que la administración había mencionado en sus respuestas al informe.

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¹ PC 87/4 a) “Evaluación externa independiente del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA)”.

² CL 123/11 “Informe del 87º período de sesiones del Comité del Programa (Roma, 6-10 de mayo de 2002)”.