La ciudad santafesina de Sunchales fue una de las sedes del seminario internacional del 8 de abril “La mujer rural hoy” (organizado por el CREAD y  la REDYR, con la coordinación local del Centro Regional y del Proyecto territorial de la zona centro de Santa Fe), que también tuvo acogida en otras doce ciudades de Argentina, México, Bolivia, Uruguay y Colombia y contó con la participación de FAO Argentina (desde la sede de Buenos Aires) y FAO Bolivia. El encuentro, que se dio en las instalaciones de la Fundación Atilra, convocó alrededor de un centenar de mujeres de diversas edades y ámbitos de acción (productoras rurales, hijas y nietas de productores, ancianas, alumnas de escuelas agrotécnicas y dirigentes agropecuarias) provenientes de más de veinte localidades de Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Mendoza.

En la apertura del evento el director del INTA Rafaela, Jorge Villar, dijo: “El INTA se dedicó siempre a la familia rural. Hoy, la ruralidad se conforma con nuevos roles y desafíos y la tecnología nos permite vínculos antes inimaginables. Que puedan llevarse algo para sus familias y grupos ya nos satisface.” Por su parte, Joaquín Gandolfo (de Atilra) justificó la participación de la Fundación en el seminario y la intención de convertir el trabajo con las mujeres rurales en una línea concreta dentro de la institución al recordar que “la cultura se construye desde múltiples lugares” y que “nadie puede solo”.

Las asistentes, reunidas en grupos, trabajaron en un taller donde compartieron entre todas sus experiencias como mujeres rurales e identificaron problemas para buscar soluciones en conjunto. Si bien el componente internacional fue el eje primerizo de la convocatoria al seminario, este agregado presencial y participativo se convirtió en otra característica importante en la sede de Sunchales, donde se dio lugar a la conversación mutua de una multiplicidad de temas.

Esta circulación de aprendizajes e intercambios provocó que las concurrentes hallaran propuestas para solucionar desde sus principales preocupaciones (que se vinculaban al retorno y/o permanencia de los jóvenes en el campo, la falta de apoyo del Estado, políticas públicas inadecuadas, la baja en el rendimiento, la cotitularización de la producción y la falta de integración femenina al sector) hasta los problemas aparentemente más alejados de su dominio (como las inundaciones y sequías o el precio de la leche). Así, bajo la consigna “lo que necesitamos aprender” surgieron proposiciones como la incorporación del valor agregado, la asociación para hacer escuchar sus demandas, el trabajo conjunto con políticos y economistas, la acción cooperativa para sus trabajos y maquinarias, la integración de los más jóvenes al trabajo rural, la gestión de la ley de agricultura familiar, la capacitación de los empleados, o hasta una jubilación para la mujer que trabaje en el campo. Sin embargo, una de las expositoras reconoció que “nos sigue costando habitar algunos espacios”.

FAO Bolivia también estuvo presente en Sunchales a través de una teleconferencia donde Milenca Doris Torrico Díaz (consultora internacional de FAO) enunció que las mujeres son “la mitad de cada pueblo” y que por ello “urge la visibilización del tiempo y del cuerpo de las mujeres si queremos avanzar hacia la igualdad”. Desde la Unidad para el Cambio Rural del Ministerio de Agroindustria, en Buenos Aires, la Ingeniera Agrónoma Viviana Blanco dijo: “La comida que nos llevamos a la boca cada día no viene del supermercado ni de la heladera, sino de las manos de las mujeres rurales.”

Luego, las presentes en Sunchales compartieron por teleconferencia las experiencias del grupo GAMA, la de mujeres tamberas del Programa Cambio Rural, la de grupos juveniles de Sancor y la de AMRAF (que convocó a todas a sumarse para obtener cambios legislativos y políticos).

La conclusión general de las mujeres que tomaron parte del seminario fue no solo una sensación generalizada de satisfacción, aprendizaje y diversidad, sino también la necesidad de comprometerse para que este tipo de encuentros continúen y así seguir con la reunión, la capacitación y el apoyo mutuos que las visibilicen como actor social fuerte y las hagan avanzar hacia soluciones colectivas con mirada de género. “No nos resignemos” o “Tenemos que poner en práctica todo lo que las mujeres sabemos” fueron algunas de las frases que dejaron las asistentes al finalizar la jornada.

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- Fotos del evento