La humanidad se enfrenta a una auténtica tormenta de cambio climático, pérdida de biodiversidad y múltiples formas de malnutrición ( retraso en el crecimiento, emaciación, deficiencias de micronutrientes y obesidad) coexistentes a la vez en un mismo país, comunidad, hogar e incluso individuo. Los retos de cada una de estas áreas son bien conocidos y reconocidos, pero lo que parece ausente en muchos círculos políticos y de desarrollo es el reconocimiento del papel central de los alimentos en estas tres esferas.

Este documento identifica los puntos de entrada dentro de los sistemas agroalimentarios para mejorar la biodiversidad y las dietas, siendo dos mecanismos que pueden utilizarse para mejorar la nutrición y optimizar la sostenibilidad medioambiental, al tiempo que se garantiza la equidad social, especialmente de las personas más vulnerables. También presenta recomendaciones de medidas concretas por parte de las principales partes interesadas -gobiernos, instituciones académicas, sociedad civil, sector privado y socios de desarrollo- para crear sistemas agroalimentarios resistentes, inclusivos y sostenibles.