Las comunidades con las que trabaja Biowatch están situadas en los municipios del distrito de Umkhanyakude y Zululand, en el norte de Kwazulu-Natal, en el sureste de Sudáfrica.

La iniciativa se centra en los pequeños familiares agricultores, autoorganizados como grupos locales de agricultores. Los agricultores aplican una serie de prácticas agroecológicas interconectadas que construyen nuevos conocimientos sobre la base de la experimentación y los conocimientos tradicionales e indígenas de la agricultura, las semillas y los alimentos.

Los agricultores practican los principios agroecológicos:

- el fomento de la fertilidad del suelo mediante diversas formas de compostaje y biofertilización;

- medidas de conservación del agua y del suelo, como el acolchado, las cunetas (terraplenes) y los pozos de absorción;

- la gestión de las plagas mediante la mejora de la salud del suelo, la repulsión de las plagas con plantas y tés de aroma intenso y la diversificación de los sistemas de producción mediante cultivos intercalados;

- guardar y almacenar semillas de cultivos africanos tradicionales y autóctonos;

- la defensa de la agroecología y los sistemas de semillas dirigidos por los agricultores.

Los principales elementos de la granja familiar típica combinan la planificación tradicional de la granja con la innovación agroecológica: El huerto doméstico, las parcelas de alimentación de secano con rotación de cultivos, la parcela de semillas dedicada, el banco de semillas doméstico, los frutos silvestres autóctonos y los frutos cultivados, el forraje para los animales, las barreras contra los insectos y el refugio para los depredadores de plagas, los kraals de animales.

Al menos 2.300 personas de estos hogares agrícolas se benefician directamente de la agroecología gracias a una mayor seguridad alimentaria y nutrición. Los hogares participantes han creado una red de explotaciones agrícolas que demuestran la existencia de una agroecología resiliente en acción que responde constantemente al contexto, adaptándose y mejorando, proporcionando pruebas firmes de que la agroecología funciona para mejorar los medios de vida y el medio ambiente.

Los sistemas agrícolas de los agricultores participantes son más resistentes porque las prácticas agroecológicas se centran en la construcción de suelos sanos y en la conservación y el reciclaje de los recursos disponibles, incluida la biomasa y el agua. Los suelos sanos y cubiertos de mantillo son porosos y capaces de retener la escasa de la lluvia, a la vez que alimentan plantas más sanas y capaces de resistir las crisis climáticas y los brotes de plagas.

Algunas de las innovaciones que se han añadido a las prácticas tradicionales son: la adición de leguminosas en el sistema de cultivos intercalados que proporcionan biomasa y nitrógeno adicionales; técnicas accesibles y adaptables localmente para producir enmiendas biológicas fermentadas para el suelo y la protección contra las plagas; la construcción de canales y cuencas de plantación; mejoras en la cosecha, la selección y el almacenamiento de semillas de variedades de cultivos bien adaptados y de polinización abierta.

Esta ficha se ha elaborado en el marco del proyecto Avaclim, cuyo objetivo es crear las condiciones necesarias para el despliegue de la agroecología en las zonas áridas. La asociación de solidaridad internacional CARI coordina el proyecto Avaclim, mientras que El Grupo de Vigilancia Ambiental (EMG) se encarga de su ejecución en Sudáfrica.