FAO en Cuba

Proyecto IRES fortalece capacidades para el empoderamiento de las mujeres rurales y la restauración de ecosistemas degradados en Cuba

10/12/2021

El segundo taller para capacitar en género y salvaguardas ambientales del proyecto Incremento de la resiliencia climática de hogares y comunidades rurales a través de la rehabilitación de paisajes productivos en localidades seleccionadas de la República de Cuba” (IRES), implementado por el Ministerio de Agricultura de Cuba (MINAG), con asistencia técnica de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y financiamiento del Fondo Verde para el Clima, tuvo lugar esta semana en la sede de la Empresa de Aseguramientos y Servicios "La Catuca" del MINAG.   

Con la participación de personas beneficiarias del proyecto en las provincias de Matanzas, Villa Clara y Las Tunas, el encuentro promovió el levantamiento de información relevante para la caracterización de los municipios de intervención, la identificación de efectos diferenciados para mujeres y hombres frente al cambio climático, así como el reconocimiento de acciones concretas que permitan minimizar sus impactos adversos y cerrar las brechas de desigualdad existentes en esos territorios.   

Lucy Martin, consultora en temas de género y facilitadora del taller, compartió en una de sus intervenciones los sesgos que aún enfrentan las mujeres rurales a partir de resultados de estudios e investigaciones realizadas en Cuba durante los últimos cinco años, entre ellos: la baja incorporación al trabajo remunerado, la sobrecarga del trabajo doméstico y de cuidados, débiles condiciones para la conciliación entre la vida laboral y familiar, menor nivel educacional y conocimientos técnicos y elevada presencia de estereotipos y normas culturales sexistas.  

A partir de la construcción colectiva y el empleo de metodologías de educación popular, los grupos trabajaron en la actualización del diagnóstico municipal para la elaboración de los Planes de Acción de Género. Asimismo, identificaron organizaciones, proyectos, personas y otros actores estratégicos que puedan apoyar las acciones de intervención con un enfoque de equidad e igualdad.  

Otro momento del encuentro enfatizó en la necesidad de prestar atención e incluir a personas de diferentes géneros, etnia, clase, condición de discapacidad u orientación sexual en los mensajes y productos comunicativos derivados del proyecto.  En el análisis se mostraron ejemplos de cómo son presentadas las mujeres rurales en los medios de comunicación y se socializaron buenas prácticas para el desarrollo de una comunicación inclusiva. 

Una segunda jornada del taller se centró en la restauración de ecosistemas degradados en Cuba, desafío para el cual se analizaron los posibles riesgos al medio ambiente derivados de la implementación de IRES; entre ellos la aplicación limitada de herbicidas en el control del marabú, el manejo de especies exóticas que pueden mostrar un comportamiento invasivo y la posible degradación de los suelos debido a la utilización de maquinarias pesadas para el desbroce.  

En ese sentido, quedaron actualizados el Marco de Gestión Socioambiental del proyecto, así como su Plan de compromisos. Ambos documentos apoyarán la identificación de posibles impactos ambientales y sociales negativos, la recomendación de medidas de mitigación y la definición de acuerdos institucionales, presupuestos y mecanismos que contribuyan a minimizar los riesgos en esos municipios. 

Como resultado de la ejecución del proyecto se esperan un incremento de la captura de carbono, la regulación del ciclo hidrológico, disminución de la salinidad y erosión del suelo y el aumento de la diversidad biológica. Según, Mayra González, consultora en Evaluación y Monitoreo de la oficina de FAO en Cuba, estos beneficios contribuirán al aumento de los servicios ambientales para una mayor seguridad alimentaria y resiliencia climática.  

Primero de su tipo en Cuba aprobado por el Fondo Verde para el Clima y cuarto diseñado por la FAO en la región de América Latina y el Caribe, IRES introducirá módulos agroforestales y silvopastoriles en áreas cubiertas por marabú y pastizales degradados, en siete de los municipios más vulnerables al cambio climático: Corralillo, Quemado de Güines y Santo Domingo en Villa Clara; Los Arabos en Matanzas; y Amancio Rodríguez, Colombia y Jobabo en la provincia de Las Tunas.