FAO en Bolivia

Poblaciones de Beni y el norte de La Paz cuentan con tecnología y herramientas para enfrentar la sequía

15/06/2018

Doña Pablita Tama vive en la Comunidad San José de Reyes, en el departamento del Beni, y se siente resiliente a la sequía, uno de los fenómenos climáticos que afectan a su comunidad con la misma crudeza con que llegan las inundaciones. No es casualidad, la suya es una de las 37 comunidades que “cultivan” la cultura del Ser Resiliente a partir de una iniciativa liderada por el Viceministerio de Defensa Civil (VIDECI) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En coordinación con el gobierno nacional, los gobiernos departamentales y municipales de Beni y el norte de La Paz, se utiliza tecnología y herramientas para enfrentar la sequía y las inundaciones con un enfoque integral de Gestión de Riesgos.

Una de ellas es la plataforma DEWETRA, una tecnología FAO implementada de manera conjunta con el VIDECI y la Cooperación Italiana para la emisión de alertas hidrológicas, con la que actualmente se está monitoreando el riesgo de sequía. Y la otra es el Sistema del Índice de Estrés Agrícola (ASIS, por sus siglas en inglés), que permitirá determinar riesgos de sequía para los cultivos más importantes para la seguridad alimentaria de Bolivia.

Este 17 de junio es el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, fecha que recuerda la urgente necesidad de neutralizar estas amenazas a la seguridad alimentaria de la población, dijo el Representante de la FAO en Bolivia, Theodor Friedrich.

DEWETRA Y ASIS contribuyen a este desafío, y se complementan con el trabajo técnico que se lleva adelante con la participación de Visión Mundial, UNICEF, Soluciones Prácticas y Ayuda en Acción, en el marco del “Programa de asistencia técnica para el fortalecimiento, coordinación y articulación de la gestión del riesgo e incremento de la resiliencia en Bolivia”.

“Estamos entrando a una época seca por lo que hay que monitorear. Este trabajo lo hace el Servicio Nacional de Meteorología (SENAMHI) a través de un modelo meteorológico denominado DEWETRA, que permite con bastante precisión establecer las precipitaciones pluviales o los déficits hídricos”, explicó Oscar Mendoza, técnico de la FAO.

A partir de enero la tecnología se complementa con el ASIS, capaz de detectar áreas agrícolas donde se presenten condiciones de alta probabilidad de sufrir estrés hídrico o sequía.

“El SENAMHI y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras están recibiendo computadoras de alta capacidad para correr este sistema que cuenta con mapas satelitales y una base de datos desde 1982 a la fecha. De esta manera la información se actualizará cada dos días para mostrar cultivos y vegetación en riesgo de sequía”, dijo Mendoza.

Los datos que arrojan las dos tecnologías son territorializadas desde el nivel nacional al departamental, municipal y local a través de recursos como las alertas meteorológicas. Sin embargo, el trabajo no queda ahí. La generación de una cultura resiliente es trabajada puerta a puerta, con cada una de las más de 3.800 familias que se benefician de esta iniciativa, entre ellas la de doña Pablita Tama.

Esto incluye el decidido impulso de la prevención en actividades ganaderas y agrícolas. “En ganadería promocionamos el almacenamiento de forraje, desparasitación, vitaminización y el manejo integral del ganado. En el caso de la agricultura estamos promoviendo el manejo resiliente de la economía de traspatio y de la agricultura familiar comunitaria”.

Así es como la señora Pablita aprendió a diversificar su actividad agrícola --antes centrada en la producción de árboles frutales y medicinales-- con la producción de hortalizas y cultivos de ciclo corto, como la yuca. Ella cuenta con alimentos y semillas para continuar produciendo. Genera ingresos económicos adicionales a través de la venta de sus hortalizas. “Y eso la hace una productora resiliente”, afirma Oscar Mendoza.