FAO en Bolivia

Misión monitorea el alcance de iniciativas de la FAO para el incremento de la resiliencia en las cuencas de los ríos Beni y Mamoré

07/12/2017

Una misión visita los municipios y comunidades de las cuencas de los ríos Beni y Mamoré para identificar percepciones y necesidades hacia la consolidación de la gestión del riesgo y la resiliencia. Jorge Pablo Torrealba, del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO, por sus siglas en inglés), se encuentra en Bolivia para hacer seguimiento a la primera etapa del proyecto “Incremento de la preparación y resiliencia de comunidades vulnerables indígenas y organizaciones, con un enfoque multisectorial a nivel local, departamental y nacional en las cuencas de los ríos Beni y Mamoré” que actualmente ejectua la FAO, en coordinación con el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras y el Viceministerio de Defensa Civil, con financiamiento de ECHO.

El proyecto da continuidad a una primera iniciativa desarrollada entre 2015 y 2016 para contribuir al desarrollo de capacidades y adopción de estrategias comunales para que sean resilientes a nivel local, con el fin de reducir su vulnerabilidad, complementar y reforzar las capacidades municipales en los niveles departamental y nacional. De los resultados de esta experiencia y de la expectativa del proyecto en curso habla Torrealba en esta entrevista.

Un consorcio liderado por la FAO ha trabajado anteriormente en las cuencas de los ríos Beni y Mamoré para el incremento de la preparación y resiliencia de comunidades vulnerables frente a riesgos climáticos principalmente. Se encuentra en vigencia una segunda fase de este esfuerzo. En ese contexto, ¿cuál es la expectativa de su visita?

Después de las inundaciones de 2014 financiamos en los años 2015 y 2016 proyectos por un monto de cerca de tres millones de euros. Esos proyectos terminaron a finales del año pasado y este año aprobamos una nueva fase con un poco más de un millón 300 mil euros para incidir en el fortalecimiento de los procesos que se habían iniciado y que tenían buenos resultados en las cuencas del río Mamoré. Esta misión es para ver cómo se va desarrollando esta segunda fase de consolidación y de difusión de los resultados. Ver cómo las comunidades y los municipios estás adoptando las soluciones y las herramientas que se crearon y fortalecieron en la anterior etapa, por lo tanto es una visita corta para conversar con autoridades y comunidades acerca de cómo están viendo las herramientas.

¿Esta segunda fase significa que la primera ha tenido resultados que permiten proyectar positivamente la continuidad del trabajo?

Hemos visto que durante la primera etapa se lograron resultados importantes, el proyecto que lideraba la FAO tenía una serie de componentes para reforzar la resiliencia de familias rurales para que cuando sucedan inundaciones no pierdan sus cultivos o puedan recuperarse rápidamente, incluido un trabajo de recuperación de conocimientos ancestrales por parte de las comunidades; de lo que se trata ahora es de difundir más ese conocimiento que se recuperó y se sistematizó en la primera etapa. Se hicieron planes para incluir en la currícula regional temas de gestión de riesgo para que los niños vayan aprendiendo desde la escuela de estas temáticas y también se trabajó en fortalecer las temáticas de alerta temprana para que las fuentes nacionales pudieran obtener mayores datos, por ejemplo, sobre la pluviometría; ahora nuestro interés es que esa información pueda llegar a los niveles municipales y locales con sistemas de alerta temprana que le permita a las poblaciones tomar decisiones lo más rápido posible.

Nuestros proyectos son relativamente cortos, de 18  ó 20 meses, entonces es muy difícil dejar procesos consolidados en tan poco tiempo, por lo tanto decidimos financiar esta segunda fase y terminar de consolidar y permitir a la población que no participó de la primera fase tener conocimiento de todas estas herramientas. Ahora son tal vez menos trabajos de investigación, de trabajar muy de cerca con las comunidades ya no para ejecutar cosas, sino para difundir el conocimiento logrado en la primera etapa y hacerlo accesible a la mayor cantidad de gente.

Uno de los éxitos de la primera etapa, algo aparentemente novedoso para el caso de Bolivia, fue que se empezó a trabajar como cuenca. Dentro de la fuerte descentralización que hay en Bolivia mucho del manejo del territorio se hace por municipio, sin embargo la problemática de inundaciones no afecta a un solo municipio, por lo tanto hay que tener un enfoque más de cuenca y aparentemente se logró con