FAO en Bolivia

Simulacro en el Beni permitió evaluar preparación y capacidad de respuesta ante emergencia

En pleno proceso del simulacro realizado en Beni.
17/12/2015

Se predice  que a fines del  2015 e inicios del 2016, el Fenómeno climatológico de escala mundial “El Niño”,  afectará severamente a Latinoamérica y, en particular, a la región amazónica que comparten Brasil, Ecuador, Perú y Bolivia. En Bolivia, se esperan inundaciones de gran magnitud que podrían afectar a miles de familias en los Departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz  y La Paz, razón por la cual se están desarrollando acciones para evaluar capacidad de respuesta en emergencia.

 El Viceministerio de Defensa Civil (VIDECI), en coordinación con varias agencias humanitarias como FAO, UNICEF, PNUD, OIM, Soluciones Prácticas, Ayuda en Acción y la Fundación Salud del Rio Beni; con el financiamiento del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea (ECHO) y de la Cooperación Italiana; han desarrollado un programa de simulacros para encarar este evento climatológico adverso en diez municipios del Beni y dos del departamento de La Paz, además de algunas comunidades piloto.

Los objetivos de estos simulacros han sido poder evaluar las respuestas de la población en general y de las instituciones ante una emergencia con características de inundación  y  verificar los niveles de coordinación gubernamental existente desde al nivel central al departamental.

Oficiales técnicos de la FAO y de las otras agencias implementadoras del proyecto comentan que se ha evaluado principalmente, el manejo de la información de alerta ante inundaciones y otras acciones que permiten al municipio prepararse a través de sus Comités Operativos de Emergencia (COE) y sus mesas técnicas, ajustando todas  las acciones establecidas para este fin mediante talleres en los municipios.

Durante el simulacro se activan los sistemas de alerta temprana y se ejecutan planes de contingencia, seguidamente se evacúa a la población y al ganado hacia zonas seguras que fueron establecidas anticipadamente por Defensa Civil, luego se verifica la implementación de albergues y se activa la Red de Comunicaciones ante Emergencias. En esta ocasión, por ejemplo, se han realizado simulacros de rescate de material vegetal de yuca para poder asegurar su plantación después del periodo de crisis.

Cabe mencionar que una simulación, a diferencia de un simulacro, es un ejercicio de gabinete que se realiza en una sala de situación, consiguientemente, también se han realizado simulaciones en algunos municipios, a través del establecimiento de mesas técnicas agropecuarias, de salud, educación, de albergues y de rescate, para así dar respuesta con carácter integral a determinados problemas hipotéticos.

Este 16 de diciembre, una comitiva multisectorial realizó la evaluación de los simulacros, donde se han podido identificar algunas debilidades y dificultades en todos los niveles de gobierno (nacional, departamental y municipal). Es importante considerar  que las acciones no deben ser únicamente de reacción y respuesta, sino de prevención y preparación, de  eso se trata un simulacro, de identificar las falencias e irlas ajustando; cosa que cuando llegue el evento, esas dificultades ya hayan sido superadas.  

Se ha evaluado también el manejo del plan de contingencia, habiéndose percibido  que no todos los protocolos se han ejercitado apropiadamente, aspecto negativo que se origina a partir de la alta inestabilidad (rotación) funcionaria de los técnicos en las instituciones públicas.

Después del ejercicio de simulacro y una vez establecidas las limitaciones y dificultades de la respuesta, se plantearon alternativas de  solución a cada una de  las problemáticas presentadas en las distintas instancias de gobierno.  No obstante, esas actividades correctivas serán implementadas  de acuerdo a un plan  de capacitaciones, por ejemplo  a técnicos de las UGR para  perfeccionar el manejo del plan de contingencias y de transmisión de información más rápida y oportuna. En enero de 2016, se prevé realizar un simulacro a nivel nacional (en los nueve departamentos de Bolivia), buscando mejorar la preparación y capacidad de respuesta ante eventos adversos en  más de 200 municipios.