FAO en Colombia

Informe de la FAO advierte que los bosques se enfrentan a un creciente estrés climático en medio del aumento de la demanda de sus productos

23/07/2024

Roma, Italia._ El informe El Estado de los Bosques del Mundo 2024 destaca la innovación como clave para nuevos enfoques de gestión.

  • El informe advierte que el cambio climático está haciendo que nuestros bosques sean más vulnerables a factores de estrés como los incendios forestales y las plagas.
  • Manejo Forestal Comunitario, el caso de Colombia como estrategia para reducir la deforestación y la degradación de los bosques. 
     

El cambio climático está aumentando la vulnerabilidad de los bosques del mundo a factores de estrés como incendios y plagas, según una nueva publicación destacada de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que subraya la importancia de la innovación para lograr un futuro sostenible en el sector forestal. 

El informe, titulado El Estado de los bosques del mundo 2024: Innovaciones en el sector forestal hacia un futuro más sostenible, fue presentado el lunes en la 27ª sesión del Comité Forestal (COFO) que se celebra en la sede de la FAO en Roma hasta el viernes. El COFO es el máximo órgano rector de la FAO en materia forestal, encargado de identificar las nuevas cuestiones políticas y técnicas, buscar soluciones y asesorar a la FAO sobre medidas adecuadas en la materia. El tema de la reunión de este año es “Acelerar las soluciones forestales a través de la innovación”. 

El informe Situación de los bosques del mundo 2024 (SOFO 2024, por sus siglas en inglés) señala que existen pruebas que sugieren que el cambio climático está haciendo que los bosques sean más vulnerables a factores de estrés como los incendios forestales y las plagas. 

La intensidad y frecuencia de los incendios forestales están aumentando, incluso en áreas previamente no afectadas, y los incendios en 2023 liberaron aproximadamente 6,687 megatoneladas de dióxido de carbono a nivel mundial. Anteriormente, los incendios boreales eran responsables de alrededor del 10 por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono. En 2021, estos incendios alcanzaron un nuevo máximo, principalmente impulsados por una sequía prolongada que aumentó la severidad del fuego y el consumo de combustible, y representaron casi una cuarta parte de las emisiones totales de incendios forestales. 

El cambio climático también hace que los bosques sean más vulnerables a las especies invasoras, con insectos, plagas y enfermedades patógenas que amenazan el crecimiento y la supervivencia de los árboles. El nematodo de la madera del pino ya ha causado importantes daños a los pinares autóctonos en algunos países de Asia, y se prevé que algunas zonas de Norteamérica sufran daños devastadores debido a insectos y enfermedades de aquí a 2027. 

La producción mundial de madera, en tanto, se mantiene en niveles récord. Tras un breve descenso durante la pandemia de COVID-19, la producción ha vuelto a situarse en torno a los 4.000 millones de metros cúbicos anuales. 

Casi 6.000 millones de personas utilizan productos forestales no madereros, y el 70% de los más pobres del mundo dependen de las especies silvestres para obtener alimentos, medicinas, energía, ingresos y otros fines. Las previsiones indican que la demanda mundial de madera en rollo podría aumentar hasta un 49% entre 2020 y 2050. 

Frente a estos desafíos, el informe sostiene que la innovación en el sector forestal es un factor crucial para avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

“La FAO reconoce que la ciencia y la innovación son ingredientes cruciales para alcanzar soluciones basadas en los bosques”, escribió el Director General de la FAO, QU Dongyu, en el prólogo del informe. “Esta edición de SOFO informará el trabajo de la FAO para ampliar la innovación basada en la evidencia en la silvicultura. Creo que también apoyará a los miembros de la FAO y a otras partes interesadas para permitir una innovación responsable, inclusiva y esencial en el sector forestal para fortalecer la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios para un mundo mejor y un mejor futuro para todos”.
 

América Latina y el Caribe 

En la región, el documento destaca que las innovaciones están ayudando a utilizar los bosques de manera sostenible y a crear cadenas de valor verdes. Entre ellas se incluye el aprovechamiento de tecnologías digitales para mejorar la eficiencia del seguimiento de la madera y promover cadenas de suministro sostenibles en Guatemala; y la mejora de la conectividad a lo largo de las cadenas de suministro de madera para reducir el desperdicio y aumentar la viabilidad de la gestión forestal sostenible en el Brasil, Guyana, Panamá y el Perú. 

También indica que el Fondo Verde para el Clima fue la primera fuente de pagos basados en resultados de la REDD+ en el marco de un programa piloto de 500 millones de USD, que aprobó resultados de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, el Ecuador, y Paraguay (además de Indonesia). Entre las innovaciones relacionadas se incluyen el establecimiento de mercados del carbono para la compra y venta de créditos de carbono de proyectos y programas de REDD+; mecanismos de financiación como los bonos verdes; y la participación del sector privado a través de asociaciones e inversiones empresariales, entre otros.
 

Incorporación de nuevas herramientas y técnicas en los modelos existentes de manejo forestal comunitario para mejorar los resultados en materia de bosques, el caso de Colombia 

Uno de los casos analizados y presentados en el SOFO 2024 es el de Colombia, donde nuevas políticas facilitadoras y la colaboración estratégica, han contribuido a revitalizar las empresas forestales comunitarias y a reforzar la gobernanza forestal. 

A través de un nuevo modelo de la Manejo Forestal Comunitario (MFC), centrada en la gobernanza colaborativa y la inclusión de nuevas actividades como el uso de productos maderables y no maderables, incentivos financieros, la conformación de viveros y sistemas agroforestales, han contribuido en la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal. 

Un elemento clave en este nuevo modelo de MFC ha sido la Estrategia Integral de Control a la Deforestación y gestión de los Bosques, Bosques Territorios de Vida, elaborada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que bajo un enfoque integrado busca detener la deforestación, hacer frente al cambio climático, contribuir al desarrollo rural sostenible y gestionar las compensaciones entre la agricultura y la actividad forestal. 

La estrategia Bosques Territorios de Vida incluye líneas de acción centradas en el reconocimiento de la gobernanza de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales y sus prácticas tradicionales en relación con la gestión forestal sostenible, la promoción y consolidación de las cadenas de valor forestales, y la asociatividad. 

Esta estrategia que incorpora la Estrategia Nacional REDD+, ha demostrado los beneficios potenciales de incorporar la forestería comunitaria como un mecanismo para cumplir los objetivos del país en relación con el clima. Su integración en el sistema de incentivos financieros y pagos basados en los resultados ha contribuido en proporcionar una base de financiación más sostenible para el MFC; también ha ayudado a mejorar el monitoreo forestal comunitario, y a aumentar el acceso al mercado de las empresas forestales comunitarias. 

Otros enfoques innovadores para garantizar fuentes de financiación más sostenibles para el MFC incluyen la adopción de la metodología de análisis y desarrollo de mercados y la lógica de intervención del Mecanismo para Bosques y Fincas; la incorporación de una perspectiva de género y generacional; la prestación de asistencia técnica por un equipo multidisciplinario en cada sitio piloto de manejo forestal comunitario; y la contratación de organizaciones comunitarias locales para prestar servicios logísticos y técnicos para las actividades del proyecto. 

El más reciente plan nacional de desarrollo, a través de la Ley 2294 de 2023, reafirma a las concesiones forestales campesinas en el artículo 49, creando una oportunidad para la aplicación del MFC en regiones donde antes era impensable. 

Actualmente, el modelo se desarrolla en 12 departamentos (en los que predomina la deforestación y se practica el manejo forestal comunitario desde hace tiempo) y hay al menos 30 iniciativas de MFC en funcionamiento, la mayoría en la Amazonía. 

A nivel nacional, unas 271 000 hectáreas están sujetas al MFC, vinculando cerca de 3 400 familias entre Pueblos Indígenas, comunidades campesinas y afrodescendientes, con un gran potencial de ampliación gracias a la adaptación del modelo, los extensos recursos forestales del país y a la presencia de territorios colectivos con capacidad de fortalecer o consolidar la gobernanza forestal. 

La adaptabilidad y capacidad de reproducción del modelo se demostraron al pasar de cuatro proyectos piloto en cuatro departamentos en 2018, a 30 iniciativas en 12 departamentos en 2023. El modelo ofrece un considerable potencial para el desarrollo de las comunidades, al tiempo que ayuda a salvaguardar los recursos naturales; también puede contribuir a combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad a la vez que mejora la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.
 

Soluciones innovadoras 

El informe identifica cinco tipos de innovación que aumentan el potencial de los bosques para abordar desafíos globales: tecnológica, social, política, institucional y financiera. Ejemplos incluyen el potencial de la inteligencia artificial para facilitar el análisis automatizado de un vasto volumen de datos ópticos, de radar y LIDAR existentes y futuros recolectados diariamente por drones, satélites y estaciones espaciales; la adopción de madera masiva y otras innovaciones basadas en madera que pueden reemplazar productos basados en fósiles en el sector de la construcción; políticas dirigidas a involucrar a mujeres, jóvenes y pueblos indígenas en el desarrollo de soluciones locales; e innovaciones en el financiamiento del sector público y privado para aumentar el valor de los bosques en pie. 

Dado que la innovación puede crear ganadores y perdedores, el informe aboga por enfoques inclusivos y sensibles al género para garantizar una distribución justa de los beneficios entre hombres, mujeres y jóvenes de todos los grupos socioeconómicos y étnicos. El fomento de la innovación debe tener en cuenta e integrar las circunstancias, perspectivas, conocimientos, necesidades y derechos locales de todas las partes interesadas. 

El informe enumera cinco acciones facilitadoras que ayudarán a ampliar la innovación en el sector forestal: aumentar la concienciación; impulsar las habilidades, capacidades y conocimientos para la innovación; fomentar las asociaciones transformadoras; garantizar una financiación mayor y universalmente accesible para la innovación; y proporcionar un entorno político y normativo incentivador. 

También presenta 18 estudios de todo el mundo, que ofrecen una visión de las innovaciones tecnológicas, sociales, políticas, institucionales y financieras del sector forestal —y combinaciones de estas— que se están probando y aplicando en condiciones reales. 

El de Colombia es uno de los 18 estudios de casos que ilustran las diversas formas en las que la innovación en el sector forestal puede generar cambios positivos, y que serán presentados en la reunión del COFO, que se lleva a cabo en el marco de la 9ª Semana Forestal Mundial, en la que la FAO también anunciará el ganador del Premio Wangari Maathai Forest Champions de la Asociación de Colaboración sobre Bosques de 2024, y hará entrega de sus Premios a la Iniciativa de Ciudades Verdes, que destacan los logros inspiradores de las ciudades que combinan acciones en las áreas de silvicultura, agricultura o bioeconomía con uno de los dos temas seleccionados para los premios de este año: Compromiso de los jóvenes e Innovación.
 

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