Luis Ignacio Rojas nació en la vereda Las Iglesias, zona rural de Pasto, hace 55 años. Más de cuatro décadas las ha dedicado a la agricultura. Sembrar papa es lo que le ha permitido tener un techo y alimentar a su familia. Con la humildad que caracteriza a las personas de su vereda, sonríe y afirma con vergüenza “esto es lo único que tengo, yo no tengo estudios”. Él, al igual que los demás habitantes de Las Iglesias, trabaja durante 8 meses del año, de sol a sombra, para sacar una buena producción de papa que les de ingresos para sus familias. Sin embargo, como si se tratara de un juego de azar, el trabajo de casi un año se pude ir a pérdida por las lluvias o por las heladas, precisamente cuando el cultivo de papa está en flor. 

Así ha sido casi siempre, afirma Luis Ignacio, sin borrar la sonrisa de su rostro y totalmente resignado a esa dinámica. Por eso los jóvenes de la vereda se han ido a la ciudad a conseguir empleos informales. En otras ocasiones y mientras se levantan de nuevo, la mayoría de los campesinos deciden “jornalear” en fincas más grandes, no pueden parar y se vuelve a sembrar pensando en lograr que esta vez el proceso llegue a feliz término. 

Llegar a Las Iglesias para preparar a la comunidad en el aprendizaje de la Estrategia comunitaria para la evaluación de daños y pérdidas, se constituye una novedad y es una de las cuatro metodologías que conforman el Sistema Nacional de Evaluación de Daños y Pérdidas frente a emergencias para el sector agropecuario en Colombia (SED&P). Las otras tres metodologías son: La Herramienta para evaluación de daños y pérdidas a nivel de unidades productivas agropecuarias (UPA), el Sistema de Vigilancia de la Sequía (ASIS), y la tecnología UAS/Drone para la captura de información con fotogrametría, las cuales permiten la captura de información efectiva y eficiente contribuyendo al conocimiento detallado en caso de presentarse emergencias asociadas a eventos amenazantes, facilitando así la toma de decisiones por los actores responsables de estas e involucrando a los afectados. 

En este momento las comunidades e instituciones que han participado de manera cercana en el proceso han sido: el municipio de El Dorado en el departamento del Meta, donde se llevó a cabo el primer piloto con la tecnología UAS/Drone capturando información de cultivos afectados por el desbordamiento del río Ariari el año pasado, las comunidades e instituciones vinculadas a la etapa de aprendizaje han sido en Pitalito departamento del Huila, Aquitania departamento de Boyacá y la vereda Las Iglesias en el departamento de Nariño. 

El esfuerzo realizado para que Colombia, pionero en la implementación y ajuste de la metodología que FAO ha desarrollado para la evaluación de daños y pérdidas con enfoque de múltiples amenazas, ha contado con el apoyo y vinculación del ICA, Agrosavia, Defensa Civil del Meta, Alcaldía de Pitalito, Secretaría de Agricultura de Nariño, Instituto Colombiano Agropecuario, Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, además de las comunidades, acciones que se han adelantado en el marco del proyecto Innovación y Gestión del Riesgo frente a multiamenazas en el campo colombiano, financiado por el Departamento de Ayuda Humanitaria (ECHO) y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR).
 

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Diana Samacá Ramírez
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