FAO en Cuba

Cumple 40 años el Programa de Asistencia Técnica de la FAO en Cuba

08/06/2016

La constancia suele ser la credencial más tangible del compromiso con cualquier proyecto. Y a cuatro décadas de encender motores en Cuba el Programa de Cooperación Técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), constancia y compromiso compendian justamente  el vasto registro de es­fuerzos emanados de esa alianza.

Quizá por ello resulte difícil listar, una a una y en pocas líneas, las iniciativas labradas en es­tos 40 años, pero la clave —y denominador co­mún— muestra su esencia en las palabras de Theodor Friedrich, representante de esa agencia de las Naciones Unidas en la nación caribeña, quien resume que este programa es en sí “el proyecto más grande de la FAO en Cuba”.

A esa valoración, Friedrich añade que se trata de “una cobija bastante completa a toda el área de mandato de la FAO, con una multitud de proyectos pequeños y medianos, que han tenido sus efectos en todos los sectores”.

La Ley Forestal, por ejemplo, ha sido definitivamente un avance para el país, comenta. Tam­bién “el sector de la pesca, la ganadería, la agricultura, todo el tema de la inocuidad y calidad nutricional, la colaboración con programas alimentarios, escolares, control de plagas, respuestas a desastres. Es una suma muy abarcadora e incluye hasta políticas sectoriales, agroambientales y productivas, así como lo referido a las cadenas de valor”.

La brújula apunta ahora hacia la Agenda 2030, que —de acuerdo con Friedrich— “cambia un poco el contexto”. Y ello se sustenta en el amplio cartapacio de proyecciones que esta se plantea, teniendo como ejes los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En cuanto al fortalecimiento institucional, el representante de este organismo internacional subraya a nuestro diario cómo desde fecha muy temprana este desvelo ha sido trazado y bien articulado, a través de la cooperación de la FAO, y que ha estribado en la creación de instituciones y de capacidades.

¿Las novedades ahora en materia de proyectos? “Diría que el enfoque de la nueva Agenda de Desarrollo Sostenible nos da un marco bastante claro, enfoca algo que ha empezado años atrás y vemos que lo que hemos preparado en nuestra forma de colaboración y objetivos están en­cajando muy bien en ella”. Esto último, re­fuerza, se hace extensivo a todas las iniciativas que se gestionan actualmente —en este sentido— en la geografía cubana.

Pondera Friedrich al repasar el tema, los proyectos de políticas agroambientales, los  orientados a jóvenes rurales para combatir la falta de perspectivas en ese sector, un desarrollo más igual, y sobre todo el tema de la producción sostenible de alimentos, que es tan abarcador y que no solo se refiere a la producción de cultivos, sino a la reorganización de todos los sectores productivos en temas alimenticios —esencialmente agri­cultura y ganadería—.

Asimismo, destaca la reo­rientación de la producción hacia mayores niveles y, al unísono, “responder a los retos de los re­cursos naturales, del cambio climático, y de esta forma cambiar la manera en que manejamos nuestras tierras, en que manejamos nuestra Isla”.

De modo que, para el experto, “esta iniciativa abarca una serie de ODS y actualmente tenemos varios proyectos en ese sector —en la ga­na­de­ría, en la producción de granos— y además, estamos estrechando los lazos de cooperación y asi­stencia directa con nuestros colaboradores aquí en Cuba”.

Para nadie es noticia los pendientes de la Agricultura cubana en cuanto a ganadería se refiere. Y por ello, nuestro periódico abordó el tema, justo cuando a finales de este mes múltiples miradas se centrarán en Panamá en la Agenda Global para una ganadería sostenible.

Sobre los desafíos en ese ámbito en la Mayor de las Antillas, observó nuestro entrevistado que ciertamente se trata de “uno de los sectores más deprimidos hoy en Cuba probablemente, con una función importante para la alimentación” y clave en el desarrollo del sector ganadero, tópico que igualmente preocupa a la FAO.

“Si miramos los números grandes, por ejemplo del sector porcino, la forma de producción va bastante bien”, asegura, y realza que su me­joría continúa in crescendo. “El gran reto es en el sector vacuno, tanto carne como leche. Allí aho­ra hay iniciativas de varios donantes de diferentes países”, además de un proyecto con mir­as a invertir en la rehabilitación de la cadena de leche y carne.

La FAO cuenta incluso con un proyecto de asistencia técnica y de apoyo a disímiles iniciativas. En este punto, nuestro interlocutor se detiene para una acotación necesaria que resume cómo llevar a la ganadería por las sendas de la sostenibilidad pautada en la Agenda en cuestión.

“Cuando hablamos de una recuperación de la producción ganadera en mira hacia los nuevos ODS, significa buscar un modo de evitar los problemas de ganadería que han existido en el pasado, comenzando con el manejo de pastos y forrajes, para la producción de alimento animal e integrar esto en una forma más ambientalmente amigable y más productiva en el contexto de la sequía actual en Cuba”, destaca.

Pero también —prosigue— hablamos de “có­mo optimizar la cadena de valor, los procesos del acopio, de la venta y la distribución de los pro­ductos, e influenciar los aspectos nutricionales y cualitativos de estos. La FAO está apoyando —y en contacto continuo— con diferentes iniciativas”, como la inherente a renovar la genética, te­ma en el que algunos países han ofrecido apoyo en torno a tipos de razas que se pueden adaptar aquí”.

“Hay una serie de actividades prometedoras”, revela con optimismo, al tiempo que alude el respaldo económico existente para esos fines. “Pero desarrollar la ganadería hasta que se vea un impacto productivo real, demora mucho más tiempo que en el sector agrícola. En los cultivos después de pocos años podemos levantar la producción para tener un impacto visual, en la ga­nadería el desarrollo del hato, de la producción, toma mucho más tiempo, prácticamente el do­ble”. Lo esperanzador radica en que “los procesos ya están marchando” y muestran buena salud.

A este mosaico de rutas y proyecciones que ya marchan con paso sólido, mientras otras nuevas se cuecen Friedrich suma en la vitalidad de las relaciones de la organización que representa y sus contrapartes nacionales, y el sistema de trabajo construido para compartir con ellas “la visión nuestra de intensificación sostenible”. Abunda, asimismo, en que están “alineando la fortaleza técnica que tiene Cuba hacia los Ob­jetivos de Desarrollo Sostenible”.

Cuando se habla del acompañamiento de esa agencia de la ONU y el alcance de su programa de cooperación en suelo cubano, se roba el protagonismo del éxito en estos años la magia de las alianzas, esa que ha sido alimento, combustible y cobija de los buenos esfuerzos que llegan para quedarse y crecer. (Por Sheyla Delgado y Lauren Céspedes. Tomado de Granma