En Colombia el sector agropecuario representa el 6,3% del PIB Nacional, siendo la cuarta actividad productiva más dinámica del país, al cierre del año 2019. Sin embargo, es también uno de los sectores más afectados por desastres de tipo natural y factores asociados al cambio climático. 

Adicionalmente, la carencia de instrumentos y herramientas unificadas para el registro sistemático y periódico de eventos que afectan la producción, dificulta el conocimiento real de los daños y las pérdidas que sufre el sector agropecuario frente a las emergencias y con ello la toma efectiva de decisiones. 

Por esta razón, en el marco del proyecto de “Innovación y gestión del riesgo frente a multi amenazas en el campo colombiano”, en alianza con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la financiación de la Unión Europea a través del Departamento para la Ayuda Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO),se desarrolló el Taller Nacional de Expertos del Sistema de Evaluación de Daños y Pérdidas (SED&P), que tuvo como finalidad presentar los avances en el diseño del Sistema Nacional de Pérdidas y Daños. 

Realizar acciones conjuntas en la implementación de un SED&P para el sector agropecuario, convierte a Colombia en uno de los primeros países de la región donde, además de disponer de una herramienta adaptada a la realidad nacional, se afianza la gobernanza de la misma, mediante la participación de la institucionalidad en todos los niveles. Ante la iniciativa y consciente de la utilidad, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, manifestó el apoyo de los 22 gremios que representa. 

El ejercicio realizado, a través del taller y con herramientas virtuales, sintetizó las experiencias regionales de las entidades y de las comunidades con las que se capturan los datos al momento de presentarse una emergencia. El espacio desarrollado, en ocho grupos de trabajo, fue escenario de encuentro para compartir conocimientos e intercambiar experiencias, fundamental para validar y fortalecer la metodología, el marco metodológico y la hoja de ruta de flujos de información y actores relevantes. 

Expertos participantes coincidieron en que para una mejor gestión del riesgo en el sector agropecuario es necesario conocer el impacto real de las afectaciones y fortalecer las capacidades de las comunidades, sobre todo, teniendo en cuenta que no todos los territorios tienen las mismas entidades presentes. En este sentido se destacó la necesidad de robustecer la articulación de varios sectores, incluyendo al IDEAM, DANE, Ministerio Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) y la academia, entre otros, al igual que dar mayor relevancia al papel visionario de los consejos comunitarios y de las entidades étnico-territoriales. 

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Diana Samacá Ramírez
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