FAO en Bolivia

La FAO deja obras y la semilla de la capacitación para que agricultores del altiplano paceño mejoren su alimentación

Productora de hortalizas en la provincioa Omasuyos.
29/03/2018

Cerca de 700 familias de agricultores del altiplano norte de La Paz accedieron a tecnologías de cosecha de agua para consumo y riego, y cuentan con invernaderos para la producción de hortalizas, pero lo que es más importante, adquirieron capacidades para continuar mejorando su alimentación y nutrición.

Las obras benefician a cuatro municipios de la provincia Omasuyos de La Paz, donde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) trabajó de manera coordinada con las autoridades y logró la participación de los municipios con fondos propios.

“Los invernaderos o cisternas son tecnologías y conocimientos que las comunidades deben replicar y aplicar para tener mejores días, así que el trabajo real recién comienza”, dijo el Representante de la FAO en Bolivia, Theodor Friedrich, en la entrega de obras en la comunidad de Ispaya Grande, municipio de Ancoraimes, este 28 de marzo.

La asistencia técnica prestada por la Organización, en coordinación con el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDPyEP), permitió la construcción de sistemas de cosecha de agua de lluvia de una capacidad de 16 m3, pero también incidió en la capacitación de los técnicos municipales de Ancoraimes, Huarina, Santiago de Huata y Achacachi para que puedan replicar esta tecnología de bajo costo.

“Nos ha costado trabajo, pero estamos alegres y contentos porque ya vamos a poder tener agua, hemos instalado una pila pública, vamos a poner tubos para que llegue a nuestras familias”, dijo Félix Mamani, uno de los beneficiarios en el municipio de Ancoraimes.

Ese mismo trabajo de fortalecimiento de capacidades se hizo en la construcción de invernaderos o carpas solares, con un impacto en la mejora de las condiciones nutricionales de la población a partir de la producción de hortalizas, como lechugas, tomates, acelgas y otros, que han sido incorporadas en la dieta de las familias y que antes eran considerados alimentos de lujo por su elevado costo en los mercados rurales.

Estas hortalizas son producidas bajo un enfoque agroecológico, con la implementación de Sistemas Participativos de Garantía (SPG), que consideran aspectos sociales y medioambientales de producción. Los productores que cumplieron con este proceso recibieron certificados en el acto en la comunidad de Ispaya Grande.

“Mis hijos no comían las verduras que compraba, pero desde que empecé a trabajar con FAO he podido aprender a producir mis alimentos con participación de mi familia, ahora a ellos les gusta cocinar nuestra producción y hemos mejorado nuestra alimentación”, dijo Beatriz Cocasapa, productora de la comunidad de Chingani Alto, municipio de Santiago de Huata.

Esta iniciativa desarrollada por la FAO en uno de las zonas más pobres del país y que se encuentra en fase de cierre, tuvo como objetivo central bajar a terreno los lineamientos del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Plan SAN CELAC 2025).