FAO en Cuba

Nuevo proyecto busca mejorar la resiliencia ante eventos climáticos para la seguridad alimentaria y nutricional en Cuba

Villa Clara es una de las provincias de Cuba más afectadas por la intensa sequía. ©Vanguardia
20/12/2019

El Ministerio de la Agricultura, PMA, FAO y la Unión Europea firmaron hoy un acuerdo que beneficiará directamente a siete municipios de la región central del país

Con el objetivo de fortalecer la resiliencia comunitaria ante huracanes y sequía en siete municipios de la provincia de Villa Clara, inició oficialmente hoy el proyecto PRO-ACT, iniciativa conjunta entre el Ministerio de la Agricultura (MINAG), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que cuenta con financiamiento de dos millones de euros por la Unión Europea (UE).

En el acto de firma del acuerdo, Moraima Céspedes, directora de Asuntos Internacionales del MINAG, explicó que aumentar la resiliencia de las cadenas productivas y a nivel local es un asunto medular para el país, y agradeció a la UE y a las agencias de Naciones Unidas por su contribución.

Por su parte, Alberto Navarro, Embajador de la Unión Europea en Cuba, manifestó su alta satisfacción ante el lanzamiento de este proyecto innovador, que mejorará las condiciones de prevención, resistencia y recuperación sostenible de los sistemas agroalimentarios en las zonas seleccionadas.

Durante los próximos tres años, PRO-ACT apoyará la disponibilidad, acceso y consumo de una alimentación diversificada y saludable que contribuya a la seguridad alimentaria y nutricional de las poblaciones más vulnerables, en territorios villaclareños doblemente afectados por una intensa sequía y por el huracán Irma en 2017: Corralillo, Quemado de Güines, Sagua La Grande, Encrucijada, Camajuaní, Remedios y Caibarién.

Estos asentamientos costeros están altamente amenazados ante el ascenso continuo del nivel del mar y requieren la recuperación de cultivos por las significativas afectaciones a los suelos y la salinización.

Paolo Mattei, Representante de PMA en Cuba, enfatizó que los eventos extremos reducen la disponibilidad de alimentos y, por tanto, inciden de manera particular en la nutrición de los grupos más vulnerables, entre los que se encuentran niños y niñas, embarazadas y adultos mayores de 65 años.

"A través de las actividades de este proyecto estaremos apoyando los sistemas alimentarios y su vínculo con las redes de protección social, para propiciar que continúen ofreciendo una dieta diversificada, nutritiva e inocua en condiciones de sequía y tras el paso de huracanes", añadió Mattei.

Entre los resultados esperados por PRO-ACT se encuentran mejorar las capacidades de productores, cooperativas y otros actores de las cadenas de valor de hortalizas y vegetales en las áreas de intervención; incrementar el acceso de preescolares y escolares de primaria asistidos por el Programa de Alimentación Escolar a una dieta diversificada y saludable; así como fortalecer el monitoreo, análisis y uso de la información generada a nivel local para la toma de decisiones en temas de seguridad alimentaria y nutricional.

“Nos alegra mucho que este proyecto responda directamente a una prioridad para un archipiélago como Cuba, tan vulnerable ante el impacto de eventos climáticos. La gestión de riesgos de desastres es clave no solo para la activación de mecanismos de respuesta, sino desde la planificación del desarrollo local y el diseño de políticas públicas”, expresó Marcelo Resende, Representante de la FAO en el país.

La firma del acuerdo entre las partes se desarrolló en el Palacio del Segundo Cabo de La Habana y asistieron, además, otros representantes de varios ministerios, instituciones nacionales y organismos internacionales.

En los últimos años, Cuba enfrenta los impactos de una fuerte sequía, cuyas consecuencias afectan al 80% del territorio nacional y ocasionan muerte de ganado, disminución de la producción de leche, arroz y otros alimentos básicos para la dieta de las familias. Tal fenómeno ha sido más notable en la región central, donde residen unos 2,5 millones de personas y se concentran importantes polos productivos.

Esa misma área también fue severamente perjudicada por el huracán Irma, el cual ocasionó cuantiosas pérdidas en los cultivos, avicultura, infraestructuras de producción agrícola y reservas de víveres, reduciendo la disponibilidad de alimentos en los mercados y complejizando la situación nutricional.

La Unión Europea coopera con este proyecto en el marco de la Acción Pro-Resiliencia, la cual a nivel global apoya a sectores y grupos vulnerables a recuperarse de las crisis y contribuye con la sostenibilidad de la seguridad alimentaria.

PRO-ACT se articulará con el trabajo en Villa Clara de otro programa conjunto entre el MINAG y UE: “Apoyo estratégico a la seguridad alimentaria sostenible en Cuba”, el cual inició sus acciones en octubre y cuenta con el acompañamiento FAO y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.