FAO en Bolivia

Huertos Comunales: una solución innovadora en búsqueda de la seguridad alimentaria

03/03/2015

Bolivia encara una lucha sin descanso contra toda forma de inseguridad humana. En este sentido,  la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), con el financiamiento de The United Nations Trust Fund for Human Security (UNTFHS) encaran la creación de huertos comunales a través de un proyecto conjunto que nace con el objetivo de fortalecer la Seguridad Humana en las comunidades indígenas a través del apoyo integral, a fin de vigorizar sus capacidades de recuperación y respuesta y garantizar la seguridad alimentaria. Los resultados obtenidos de este proceso han demostrado ser exitosos,  pues han permitido la participación y apropiamiento de la comunidad en general en las labores de los huertos.

En efecto, este proyecto ha contribuido a la adopción de hábitos nutricionales saludables y a promover la socialización acerca de las virtudes de una dieta balanceada basada en hortalizas entre los diferentes miembros de la comunidad. La puesta en marcha de los huertos pretende que la gente de las comunidades mejore su calidad nutricional y de vida.

Maria Magdalena, una niña de 10 años nos espera en su comunidad Espíritu Santo para contarnos acerca de su participación en las actividades de los huertos comunales. Desafortunadamente, el mal estado del camino por las incesantes lluvias nos impide llegar hasta su casa. Dos días más tarde tenemos la suerte de conocer a Maria Magdalena y a otros niños y miembros de su comunidad en la ciudad de Trinidad.

María nos relata que su experiencia de trabajo con los huertos estuvo muy bien coordinada con las actividades escolares y con las iniciativas de los padres de familia (específicamente con las madres del comité del desayuno escolar). Nos cuenta la forma en la que llevaron a cabo una serie de procedimientos agrícolas, como ser la preparación de la tierra, la siembra y la cosecha. Sonriendo nos comenta que cosecharon exitosamente tomates, pepinos, lechugas y cebollas.

Lisbeth otra niña de la comunidad describe que a través del proyecto aprendió cómo sembrar las verduras. Thiago por su parte, nos relata que antes de la implementación del huerto no conocía muchas verduras como la acelga y el pepino; y sostiene que a partir de la implementación del huerto se consumen más verduras en su casa.

Patricia, una madre de familia nos refiere también su experiencia con los huertos familiares, afirmando que el principal beneficio es tener verduras a la mano en la comunidad. Antes de la existencia del huerto comunal, para poder consumir estos productos, tenían que viajar a la ciudad para comprarlas y que generalmente en época de inundaciones cuando el camino está en  mal estado, existían periodos largos en los que no se consumían verduras. Ahora con el huerto, el consumo de verduras se ha incrementado en la comunidad, mejorando su dieta y, por ende su calidad de vida.

María Magdalena  se despide de nosotros muy feliz, diciendo mientras se aleja “los espero al año en Espíritu…comeremos pollo al horno con tomates y pepinos del huerto!”.

Fuente: Entrevistas realizadas a comunarios de Espíritu Santo - Beni.