NSP - Estrategia de mecanización agrícola (EMA)
 

De todas las modernas tecnologías agrícolas introducidas en los países en desarrollo, probablemente la mecanización sea la más polémica. Se le ha atribuido la agudización del desempleo rural y su contribución a otros males sociales.

En los años 60 y 70, y a principios de los 80, se donaron numerosos tractores o se cedieron con préstamos ventajosos a los países en desarrollo. Los proyectos formulados para suministrar servicios de tractores a través de organismos gubernamentales dieron lamentables resultados. Estos planes de alquiler de tractores del sector público fracasaron por el costo distorsionado del capital en comparación con la mano de obra y los animales de tiro, una mala administración crónica y las ineficacias intrínsecas de cualquier servicio de maquinaria manejado por el gobierno.

Pero los países en desarrollo de todas formas necesitan tecnologías que economicen mano de obra. La demanda de estas tecnologías aumentará con la mayor demanda de alimentos de la población, en particular en vista de la emigración rural y del alejamiento de la agricultura de la generación más joven para buscar empleo en los centros urbanos. En efecto, ya hay escasez de mano de obra en momentos decisivos del calendario agrícola. Lo que ahora tiene más importancia es fomentar el desarrollo sostenible del sector privado que pueda ofrecer a los agricultores las opciones correctas de tecnología a los precios correctos para incrementar la productividad agrícola, dar seguridad alimentaria y reducir las pérdidas poscosecha.

La mecanización agrícola no es una actividad aislada, sino que forma parte de un complejo conjunto de interacciones entre numerosos participantes. Además de los aspectos agronómicos, técnicos y sociales, también hay una importante función institucional de aspectos como la educación, la extensión y la investigación agrícola. La infraestructura rural y los mercados mundiales tienen una importancia vital.

Varios países están tratando de elevar el nivel de mecanización agrícola mediante compras consolidadas y distribución de cosechadoras mecánicas y/o tractores. La FAO alienta a sus países miembros a tener presente su situación y analizar las necesidades de los agricultores, los acuerdos institucionales que hay en el país y la disponibilidad de servicios para satisfacer esas necesidades. La FAO puede ayudar en este proceso, que debería ser participativo. Este ejercicio redunda en la formulación de una estrategia nacional de mecanización agrícola y se ha emprendido en muchos países, en particular de África. La estrategia formulada puede servir para preparar un plan de acción para mejorar la producción agrícola y la seguridad alimentaria a través de medidas normativas, inversiones e intervenciones de orden agrícola y/o técnico.

©FAO

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