La fiebre aftosa es la enfermedad animal transfronteriza más transmisible entre el ganado, y es extremadamente difícil gestionarla una vez que se ha introducido en los sistemas europeos de producción de rumiantes. Un solo brote de esta enfermedad vírica suele tener repercusiones muy graves, ya que es altamente contagiosa y se propaga con facilidad, llegando a provocar fiebre, cojera y, en ocasiones, la muerte.

De los 1.800 millones de animales que constituyen la población mundial de grandes rumiantes (como el ganado vacuno), mil millones se encuentran en países donde la fiebre aftosa es endémica. Se calcula que hasta una cuarta parte de estos animales contraen la enfermedad cada año, aunque solo se declara oficialmente un pequeño porcentaje de los casos. Además, esta enfermedad acarrea pérdidas directas e indirectas para cientos de millones de ganaderos, lo que puede tener un impacto devastador en zonas donde una gran parte de la población depende del ganado.

En las zonas endémicas, el costo promedio anual total de la fiebre aftosa en términos de vacunación y pérdidas de producción asciende a 11.000 millones de dólares estadounidenses. En comparación, el costo en las zonas libres de la enfermedad ronda los 1.500 millones de dólares al año (Knight-Jones y Rushton, 2013).

La Comisión Europea para la Lucha contra la Fiebre Aftosa de la FAO desempeña un papel crucial de cara a reducir el riesgo pertinente de la fiebre aftosa y garantizar una mejor preparación ante posibles brotes por parte de los 39 Países Miembros y los vecinos europeos. La Comisión ofrece oportunidades de formación, desarrolla modelos relativos a las medidas de control de la fiebre aftosa a fin de orientar la planificación de emergencias y brinda apoyo a los programas nacionales para el control progresivo de la fiebre aftosa. Todas estas iniciativas contribuyen a mejorar el control progresivo de la fiebre aftosa a escala mundial en el marco de la estrategia mundial para el control de la fiebre aftosa. El alcance de las actividades de preparación y reducción de riesgos también se ha extendido a otras enfermedades transfronterizas de los animales similares que representan una amenaza inmediata para los Países Miembros.

La labor de la Comisión Europea para la Lucha contra la Fiebre Aftosa se centra en tres pilares:

• Mejorar la preparación de los Países Miembros y del resto de Europa para gestionar la fiebre aftosa y otras crisis similares causadas por enfermedades transfronterizas de los animales;
• Reducir el riesgo de fiebre aftosa y otras enfermedades transfronterizas entre animales similares en los Países Miembros y en la vecindad europea;
• Apoyar y mejorar el progreso de la estrategia mundial para el control de la fiebre aftosa y reforzar la seguridad del suministro efectivo de vacunas contra la fiebre aftosa.

En colaboración con la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, la FAO y la Organización Mundial de Sanidad Animal, y con el apoyo del Instituto Pirbright, la labor de la Comisión Europea para la Lucha contra la Fiebre Aftosa ha contribuido a que no se haya producido ningún brote de fiebre aftosa en la Unión Europea desde 2011, a pesar de que la infección sí está presente en países vecinos de varios miembros de la Unión.