Nellis Arpushana es una indígena Wayúu de la comunidad de Tutchón, ubicada en el municipio de Manaure, departamento de La Guajira, caracterizado por su extrema sequía y la llegada de población migrante desde Venezuela. Ella, como la mayoría de su comunidad, hoy se sorprende de los conocimientos que han obtenido con en el componente de educación alimentaria y nutricional recibido en el marco del proyecto “Asistencia de emergencia en medio de vida, seguridad, agua y protección” implementado con la cooperación técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiado por Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO). 

“Con los talleres y capacitaciones recibidos en el tema de inocuidad de alimentos, lavado de manos, preparación y conservación de alimentos, todos enfocados a minimizar los riesgos de contaminación de alimentos, hemos aprendido muchas recetas con lo cosechado en el CDC (Centro Demostrativo de Capacitación y Producción Comunitaria)” afirmó Nellis.  Entre las recetas, que hoy enriquecen la alimentación de las comunidades Wayuu, pero sobre todo han contribuido a aumentar el consumo de verduras en los niños de su hogar y conocer nuevos sabores están: la ensalada de atún, arepas de frijol, arepas de ahuyama, encurtido de vegetales, mermeladas de berenjenas, recetas con ají topito y cilantro, sopa de pepino, entre otras. 

Así mismo, las comunidades destacan como con las prácticas aplicadas de mejoramiento de las infraestructuras dentro de sus cocinas ahora están más organizadas. “Se han mejorado los mesones y hornillas, nosotros estábamos acostumbrados a cocinar en el piso sobre las piedras con el alto riesgo de contaminar nuestros alimentos. Ahora con los mesones nuestros alimentos están fuera de la contaminación y el contacto con animales y así protegemos mejor a los niños” explica Nellis. 

A esto se suma el esfuerzo de las comunidades y su compromiso en la construcción de organizadores de utensilios de cocina, banco de alimentos, puntos ecológicos, de lavado de manos, todo elaborado con materiales de la zona para garantizar el mantenimiento, orden y limpieza de las cocinas. 

Este cambio positivo de las familias incluidas el proyecto implementado en el departamento de La Guajira, en los municipios de Riohacha, Albania, Maicao, Manaure y Uribía, ha fortalecido la convivencia, integración y participación comunitaria, reforzando el tejido social y logrando obtener mayor tiempo de calidad para compartir en familia. 

En el Componente Educación Alimentaria y Nutricional se realiza una serie de conversatorios y talleres sobre las recetas ancestrales y medicina tradicional que permiten a las comunidades, incluida la población migrante de Venezuela y la de tránsito, compartir y reconocer los saberes y sabores de la gastronomía de donde proviene cada uno de ellos. 

Por su parte la población migrante de Venezuela que hace parte del proyecto “Asistencia de emergencia en medio de vida, seguridad, agua y protección” han expresado que se sienten apoyados y contentos de conocer recetas nuevas que puedan contribuir al mejoramiento de su dieta, ya que el proyecto contempla los insumos locales y de fácil acceso económico. Además de lograr, a través del componente agrícola del proyecto, apoyar la creación de cultivos para el autoabastecimiento de las comunidades.
 

Contacto de prensa:
Diana Samacá Ramírez
Oficina de Comunicaciones
Representación FAO Colombia