El Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP) en alianza con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), la Unión Europea (UE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), desarrollaron una reunión de asamblea general en Quibdó para presentar los resultados obtenidos en la implementación del proyecto “Fortalecimiento de la Mesa Forestal del Chocó”. 

Más de cincuenta representantes del gobierno local, organizaciones de pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos, sector privado y otros actores dentro de la cadena forestal del departamento del Chocó, discutieron aspectos sobre la situación forestal del territorio; identificando cuellos de botella entorno a la gestión forestal y desarrollo de la actividad maderera. Los representantes de las comunidades locales manifestaron su entusiasmo por ser tomados en cuenta en la aplicación de los protocolos para el aprovechamiento del bosque. 

Dentro de las principales oportunidades, se encuentra la modernización de la gestión forestal desde la autoridad ambiental regional y el desarrollo de asociaciones u organizaciones del sector privado para generar demanda de madera legal para sus procesos de transformación e industria. En ese sentido, Yoileth Ibarguen Mosquera, Subdirector de Calidad y Control Ambiental de la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó (CODECHOCO), sostuvo que ahora cuentan con nuevas herramientas, como un plan de ordenación forestal, principal instrumento técnico para guiar la gestión forestal del mismo. 

A través de acciones desarrolladas en los municipios de Rio Sucio, Quibdó y Bahía Solano, se encontró que el primer componente de la cadena forestal son los aserradores, quienes en un cincuenta por ciento llevan más de 20 años en la actividad, por lo que representantes del sector privado manifestaron la necesidad de mejorar las condiciones laborales y el bienestar de los trabajadores del bosque, para que cada labor no sea solo de sobrevivencia sino de mejoramiento de la situación económica de las familias. Cabe destacar que “no existe una cultura forestal propiamente dicha, puesto que no se trabaja solo en el bosque, sino que, en un cincuenta por ciento, se complementa la actividad forestal, con actividades de la agricultura”, explicó David Perez Abadia de la Universidad Tecnología del Choco, y parte del equipo técnico de la Mesa Forestal.  

“La participación comunitaria a través de las mesas forestales en el país son la plataforma ideal que facilita la implementación de la política nacional en los territorios, específicamente en los temas de legalidad, emprendimiento y equidad, dentro de la estrategia de económica forestal del actual gobierno”, indicó Leonardo Molina Suárez, enlace técnico para el Ministerio de Ambiente del PNUD, proyecto Amazonía Sostenible para la Paz. 

“Colombia, desde hace diez años viene desarrollando acciones hacia mejores prácticas de buena gobernanza forestal y avanzando en el posicionamiento de espacios de diálogo técnico con miras a obtener incidencia política a nivel nacional. Siendo las comunidades locales, el sector privado y autoridades en el nivel territorial, los llamados a la articulación y económica forestal. Finalmente, el primer eslabón de la cadena forestal se encuentra en los territorios, donde están los bosques naturales y las comunidades que viven de él”, sostuvo Nhaydú Bohórquez, Coordinadora del Programa FAO-UE FLEGT en Colombia. 

El Programa FAO-UE FLEGT, financiado por la UE y los gobiernos de Suecia y Reino Unido, ayuda a garantizar que la madera aprovechada y comercializada en el país provenga de bosques bajo el manejo forestal sostenible y responsable, generando bienestar humano, seguridad alimentaria y la preservación y buen uso de los recursos naturales. 

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