“Ni se les ocurra cambiar el modelo integral de intervención”, afirmó Luis Edgar Gutiérrez, representante legal de la Asociación Colombiana de Campesinos, Mipymes y profesionales afines al campo, ASOCAMPOS al referirse al Proyecto Integral de Desarrollo Agropecuario y Rural, Pidar 298 que se implementó con 53 caficultores del municipio de Íquira en Huila, a través de la alianza de la Agencia de Desarrollo Rural, ADR, y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO. 

“No se trata solo de recibir un secadero del grano, también es fundamental la capacitación técnica, la fortaleza asociativa y la unión de la tripleta ADR, FAO y ASOCAMPOS; el seguimiento de ADR, la atención técnica por parte de la FAO y la participación activa de los beneficiarios nos elevó el nivel asociativo”, puntualizó el representante legal quien insistió en que ese modelo integral fue el que permitió obtener los resultados exitosos “nosotros estamos tan convencidos que nos hemos presentado con un proyecto en el municipio de Palermo y estamos proponiendo la misma metodología”. 

Las afirmaciones de Gutiérrez se producen a propósito de los eventos de cierre comunitario del PIDAR 298 que se llevaron a cabo en el corregimiento de Rionegro y en el municipio de Íquira y en donde los productores escucharon los resultados de la intervención presentadas por Andrés Salazar, coordinador del Proyecto por ADR y Carlos Sánchez, coordinador del proyecto por FAO. 

Hoy, las familias venden el grano seco -redujeron de 15 a 5 días el tiempo de secado-, aumentaron sus ingresos, llevan un control de gastos e ingresos y se convencieron de que su mayor fortaleza es el trabajo asociativo. Este último logro es uno de los más evidentes en el caso del PIDAR 298 y quedó demostrado en el sistema de Medición de Emprendimientos Rurales -una herramienta que mide el antes y después de la intervención- donde ASOCAMPOS pasó de tener 6 a obtener 88 puntos que se muestran en sus fortalezas asociativas, financieras, administrativas, asistencia técnica, ambiental, producción, TICs y liderazgo, entre otras. 

Este fortalecimiento de conocimientos fue acompañado con la entrega de un secadero de café, capacitación para usarlo adecuadamente y su mantenimiento, asistencia técnica para mejorar la producción y acompañamiento a las familias para el fortalecimiento socioempresarial. 

Cada secadero tiene un área de 33 m2 con una altura de 2.64 m. con cubierta de policarbonato y cerramiento en lona. El espacio interior contiene un pasillo de 1.60 m de ancho por 6 m de largo ubicado al centro de la estructura con el fin de satisfacer las necesidades de secado del café en las zonas de paseras y optimizando el espacio físico. Las paseras son a dos niveles con una sección de 1.95 m de ancho por 6 m. de largo. Esta estructura permitió que por primera vez los productores pudieran vender grano seco y mejoraran sus ganancias. 

Gutiérrez destacó que las 53 familias cafeteras están ubicadas en las zonas más apartadas y de difícil acceso, es decir, son de las más necesitadas de la región, hoy cuentan con un conocimiento más técnico que les permite mejorar sus ingresos y su calidad de vida y están preparadas para dar el siguiente paso hacia la comercialización del grano que es le desafío que ahora tiene la Asociación.

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