Para poder evaluar el impacto del riego sobre los recursos hídricos, es necesario contar con una estimación del agua que efectivamente se extrae para el riego, es decir, el agua extraída de ríos, lagos y acuíferos para destinarla al riego. Las extracciones de agua de riego suelen exceder con mucho las necesidades netas, debido al agua que se pierde en la distribución desde su origen hasta el cultivo.
Para 118 de los 165 países y territorios de este estudio se dispone de información sobre extracciones de agua obtenida de fuentes nacionales (es decir, no se trata de estimaciones). Para completar los datos faltantes de los 47 países para los que no se dispone de información (o solo de estimaciones), se calcula un ratio entre necesidades estimadas y extracciones reales de agua de riego de aquellos países que sí disponen de estos datos:
Ratio NA = NAR / EAR
donde:
Ratio NA = ratio de necesidades de agua (eficiencia del riego) (-)
NAR = necesidades de agua de riego al año (m3)
EAR = extracciones de agua de riego al año (m3)
Normalmente se hace referencia a este ratio como "eficiencia en el uso del agua" (FAO, 2012c) en la agricultura o "eficiencia del riego". Sin embargo, existe cierta controversia sobre el uso de esta expresión (Perry and Kite, 2003). La palabra "eficiencia" implica que cuando ésta es baja el agua se malgasta. Y esto no es necesariamente así. La fracción recuperable del agua no consumida se puede usar aguas abajo en el mismo sistema de riego, puede volver al río o puede contribuir a recargar los acuíferos. Por esta razón, en este estudio al hablar del ratio entre las necesidades de agua de riego y el volumen de agua extraída para riego se emplea el término "ratio de necesidades de agua".
El promedio de los ratios de necesidades de agua calculado a nivel subregional o regional posibilita, junto con las necesidades de agua de riego calculadas anteriormente, la estimación de las extracciones de agua de riego para países que no disponen de información completa. Además, esto permite contrastar los datos y su corrección.
Se han recopilado datos sobre la extracción de agua agrícola por país (variable 4250 de AQUASTAT) y sobre la extracción de agua para el riego (variable 4475 de AQUASTAT) a través de las encuestas nacionales de AQUASTAT (FAO, 1995; 1997a; 1997b; 1999; 2000; 2005a; 2009b y 2012a). Por otro lado, se ha realizado una actualización específicamente para este estudio y en algunos casos se han obtenido estadísticas nacionales más recientes. Para una mayor precisión, en los casos en que estaba disponible, se ha usado la extracción de agua para riego en vez de la extracción de agua agrícola, que también incluye las extracciones de agua para ganadería y acuicultura. Sin embargo, puesto que la agricultura es el uso más importante del agua, en ausencia de datos específicos sobre extracción de agua de riego, se asume que la extracción de agua agrícola se refiere únicamente al riego. Además, en la medida de lo posible, se ha seleccionado el dato de extracción de agua correspondiente al año del calendario de cultivo (o el más cercano), de modo que en los cálculos no siempre se usan los valores más recientes.
Tras elegir el año más adecuado para el dato de extracción de agua, se comparó éste con las necesidades de agua de riego calculadas previamente para obtener los ratios de necesidades de agua a nivel de país.
Para asignar un ratio a los países para los que no había datos sobre la extracción de agua agrícola o de agua para riego, o se trataba de datos estimados, se ha usado una aproximación regional en vez de nacional para intentar reducir el alto nivel de incertidumbre de los valores nacionales. De modo que se han calculado ratios de corrección a nivel subregional o regional en los casos en los que había al menos dos ratios nacionales consistentes disponibles. Esto excluye los ratios inferiores al 15 por ciento y superiores al 85 por ciento que se consideran poco consistentes por ser muy bajos o muy altos, y que también se sustituyeron por estos ratios de corrección:
RCr = NARr / EARr
donde:
r = región
RCr = ratio de corrección para la región
NARr = necesidades totales de agua de riego para los países con datos consistentes solo a nivel regional
EARr = extracciones totales de agua de riego para los países con datos consistentes solo a nivel regional
Estos ratios de corrección subregionales o, cuando no había datos disponibles, regionales, se han asignado a países que anteriormente no contaban con datos sobre la extracción de agua o solo disponían de estimaciones. Se han utilizado para hacer una nueva estimación de las extracciones de agua para la agricultura de regadío por país, dividiendo las necesidades de agua de riego del país por el ratio de corrección asignado. Estas nuevas estimaciones se refieren al año del calendario de cultivo correspondiente. Se indica que se trata de datos obtenidos a través de modelos (con el símbolo "L") en la base de datos de AQUASTAT y en cursiva en la Tabla 4. Los recursos hídricos renovables reales totales de cada país también se presentan en la Tabla 4 y se usan para el cálculo de la presión del riego sobre los recursos hídricos (extracción de agua de riego como porcentaje de los recursos hídricos renovables totales). Los datos y los análisis regionales se pueden consultar en el resumen regional más abajo.
Además de las estimaciones de las extracciones de agua para el riego realizadas anteriormente para poder completar la variable correspondiente [código 4475] de la base de datos de AQUASTAT, los ratios de necesidades de agua también sirven para identificar parejas de datos de necesidades y extracciones de agua de riego inconsistentes y así poder corregirlos.
El ratio de necesidades de agua identifica parejas de datos de necesidades y extracciones de agua de riego incoherentes. En esta revisión se consideran incoherentes los ratios que estén por debajo del 15 por ciento o por encima del 85 por cierto. En estos casos, los valores de necesidades y extracciones de agua de riego se corrigen con la ayuda de expertos.
Se aplican correcciones a las necesidades de agua de riego (con los ratios de corrección pertinentes) y a sus correspondientes extracciones de agua (como se explica arriba) en las tres situaciones siguientes:
Además, también se aplica una corrección de la extracción del agua de riego a algunos países africanos:
Se recopilan y analizan los ratios de necesidades hídricas obtenidos para cada país (Tabla 4) por continente y por agrupación según ingresos (altos, medios y bajos, según la definición de octubre de 2012). Como en el resumen regional de calendarios de cultivos regados, se presta especial atención a los PBIDA y a los PMD (Tabla 5).
En promedio, para los 167 países considerados, se estima que el ratio de necesidades hídricas está en torno al 56 por ciento, variando desde el 23 por ciento en áreas con recursos hídricos abundantes (Centroamérica) hasta el 72 por ciento en el norte de África, donde la escasez de agua genera ratios de necesidades de agua más altos. Además de la disparidad geográfica de la disponibilidad de agua, los ratios de necesidades de agua también pueden depender de la disponibilidad de recursos económicos tal y como demuestra la agrupación según ingresos, con ratios más altos para los ingresos más altos: 48, 56 y 61 por ciento para los países de ingresos bajos, medios y altos respectivamente. Los PMD presentan ratios de necesidades de agua aún más bajos, de tan solo el 50 por ciento. La escasez de recursos financieros puede impedir el adecuado mantenimiento y funcionamiento de los sistemas de riego y el desarrollo de sistemas de riego por los pequeños agricultores, así como el desarrollo de sistemas de riego presurizados (más caros que los sistemas de riego por superficie pero con una mayor eficiencia en el riego en el campo). Por otro lado, los recursos financieros permiten mejorar las capacidades de los regantes y de los responsables de los temas hídricos y el monitoreo de los recursos hídricos, entre otras cosas. Los mayores ratios de necesidades de agua de los países de ingresos altos contrarrestan su menor intensidad de cultivo y su menor proporción de superficies equipadas realmente regadas (como se explica en el resumen regional de calendarios de cultivos regados). A nivel nacional, las variaciones son aún mayores, con ratios de necesidades hídricas que van desde el 18 por ciento al 85 por ciento. Además, la relación con la disponibilidad de agua y los ingresos pierde relevancia, existiendo un grupo de países con estrés hídrico o con altos ingresos que tienen ratios de necesidades de agua relativamente bajos y algunos países con recursos hídricos abundantes o bajos ingresos que tienen ratios de necesidades de agua relativamente altos (véase la discusión sobre las limitaciones de esta revisión).
Se ha estimado que las extracciones de agua de riego alcanzan tan solo el 5 por ciento de los recursos hídricos renovables totales de los 167 países estudiados (Tabla 5). Sin embargo, hay grandes variaciones entre regiones: la región del norte de África destina el 77 por ciento de sus recursos hídricos al riego, y Oriente Medio el 40 por ciento (la península arábiga, una de sus subregiones, el 472 por ciento), mientras que América Latina tan solo usa el 2 por ciento y Europa el 1 por ciento. Únicamente diez países (casi todos de la península arábiga, pero también del norte de África y de Asia central) usaron volúmenes de agua de riego varias veces superiores a sus recursos hídricos renovables anuales para un determinado año. A pesar de la desviación de estos ratios por el uso de volúmenes significativos de fuentes secundarias de agua dulce (agua extraída previamente y devuelta a los ríos y a las aguas subterráneas) y de fuentes no convencionales (uso directo de aguas residuales tratadas o sin tratar, agua de drenaje agrícola e incluso agua desalada para la agricultura) así como de aguas subterráneas fósiles en algunos casos, la situación sigue siendo crítica en estos países. Otros 22 países usaron más del 20 por ciento de sus recursos hídricos, un límite que puede usarse para indicar una situación inminente de escasez de agua. Otros países presentan unas cifras nacionales relativamente bajas, que pueden dar una impresión excesivamente optimista del nivel de estrés hídrico: China, por ejemplo, sufre escasez de agua severa en el norte, mientras que el sur aun cuenta con recursos hídricos abundantes. A nivel local, hay problemas de sobreexplotación de aguas subterráneas renovables en varios países de Oriente Próximo, el norte de África, el sur y el este de Asia, Centroamérica y el Caribe, a pesar de que a nivel nacional el balance hídrico sea positivo.