FAO en Colombia

Familias reincorporadas construyen paz y aportan al desarrollo territorial

18/06/2021

En diferentes municipios de, Antioquia, Guaviare, Meta, Guajira, Cesar, Nariño y Tolima, personas en proceso de reincorporación y las que se ubican en las zonas más próximas a los AETCR (Antiguos Espacios Territoriales para la Capacitación y la Reincorporación), vienen participando en proyectos de integración socio comunitaria y de reconciliación. 

A través de estos proyectos, se favorecen escenarios de trabajo conjunto y apuestas territoriales de transformación.  Estas iniciativas han incluido entre sus estrategias, por un lado, la concertación y construcción de infraestructura comunitaria que representa un beneficio para ambas poblaciones, y por otro, el impulso a iniciativas de reactivación económica que aprovechan el potencial productivo de las comunidades y sus territorios, facilitando la seguridad alimentaria y nutricional. 

En estas zonas, son 1139 personas en proceso de reincorporación que decidieron transformar sus vidas y las de sus familias, y para lograrlo han contado con el apoyo de FAO y de diferentes aliados como la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), y la Agencia de Renovación del Territorio (ART) que, a través de diversas iniciativas, contribuyen al restablecimiento de sus medios de vida. 

Dentro de estas iniciativas se cuentan los proyectos: Integración socioeconómica, comunidad y construcción de paz territorial, financiado por El Fondo Multidonante de las Naciones Unidas (MTPF por sus siglas en inglés), y el proyecto Integración para la reconciliación financiado por el Fondo Europeo para la Paz, mediante los cuales se han apoyado en total 2898 personas (reincorporadas y no reincorporadas).   

Hoy, en estas zonas y después de un acompañamiento de cerca de 3 años, se tiene como resultado comunidades más integradas, lo que da cuenta de un verdadero proceso de reconciliación. Asimismo, se está avanzando en la implementación de proyectos productivos sostenibles que hacen posible la permanencia de estas familias en los territorios. 

Respecto a las obras de infraestructura comunitaria y productiva, que han sido el pilar fundamental de los procesos de integración en las comunidades, estas suman ya un total de 14, entre las que se cuentan: mejoramiento de bocatomas, obras para conducción de agua, mejoramiento de escuelas, construcción de placa huellas, adecuación o construcción de espacios deportivos y para el encuentro comunitario, bodegas para almacenamiento de productos y, recientemente, una fábrica de arepas, entre otras. 

Estas obras contribuyen de manera directa al desarrollo local de las comunidades y a mejorar su acceso a servicios básicos. Gracias al mejoramiento de infraestructura educativa, por ejemplo, se han beneficiado 155 niños y niñas quiénes hoy acceden a espacios dignos para su formación. 

Luis Antonio Urrego, presidente de la junta de acción comunal de la vereda Las Colinas, ubicada a 57 km del municipio de San José del Guaviare estuvo al frente de la construcción de un aula múltiple para la escuela Las Colinas, que permitirá el acceso a tecnología tanto para los niños y niñas de la institución educativa como para la comunidad de la zona. 

“Este fue un trabajo entre todos y todas, la comunidad apoyó la mano de obra. Es un logro valioso, los niños y niñas están a dos horas del municipio, es decir que acercamos la tecnología a la vereda, algo que realmente necesitábamos” dice Luis Antonio.   

El aula de 12 metros cuadrados que cuenta con un área de sistemas y dos baños, estará dotada con cuatro computadores, e impresora, y ahora se busca apoyo para adquirir una antena de internet, que garantice el acceso a este servicio. 

Entre otras obras claves para estas comunidades se destaca la pavimentación de 440 metros de vía con placa huella en el municipio de Mesetas en Meta, una ruta vital con la que 2273 familias gozan de nuevos caminos para la salida de sus productos agropecuarios; y en este mismo departamento, se construyó un centro de salud que beneficia a 1258 personas del municipio de Vista Hermosa.
 

Sueños de emprendimiento

El impulso a proyectos productivos agropecuarios y no agropecuarios, es otra de las líneas que integra la estrategia de reincorporación que adelanta FAO. A través de estos, se han beneficiado 1438 personas, que hoy cuentan con una actividad productiva generadora de ingresos. 

Los emprendimientos agropecuarios incluyen la producción de: café, limón, plátano, tomate, aves de corral, frijol, café, caña, cacao, piscicultura, entre otros, que cubren 1366 hectáreas. 

Y frente a las iniciativas no agropecuarias, se han impulsado emprendimientos en turismo (1), cafetería (1), almacenes agropecuarios (2), y confecciones (5). Uno de ellos es el taller de confecciones de la Asociación de Mujeres Emprendedoras por la Paz, ubicado en Vista Hermosa, Meta, que se ha convertido en la materialización del sueño de un grupo de mujeres reincorporadas que, a partir de una idea de productividad buscan crear una empresa sólida. 

Luz Herminda Velandia, lideresa y participante de este taller se siente agradecida y motivada a seguir adelante, con el que considera, es el proyecto de vida de todas. “Empezar de cero no fue fácil, teníamos ideas organizativas, pero no teníamos un conocimiento de la parte administrativa ni comercial y eso es importante para no fracasar” explica. 

Con el acompañamiento de FAO cerca de 296 mujeres de los distintos colectivos han recibido formación en temas administrativos, y formación técnica específica para el emprendimiento que lideran, y como lo cuenta Luz Herminda, un apoyo más allá de lo material: “toda la motivación” explica.  

“Lo hemos logrado entre nosotras, creamos y nos apropiamos de autonomía y nos convertimos en mujeres independientes, emprendedoras, con una visión y un sueño distinto en el que nosotras lideramos” concluye Luz Herminda. 

El taller viene trabajando en una línea de lencería y ropa femenina, y a raíz de la coyuntura por la pandemia incursionó en la producción de tapabocas. Luz Herminda, sueña ahora con hacer de este emprendimiento una empresa que genere empleo para más mujeres.   

Otra de las zonas donde la reincorporación está dando sus frutos es el municipio de Dabeiba, Antioquia, allí 569 familias reciben acompañamiento a través de estrategias socio-comunitarias y productivas. Sin embargo, en noviembre de 2020 estas personas vieron truncado su esfuerzo y el avance de sus emprendimientos, como consecuencia de los derrumbes producto de la ola invernal que arrasó viviendas, parcelas, y dejó un saldo 180 familias del municipio afectadas, 5 fallecidos, 22 heridos y 3 personas desaparecidas, de acuerdo a la información registrada por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, UNGRD. 

No obstante, haciendo uso de la resiliencia, que ya les es propia, y acompañados por la FAO, estas familias se pusieron manos a la obra para rehabilitar sus proyectos productivos y de autoabastecimiento alimentario.
 

Dabeiba, esperanza después de los deslizamientos 

Jhon Fredy Sepúlveda, de la vereda El Mohán en Dabeiba, quien perdió más de media hectárea de sus cultivos de plátano y café con los derrumbes, cuenta que fue un golpe duro, porque muchos vieron cómo se iba su única forma de sustento, “algunos perdieron todos sus cultivos, su vivienda y eso es empezar otra vez con las manos vacías”, dice. 

Explica Jhon Fredy que, a pesar de la situación, gracias al apoyo que FAO ya venía prestando, la comunidad campesina de Dabeiba está mucho más preparada para afrontar esta crisis. 

Por un lado, a través de la iniciativa de FAO, recibieron kits de herramientas comunitarias para actividades agropecuarias que incluyen: estacionarias, motosierras, motofumigadoras, embolsadoras para plátano, guadañas, entre otros elementos. Y cuentan también con semillas de hortalizas, colinos de plátano y cultivos de pancoger para reestablecer las siembras. 

Y, por otro lado, han desarrollado los CDC (centros demostrativos de capacitación), que son huertas comunitarias con las que se promueve la alimentación de las familias y se apunta también a la comercialización de diversos productos como: mora, maíz, fríjol, lulo, tilapia, plátano, y cacao. 

“La diferencia después del apoyo que hemos recibido y lo que nos han enseñado es muy grande… antes, por ejemplo, producíamos en una semana una tonelada de plátano, ahora producimos entre seis y siete toneladas en los mismos ocho días” explica Jhon Fredy. 

Estas experiencias de vida y productividad comunitaria, son una muestra del impacto que significa la reincorporación efectiva de la población excombatiente y su integración con las familias que ya habitaban esos territorios. Los logros de estas comunidades gestados a través de la reconciliación, son pruebas de la transformación individual y colectiva, y de que, sí es posible construir escenarios de paz duraderos.  

Estas iniciativas que están transformando el territorio, y le dan una perspectiva de sostenibilidad a la reincorporación, se dan además en zonas PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial), las cuales son objeto de un fuerte trabajo de planeación, que desarrolla la ART con el apoyo técnico de FAO y que busca analizar las cadenas productivas priorizadas por los mismos territorios definiendo metas claras para su fortalecimiento en los próximos 15 años.   

Este ejercicio complementa el engranaje necesario que hace de la reincorporación una estrategia de construcción de paz y desarrollo territorial.
 

Contacto de prensa:
Fernanda Luna Serna
Oficina de Comunicaciones
Representación FAO Colombia