60 familias productoras agropecuarias se reunieron en el gran encuentro de inclusión financiera con enfoque diferencial. 

El convenio de la Agencia de Cooperación Italiana para el Desarrollo (AICS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP) promueve el desarrollo territorial en Mapiripán Meta, territorio PDET (Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial), por eso reunió a más de 60 familias campesinas que hacen parte de los beneficiarios del proyecto, en un espacio de integración y reconocimiento para fortalecer habilidades en el empoderamiento económico de las mujeres. 

Participaron familias que están realizando nuevas siembras a partir del apoyo del convenio, entre las que se encontraba el resguardo indígena Sikuani productores de yuca brava y familias campesinas productoras de caña panelera, maracuyá, plátano, yuca dulce y palma de aceite de manera sostenible. 

Durante el evento se realizó el taller: decálogo del empoderamiento económico de las mujeres rurales, que permitió a las familias dialogar sobre la economía del cuidado, las capacidades para el empoderamiento económico de las mujeres y la equidad de género. También se abordaron las temáticas de corresponsabilidad en el trabajo doméstico no remunerado y muestra la doble jornada que asumen las mujeres en su vida diaria, situaciones con las que se identificaron mucho las familias participantes. 

Con el acompañamiento de Amanda Romo Díaz, líder de componente socio comunitario y enfoque de género de FAO Colombia, el evento tuvo como eje principal la inclusión financiera con enfoque diferencial, para ella esto es lo más relevante del encuentro: “la corresponsabilidad en el trabajo doméstico no remunerado de los hombres, de los varones productores, es una de las conclusiones más importantes, cómo los hombres involucrados en estos procesos, empiezan a hacerse preguntas, generan reflexiones importantes que se las llevan a la casa, se las llevan al cultivo, se la llevan a la huerta, a la organización, y eso contribuye con lo que desarrollamos con las mujeres y es cómo se fortalecen internamente para ser mujeres empoderadas, activas, participativas, que logran generar poder económico para ellas, para sus comunidades y sobre todo para sus territorios”.
 

Una santandereana cacaocultora tocó el corazón de los mapiripences 

La invitada especial del encuentro fue Consuelo Rueda, una mujer campesina cacaocultora del norte de Santander, que llegó a Mapiripán a compartir su camino como mujer emprendedora rural. 

Consuelo habló del complejo camino de sustitución de cultivos ilícitos que tuvo su territorio hace 18 años, y como con el apoyo de diferentes entidades internacionales comenzaron la siembra de cacao desde donde se comenzó a generar una nueva identidad: “nos enamoramos del cacao y eso nos salvó”. 

Además, mostró la diversidad de productos transformados y artesanales que producen en su territorio a partir del cacao, en una apuesta por el empoderamiento económico de las mujeres en el corregimiento de la Quitaz, municipio de la Belleza Santander. 

Al finalizar el evento, Consuelo entregó muestras de chocolates, vino y artesanías a las familias campesinas de Mapiripán, quienes agradecieron la motivación para seguir adelante con sus cultivos y las oportunidades de comercialización que trae el proyecto. 

Las familias concluyeron lo importante que es el trabajo en equipo de hombres y mujeres tanto en las labores del hogar, así como en las labores productivas. Así mismo, la importancia de perseverar en los emprendimientos rurales, aunque haya dificultades, apostando a la innovación y transformación de los productos agrícolas. 

Jose Robinson Viuche productor de yuca dulce de la asociación Collanomapi habla del mayor aprendizaje del encuentro: “Siempre ver que nuestra familia es una asociación o una cooperativa, donde todos trabajamos como tal, nadie es jefe de nadie, todos somos socios que podemos salir adelante y dejarnos ese punto claro, ya que muchas familias carecen de ese conocimiento, no porque quizás sean malas personas, sino porque carecen de esa instrucción, eso nos dejó claro el camino que debemos seguir para que nuestra familias sea más feliz y haya una igualdad”. 

Mapiripán hace parte de los territorios PDET que apuestan por el desarrollo sostenible y hoy con el apoyo de AICS, FAO y CISP fortalecen el tejido social.
 

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