FAO en Argentina

Seguridad alimentaria y energías renovables, áreas prioritarias para FAO Argentina

25/04/2017

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es reconocida internacionalmente por su trabajo constante en políticas de seguridad alimentaria y de acceso a los alimentos. Con oficinas en diferentes ciudades del mundo, desde hace casi 15 años la sede de Argentina trabaja para desarrollar sus recursos y los de la región.

En su número de marzo, la revista Énfasis Alimentación entrevista a Francisco Yofre, Oficial a Cargo de la Representación de FAO en el país, para hablar de políticas agrolimentarias y compartir las principales actividades y proyectos de FAO en Argentina.

¿Cuál es la función de la representación de FAO en Argentina?

La Representación tiene como rol fundamental acercar la FAO a la Argentina. Este acercamiento significa poner a disposición del país los recursos, conocimientos y experiencias que ha adquirido la Organización en otras partes del mundo. También tiene el rol de ser un espacio neutral de encuentro para la discusión de políticas orientadas a la alimentación y la agricultura.

A su vez, y la tendencia es cada vez mayor, que la Representación pueda servir de nexo entre la Argentina y los demás países socios de la FAO. En los últimos años se ha desarrollado la Cooperación Sur-Sur o Triangular, que significa impulsar la colaboración entre países en desarrollo, en donde las Representaciones de FAO de diferentes latitudes y longitudes del planeta nos han contactado para poder identificar áreas de cooperación en donde la Argentina podría asistir a otros países. 

¿Cuáles son las áreas en las que FAO Argentina focaliza su actividad?

Las principales áreas de cooperación en Argentina están identificadas con el biocombustible, la pérdida y desperdicio de alimentos, la pesca, el desarrollo rural, uso y manejo de los recursos naturales de forma sostenible y la agricultura familiar. Todas estas áreas tienden a alcanzar o lograr la seguridad alimentaria. Por ejemplo, en el caso de los biocombustibles se buscan dos objetivos. El primero y esencial es lograr cambiar la matriz energética a través de la incorporación de combustibles derivados de la biomasa y que éstos no sean una competencia directa de los alimentos, como es el caso de los desechos forestales. En segundo lugar, se busca, con el potencial agrícola que tiene la Argentina, el de producir energías renovables y amigables al ambiente.

¿A qué se debe esa elección?

Esta elección de las áreas se debe a una planificación que se hace con el Gobierno cada 5 años, en donde se definen las áreas en las cuales la FAO trabajará en el país. Estas áreas se identifican principalmente con el Ministerio de Agroindustria, pero también con el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, quien lidera la cooperación internacional.

Por lo general estas áreas son identificadas y seleccionadas como puntos críticos en donde hace falta reforzar. Un tema incipiente en Argentina es la pérdida y desperdicio de alimentos, una cuestión de suma importancia y que si se trabaja seriamente puede tener un alto impacto en la seguridad alimentaria. Si uno piensa y tiene presente que la tercera parte de la producción de alimentos se pierde o desperdicia anualmente en el mundo y toma alguna acción encaminada a reducir esta pérdida o desperdicio, podría estar ayudando a reducir el hambre en el mundo.

¿Cómo observa el desarrollo agroalimentario en Argentina, qué falencias y oportunidades encuentra?

El desarrollo agroalimentario argentino es uno de los más avanzados que hay en el mundo. Argentina tiene todos los ingredientes para ser una potencia mundial. Lo que faltaría, y se está trabajando en ello, es acercar a las economías regionales al mundo. El acercamiento es tanto interno, en mejora de infraestructura logística (rutas, puertos, trenes); el Plan Belgrano, es muestra de ellos y a nivel externo, abriendo nuevas puertas en el mundo para colocar productos agroalimentarios con valor agregado nacional.

¿Cuál y cómo es la vinculación de la FAO con la industria alimentaria en su totalidad? ¿Cómo trabajan para su empoderamiento?

El vínculo con la industria alimentaria ha sido siempre una prioridad para la FAO. Desde un inicio se trabajó con los productores, principalmente los más pequeños llamados agricultura familiar. Con ellos se ha trabajado en las áreas de producción y capacitación. En Argentina este sector es fundamental para la producción de alimentos básicos, como por ejemplo tomate, lechuga, zanahoria, cebollas, hortalizas en general.

Son aproximadamente 220.000 productores y son los que producen los alimentos que comemos todos los días. En los últimos años comenzamos a trabajar también con el sector privado, principalmente los supermercados. Con ellos se trabajó en la inclusión de los pequeños productores en su cadena de comercialización, realizando vínculos comerciales para que los pequeños pudiesen tener acceso al mercado mediante un precio justo.

Desde hace dos años estamos trabajando con supermercados y el Banco de Alimentos en la concientización de la pérdida y desperdicio de alimentos, que como mencioné, es un asunto vital para alcanzar la seguridad alimentaria. Además de ellos, y junto al Ministerio de Agroindustria y el INTA, estamos en una etapa en la cual es prioritario comenzar a sensibilizar a la sociedad en la necesidad de no desperdiciar alimentos.

¿Cómo es la relación con los países de la región y su interacción?

Con los países de la región se trabaja estrechamente a través de la Cooperación Sur-Sur, un mecanismo que permite a los países en desarrollo intercambiar ideas, experiencias, conocimientos e incluso son socios en la ejecución de proyectos. En estos momentos estamos finalizando, junto con el Ministerio de Agroindustria, una propuesta de proyecto que financiaría el Gobierno de Brasil, que esperamos en breve poner en marcha, sobre la producción algodonera en la provincia de Formosa y que beneficiaría a los pequeños productores para aumentar y mejorar la calidad de su producción.

En la región la FAO tiene una Oficina Regional para América Latina y el Caribe que cumple el rol de articular a los diferentes países en materia de políticas agroalimentarias, políticas comerciales, sanitarias y de políticas de protección social con el fin de erradicar el hambre en la región.

Entre las acciones que viene implementando se destaca el programa de "Iniciativa de América Latina y el Caribe contra el Hambre" en donde se busca erradicar el hambre a través de una mirada holística que incluya, no sólo la producción, la calidad, la sanidad, sino también que se trabaje en materia legislativa, que incluya, por ejemplo, el Derecho a la Alimentación como un derecho humano básico.

También la Oficina Regional articula acciones con otros organismos regionales como son el MERCOSUR, el Consejo Agropecuario del Sur, el IICA, la CELAC, entre otros.

*Entrevista de Paola Papaleo, editora de la revista Énfasis Alimentación