FAO en Colombia

Putumayo, retornando hacia el camino de la esperanza

10/05/2019

El antes y el después de una historia de superación que familias de Putumayo han construido. Precedida por las consecuencias de la violencia y los cultivos ilícitos, hoy brilla con luz propia en el camino de la reconciliación, la reconstrucción del tejido social y la construcción de su propia empresa.


Miles de hombres y mujeres, afros, indígenas y campesinos, han retornado a sus territorios luego de haber sufrido las consecuencias del conflicto armado en Colombia. En la actualidad, cerca de 1000 familias restituidas y no restituidas, unidas en 18 asociaciones, trabajan en emprendimientos en la modalidad de organización asociativa, por su apuesta de hacer del campo un espacio de trabajo y convivencia para salir adelante como familias y como comunidad a través de la Estrategia de Redes Locales de Integración Productiva (RLIP). 

Desde el año 2016, estas asociaciones se han propuesto pasar de ser productores agrícolas y pecuarios menores a pensar en empresa, organizando su producción y dando pasos a la comercialización de sus productos. 

Para ello, han recibido el acompañamiento técnico, socioempresarial, comercial y de desarrollo de capacidades y equidad de género del convenio, celebrado entre la Embajada de Suecia, la Unidad de Restitución de Tierras (URT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mejorando sus prácticas ancestrales para brindar siempre los mejores alimentos. Buenas prácticas de producción, manufactura y comercialización, aprendidas en las Escuelas de Campo para Agricultores (ECA), empleadas como modelo metodológico para el desarrollo rural. 

Los productores han aprendido a ser líderes de su propio proceso. “Con un cambio de mentalidad, trabajo y constancia, los sueños se logran”, es el lema que han promovido para superar las consecuencias que la violencia dejó en sus territorios y en sus vidas. 

Es así como lo demuestra la Asociación Agropimentera del Valle del Guamuez (ASAPIV), una de las asociaciones que ha crecido de manera significativa y que hoy en día, luego de tres años de acompañamiento, cuenta con su propia planta de transformación en donde disponen de equipos para ofrecer al mercado nacional pimienta de alta calidad en diferentes presentaciones como: pimienta blanca, negra y roja en pepa, ya también en polvo saborizada con cúrcuma, jengibre o limón. 

Asapiv, conformada desde el 2009, está integrada actualmente por 166 familias, que han buscado sobreponerse a las dificultades que la violencia y el cultivo de coca dejaron en ellas. Con la integración de población afro, indígenas y colonos, Asapiv ha logrado generar la restitución del tejido social como primera medida para crecer juntos en armonía. 

Esta asociación ha vinculado además a otras familias que producen pimienta, convirtiéndose así en un punto de enlace e incrementando de esta manera la oferta para el mercado nacional. “Hemos ganado experiencia y la confianza de las familias y también de las instituciones que nos han apoyado, teniendo como pilares la honradez y el cumplimiento” dice Fray Jorge Cueltan, presidente de Asapiv. 

Ya han logrado obtener la certificación de producción de varias de las fincas asociadas y esperan continuar en este camino, que les permitirá crecer aún más, llegando a más mercados nacionales e internacionales. Char Gourmet, Pimienta Tulcana, Crepes and Waffles y Sabas Gourmet son algunos de los convenios de comercialización que tiene Asapiv actualmente. 

“Cultivando pimienta, cosechamos paz” Asapiv. 

Durante la visita, realizada por una comisión de la Embajada de Suecia, la Unidad de Restitución de Tierras y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a predios de familias restituidas y no restituidas, se conoció de cerca el proceso que han desarrollado en la producción y comercialización de pimienta en el Valle del Guamuez, Putumayo, construyendo empresa desde el campo. 

“El caso de Asapiv es un ejemplo de cómo hemos apoyado un proceso de reconciliación que busca el desarrollo rural como una ruta para devolver la esperanza al campo colombiano, partiendo de la restitución de tierras, elemento primordial en el proceso de reparación de víctimas del conflicto armado” Catalina Hoyos, Oficial de Programas de la Embajada de Suecia en Colombia. 

“Es muy satisfactorio encontrar ejemplos de crecimiento y asociatividad como Asapiv, donde un grupo de familias logran armonizar su trabajo y crecer juntos como empresa, a partir de emprendimientos rurales. Son la demostración de que la unión hace la fuerza.” Alan Bojanic, Representante de la FAO en Colombia. 

 

La Política de Restitución de Tierras Impulsando el Desarrollo Territorial

Los históricos factores de pobreza, abandono y violencia, asociados a la realidad rural del país, han disminuido la capacidad real de las familias para aportar al desarrollo de sus comunidades, impidiendo alcanzar objetivos de sostenibilidad económica, ambiental y social. 

Frente a esta realidad, desde el año 2014 la URT, la Embajada de Suecia y la FAO desarrollan un convenio de cooperación orientado al fortalecimiento de la sostenibilidad de los procesos de restitución de tierras para transformar las condiciones sociales, ambientales, políticas y económicas de los territorios. 

Desde esta perspectiva reparadora de los territorios, el convenio ha venido implementando en 12 zonas del país la Estrategia RLIP, como iniciativa de articulación de la política pública y de los actores en el territorio, brindando oportunidades para la generación de ingresos, el aprovechamiento responsable de los recursos naturales, el mejoramiento productivo, la diversificación, la agregación de valor, la producción y consumo de alimentos sanos y el desarrollo de capacidades para la toma de decisiones asociativas y solidarias. 

A través de estas articulaciones (de política y de actores) se ha logrado configurar estructuras de gestión territorial desde diferentes niveles: i) del ordenamiento productivo y el agenciamiento planificado del desarrollo en los niveles local, subregional y/o departamental; ii) de integración a redes de valor en función de los pactos territoriales de desarrollo alcanzados por los actores en territorio; y iii) de agenciamiento de los emprendimientos de las organizaciones de productores, a través de los cuales se concretan objetivos de reconversión y sostenibilidad en un modelo de cohesión y trabajo colectivo. 

De esta manera, el fortalecimiento a los emprendimientos se orienta por un esquema integral de acciones planificadas participativamente y contempla diferentes actividades, tareas e inversiones que desarrollan las organizaciones a través de sus comités de gestión (de direccionamiento, administrativo, técnico, ambiental, entre otros) y materializan objetivos de mejoramiento en los que avanzan coordinadamente grupos de familias comprometidas con los objetivos de reconversión en Nodos de Producción Sostenible.


Lectura recomendada: Con el apoyo de la URT, familias restituidas de Putumayo trabajan para fortalecer cadena productiva de pimienta.

Galería fotográfica de la visita


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