Los bienes comunes de las semillas -la gestión colectiva de las semillas y los conocimientos asociados- son uno de los principales objetivos de la soberanía alimentaria, esa alternativa crucial para evitar el agotamiento provocado por la agricultura industrializada. Para recuperar los bienes comunes, explica Michel Pimbert en este amplio análisis político, es necesario permitir el control comunitario del cultivo, el comercio y el consumo de alimentos. Ello exigirá transformaciones en la agricultura, las economías, los derechos y los sistemas políticos que se apoyen mutuamente, hacia la agroecología, la economía solidaria, las nociones colectivas de propiedad y la democracia directa.

Basándose en fuentes como la Declaración de Nyéléni sobre la soberanía alimentaria y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales, este documento expone un enfoque radical de la gobernanza de las semillas fuera del paradigma capitalista y patriarcal.

Las propuestas, cuya presencia en los foros mundiales y nacionales sobre la gobernanza de las semillas es escasa, ofrecen un nuevo marco para el cambio necesario en un momento de exclusión social, pobreza y profundización de la crisis medioambiental.

El artículo concluye que el paradigma de la soberanía alimentaria -con su énfasis en la agroecología transformadora, los bienes comunes, la democracia directa y la economía del cuidado y la solidaridad- ofrece esperanza y un marco para la acción.