FAO en Colombia

¡El Rescate! Nada se pierde, todo se transforma

17/05/2021

“La materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”. Como si habláramos del principio de conservación de la masa o la ley de Lavoisier, Eve y Mario en Bogotá, aplican la fórmula de transformación para evitar el desperdicio de alimentos. 





Estos jóvenes, ella de nacionalidad francesa y él colombiano, han combinado sus conocimientos profesionales con la experiencia laboral, y se han unido en el anhelo de generar cambios en los hábitos de consumo para hacer de nuestro planeta un lugar sostenible. 

Con un emprendimiento que involucra la economía circular, a partir de los saldos de alimentos que consiguen en supermercados y tiendas de barrio en Bogotá, preparan deliciosas recetas de platos caseros y postres. 

“Cada semana recogemos los alimentos en los locales de los aliados de El Rescate, al llegar a casa los clasificamos y desinfectamos, y de acuerdo con lo que tengamos preparamos nuestras recetas; si hace falta algún ingrediente no hay problema, porque la creatividad y la cocina son aliados” narra Eve López-Fernández. 

“Cuando los alimentos que rescatamos dejan de ser comestibles no los enviamos al botadero Doña Juana. Con las cáscaras de las frutas alimentamos a las lombrices de nuestra huerta y lo demás lo aprovechamos para hacer abono en las pacas digestoras” dice Mario Alejandro Valderrama León. 

El Rescate nació a partir de la reflexión sobre la problemática del desperdicio de alimentos en Colombia, donde según la última estimación cada año se desperdician 2.01 millones de toneladas en retail y 1.53 millones de toneladas en el consumo de alimentos (DNP, 2016). 

Motivados por ayudar a frenar el despilfarro de alimentos cotidiano en Bogotá, quisieron encontrar una solución a los desperdicios y de paso ayudar a lograr un futuro sostenible. “Más que ofrecer alimentación natural y saludable a través de nuestra iniciativa, queremos promover hábitos alimenticios que sean más respetuosos con el medio ambiente” ratifican los jóvenes visionarios de El Rescate

Durante la pandemia han generado estrategias resilientes en el sector gastronómico, donde parte de los alimentos rescatados son donados en forma de mercados saludables a familias en estado de vulnerabilidad y a cocineros afectados. 

Solo durante el tiempo de aislamiento por la crisis del Covid-19, han evitado que más de 2.5 toneladas de alimentos, especialmente frutas y verduras, terminen en la basura. Conscientes del impacto que tiene cada acción, en un círculo virtuoso de aprovechamiento sostenible, crean recetas a bajo costo, huertos urbanos, abono a partir de los desechos orgánicos, y hasta hacen donaciones de mercados. 

Con esta experiencia se demuestra que El Rescate de alimentos contribuye no solo con la seguridad alimentaria de la población, también ayuda a mejorar los hábitos alimentarios priorizando el consumo de alimentos frescos y haciendo que las economías locales no solo sean sólidas, sino también sostenibles. 

En línea con el día mundial del reciclaje, celebrado el 17 de mayo cada año desde el 2005 con el fin de promover una mayor responsabilidad, no solo vista desde la perspectiva de los consumidores, sino de aquel que extrae la materia prima y del que la transforma en un bien de consumo.
 

La Innovación, un campo de oportunidades 

Cada día surgen ideas que crean oportunidades para aprovechar de forma sostenible los recursos naturales, ideas creativas que aportan a la construcción de un mejor futuro. Replicarlas, compartirlas y animar a otros a ponerlas en práctica, resulta todo un movimiento de innovación social. 

Así es, hablar de innovación no se remite de manera estricta a crear grandes inventos tecnológicos o usar maquinarias sofisticadas; tal como Eva y Mario, cada uno de nosotros desde casa, la oficina o en el campo, tiene mucho que aportar. 

Esta pareja ha dado paso a esa creatividad sumando a otros en su apuesta. Con los alimentos no aptos para el consumo humano han creado pacas digestoras, un método ecológico para generar compostaje. Ubicadas en parques de barrios residenciales, sus habitantes depositan allí los desechos orgánicos y entre todos los usan como abono para sus plantas y cultivos caseros. 

En su residencia Eve y Mario usan este abono orgánico para la producción de frutas y verduras, con las que complementan lo necesario para las recetas de El Rescate. Estos platillos son vendidos al público, quienes reciben sus pedidos en empaques ecológicos elaborados, en asociación con otros grupos, a partir de materiales reciclables. 

Economía circular que involucra la innovación de principio a fin, y con la que se están transformando no solo alimentos, sino también hábitos de consumo y formas de producción. 

Si usted tiene este u otro tipo de iniciativas innovadoras le invitamos a conocer y sumarse a TAPipedia, un centro de intercambio de información y conocimientos, desarrollado en el marco de la Plataforma de Agricultura Tropical (TAP). 

TAPipedia pretende llegar a ser un sistema de información global para buenas prácticas del desarrollo de capacidades, innovaciones, historias de éxitos y lecciones aprendidas; en el que todos tienen espacio.
   

Las pérdidas y desperdicios de alimentos en Colombia 

En Colombia, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) desarrolló el estudio que en el año 2016 permitió estimar que, de la oferta disponible de alimentos: 28.5 millones de toneladas anuales, se pierde y desperdicia el 34.25 por ciento, correspondiente a 9.76 millones de toneladas cada año. 

Las pérdidas, originadas entre la etapa de producción hasta la comercialización al minorista, corresponden al 63.8 por ciento de los 9.76 millones de toneladas, distribuido en el 40.5 por ciento en la fase de producción (3.95 millones de ton), seguido del 19.8 por ciento en la fase de poscosecha y almacenamiento (1.93 millones de ton) y el 3.5 % (342 mil toneladas) durante procesamiento industrial. 

El restante 36.2 por ciento corresponde a la cantidad de alimentos que se desperdician, lo que asciende a 3.54 millones de (ton) de alimentos que son descartados en el proceso de consumo. El 20.6 por ciento se da en la etapa de distribución y retail (2.01 millones de ton) y el 5.6 por ciento en los hogares (1.53 millones de ton). 

El fenómeno de la pérdida y desperdicio de alimentos (PDA) resulta ser una paradoja, ya que los grupos de alimentos más afectados son los que aportan energía y nutrientes clave en la superación de la inseguridad alimentaria y nutricional: frutas y vegetales 62 por ciento, raíces y tubérculos 24.5 por ciento, cereales 8 por ciento, cárnicos 3 por ciento, oleaginosas y legumbres 2 por ciento, pescado 0.5 por ciento y lácteos 0.3 por ciento.
 

¿Qué pueden hacer los consumidores para reducir el desperdicio de alimentos? 

De cara al rol que asume cada uno de nosotros al ser consumidores de alimentos, es importante partir de una premisa: “comer es un acto político y social”, y en este entendido se adquieren responsabilidades. Cada vez que compramos, preparamos, ingerimos y también cuando botamos los alimentos, tomamos decisiones. 

Así bien, para tomar decisiones conscientes, lo primero por hacer es enterarnos de qué comemos, cómo y dónde fueron producidos esos alimentos y qué nutrientes aportan a nuestro cuerpo. Resueltos estos interrogantes ya se habrá dado el primer y más importante paso. 

Aunque el desperdicio de alimentos ha estado presente prácticamente de manera histórica, en tiempos actuales resulta aún más urgente modificar las prácticas para optimizar el aprovechamiento de los alimentos. 

Algunas de las recomendaciones a seguir parten desde la prevención, lo que impacta positivamente en la economía y la nutrición familiar. Planifique su compra, revise si es necesario comprar más alimentos además de los que tiene en su despensa y nevera. 

Diseñe la dieta para consumir lo que necesita su familia, incluyendo siempre los alimentos frescos como frutas y hortalizas; con base en esta, priorice la compra a productores campesinos en mercados locales. Conozca o idee nuevas recetas para utilizar tallos, hojas, cáscaras y semillas comestibles. 

Aprenda cómo conservar mejor y por más tiempo sus alimentos, cómo organizar la nevera para que la vida se prolongue. Preparaciones como mermeladas y encurtidos pueden ser de ayuda en esta tarea. También elaborar nuevas recetas con las sobras de comidas preparadas, no las tire a la basura, aún pueden ser útiles en su alimentación. 

Si la cantidad de comida que ha comprado o cocinado excede el consumo en casa, busque cómo donarlos a otras personas, organizaciones como los bancos de alimentos son una alternativa para que estos lleguen a manos de quienes los necesitan. 

¡Haga que la comida cumpla la finalidad para la que ha nacido… alimentarnos!


Lectura recomendada:
Sistemas alimentarios y COVID-19 en América Latina y el Caribe: Cómo disminuir las pérdidas y desperdicios de alimentos.


Infografía:
Economía circular en casa - Compostaje


¡Conozca aquí otros materiales, y pase de pérdidas y desperdicios a soluciones!


Contacto de prensa:
Ana Milena Reyes Arias
Oficina de Comunicaciones
Representación FAO Colombia