FAO en Colombia

En 4 comunidades de la cuenca de Cuduyarí se fortalecen 50 sistemas de chagras agroforestales

25/05/2021

Proyecto Integral de Desarrollo Agropecuario y Rural, PIDAR, 602. Mitú, Vaupés. 

Combinar los saberes ancestrales con la información técnica para mejorar la producción de yuca, plátano y cacay fue el secreto del éxito del trabajo con 50 familias de 4 comunidades de la etnia Cubeo, ubicadas a lo largo de la cuenca del caño Cuduyarí, en Vaupés, integrantes de la Asociación de Indígenas Cubeos del Cuduyarí, ASOUDIC que les permitió aumentar sus ingresos por la venta farina con empaque diferenciado, fortalecer 50 sistemas de chagras agroforestales, y mejorar la calidad de vida de las mujeres. 

Estos resultados son parte de la intervención del Proyecto Integral de Desarrollo Agropecuario y Rural, PIDAR 602, liderado por la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los cuales se dieron a conocer en el evento de cierre comunitario que se llevó a cabo en Mitú, con el acompañamiento de Carlos Eduardo Vargas por la ADR y Nelson Olivio Mejía en representación de la comunidad Nueva Reforma. 

La forma de trabajo conjunto que caracterizó este PIDAR permitió que la Asociación comercializara la fariña -un derivado de la yuca y la base de su alimentación- con un empaque diferenciado que contribuyó a aumentar las ganancias por venta de kilogramo de fariña en un 67%. 

La fariña también tiene su historia. Las mujeres están encargadas de extraer la fariña de la yuca brava. Ellas antes duraban hasta dos días rallando y sacándole la “manicuera” que se compone de ácido cianhídrico y puede llegar a ser venenosa, hasta que queda la harina. Con esa harina preparan toda clase de alimentos para la comunidad como lo es la fariña, el casabe y la tapioca. Otro aporte significativo del PIDAR fue la dotación de ralladoras para cada familia con los cuales optimizan el tiempo de transformación pasando de 2 días a 5 minutos. Las mujeres cuando comenzaron a usar las ralladoras no daban crédito a lo que veían porque lograron reducir a minutos una labor de días y así pueden dedicar más tiempo a compartir con sus familias y a realizar actividades en la chagra. 

El proyecto también logró la implementación de 50 sistemas de chagras agroforestales, bajo prácticas orientadas a la conservación de los recursos naturales por parte de las comunidades en concordancia con su cosmovisión ecológica y cultural. 

Los conocimientos se centraron en el uso adecuado de los abonos, fertilizantes y de las labores del campo que facilitan que los cultivos tengan un desarrollo adecuado y la integración de los saberes tradicionales indígenas como el calendario ecológico, intercambio de semillas y diseño de la chagra por las mujeres de las comunidades para generar mayor sentido de apropiación frente al proyecto. 

Cada familia participante recibió, además de las ralladoras para la transformación de la yuca brava en fariña, insumos y herramientas para fortalecer las labores en las chagras y se fortalecieron aspectos comunitarios de comercialización con la entrega de botes y motores para el transporte de los productos cosechados en las chagras a la cabecera municipal. 

Por otra parte, iniciaron la siembra del cacay, especie que posee propiedades antioxidantes que pueden mejorar la salud y la estética en las personas, y propiedades antibacterianas que permiten su uso como antiséptico siendo una valiosa herramienta contra la resistencia bacteriana. 

Detrás de cada uno de estos logros están las especiales condiciones que se vivieron para llevarlo a cabo. Lidia Inés Mejía, mujer indígena y técnico agropecuaria y tecnóloga ambiental fue una de las encargadas de hacer el acompañamiento técnico por la FAO. “Vivo en Mitú y para ir a Santa Helena -una de las comunidades del PIDAR- me demoraba 30 minutos en lancha, me quedaba 20 días y mi habitación era uno de los salones de la escuela donde había una hamaca”.  Las capacitaciones se hacían alrededor de la chagra -el lugar de cultivo de la comunidad-. 

El siguiente paso es continuar fortaleciendo sus vínculos comerciales, en el puerto y la plaza, con la venta de fariña y cuando llegue la cosecha del cacay poder comercializarla en mercados nacionales debido a que se trata de un aceite muy utilizado en el sector cosmético y medicinal. 

Finalmente, vale la pena destacar que este PIDAR aporta a las metas del plan de desarrollo del departamento del Vaupés 2016-2019 “Vaupés un compromiso de todos” que tiene dentro de sus metas incrementar la producción de yuca en 20 ton/año y fomentar la participación de 50 familias indígenas en proyectos productivos.
 

Contacto de prensa:
Nancy Villescas Sánchez
Oficina de Comunicaciones
Representación FAO Colombia