La agenda mundial para el desarrollo sostenible incluye la mitigación de la pobreza y el hambre mediante el desarrollo de una agricultura y unos sistemas alimentarios sostenibles. Los sistemas agrícolas intensivos y sus variantes, como la intensificación sostenible o la intensificación ecológica, se promueven actualmente como tecnologías que pueden mejorar la productividad agrícola y reducir el impacto medioambiental. Sin embargo, se centran únicamente en la productividad por hectárea, con crecientes impactos negativos sobre la cultura local y el medio ambiente.

Este estudio identifica los impactos negativos de los sistemas agrícolas basados en la agricultura y la ganadería en las llanuras Indogangéticas, así como en Estados Unidos de América, China y Sudamérica, como ejemplo de los principales retos de la agricultura mundial. Estos impactos se clasifican en ambientales, sociales, económicos y sanitarios. Se propone un paradigma alternativo para superar algunas de las deficiencias de la agricultura mundial actual.

Este nuevo paradigma ascendente se basa en tres indicadores fundamentales para lograr la sostenibilidad medioambiental, económica y social de la agricultura y los sistemas alimentarios. Estos se dividen en indicadores técnicos, geográficos y sociales y se han analizado para cuatro sistemas agrícolas: sistemas de bajos insumos, de altos insumos, orgánicos y deseados. Se han analizado siete regiones geográficas mundiales en función de sus indicadores socioeconómicos y de la situación de la agricultura, con el fin de desarrollar vías para la aplicación del nuevo paradigma. La vía de cambio sugerida en este documento incluye un enfoque en la investigación y la formación, cambios políticos e institucionales y una evaluación de los costes y beneficios, así como cambios en los modelos de producción que tengan en cuenta la escala y las métricas de sostenibilidad, e incluyan innovaciones en consulta con todas las partes interesadas. Este nuevo paradigma tiene el potencial de orientar los esfuerzos globales hacia soluciones más locales y regionales, impulsadas por la comunidad y que constituyen un enfoque "de abajo hacia arriba".