FAO en Cuba

Proyecto FAO, MINAG y UE promueve empoderamiento de las mujeres en ciencia, tecnología e innovación en los sistemas alimentarios locales

02/05/2023

Fortalecer capacidades para el empoderamiento de las mujeres dentro de la ciencia, la tecnología y la innovación en los sistemas alimentarios locales, fue el propósito de un taller nacional realizado recientemente en Villa Clara, como parte del Proyecto “Fortalecimiento del Sistema Integrado de Gestión del Conocimiento para la seguridad alimentaria sostenible en Cuba” (CONSAS), implementado por el Ministerio de Agricultura de Cuba, con asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiamiento de la Unión Europea. 

Participaron en el encuentro representantes de la Universidad Marta Abreu de Villa Clara, los institutos de investigaciones porcinas y de viandas tropicales, Centros Universitarios Municipales (CUM), la Estación Agroforestal de Placetas y la Estación Experimental de Pastos y Forrajes en Sancti Spíritus, así como equipos técnicos municipales y puntos focales de género de los seis municipios de intervención de ese proyecto: Taguasco, Yaguajay y Sancti Spíritus en la provincia de igual nombre y Placetas, Remedios y Santa Clara en Villa Clara. 

Durante el evento se socializaron brechas en la gestión del conocimiento y la innovación para la seguridad y soberanía alimentaria y nutricional, así como retos y desafíos para alcanzar equidad de género dentro de los sistemas agroalimentarios.  

Pese a notables avances en las últimas décadas, aún existen numerosos obstáculos que frenan la incorporación de las mujeres en los procesos de ciencia e innovación. 

Aunque ellas representan un alto por ciento de las profesionales de la ciencia se encuentran en desventaja en los cargos de dirección debido sus roles de género relacionados con el cuidado y las labores familiares. Además, presentan mayores dificultades para alcanzar puestos de liderazgo y dirección en diversas esferas. 

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), ellas representan el 50% de quienes se dedican a la investigación, el 68% de los investigadores categorizados y solo el 42% de quienes ostentan categorías superiores (titular y auxiliar). 

Asimismo, se encuentran subrepresentadas en las ciencias exactas y las ingenierías, proceso que obstaculiza su participación en la gobernanza y el diseño de tecnologías. 

Otra de las brechas se relaciona con un menor acceso a tecnologías.  De acuerdo con el Servicio de Noticias para la Mujer de América Latina y el Caribe, mientras los hombres tienen un 52% más de probabilidades de estar en línea, ellas tienen un 12% menos de ser dueñas de teléfonos móviles. Asimismo, las mujeres desarrollan menos habilidades para gestionar información y acceder a conocimientos e integrarse a redes sociales digitales que aporten saberes científicos y técnicos. 

El espacio hizo hincapié en la importancia de fortalecer los sistemas locales de indicadores de ciencia que incorporen la dimensión de género, con el fin de establecer una base de evidencia más firme que permita a los hacedores de políticas evaluar y orientar sus esfuerzos en el marco de los sistemas alimentarios locales. 

Asimismo, se definió la necesidad de formar capacidades en los territorios a través de un programa de sensibilización de género dirigido a especialistas de entidades de ciencia, tecnología e innovación y fincas demostrativas del proyecto, mediante el uso de metodologías participativas fundamentadas en la educación popular. Ello permitirá a largo plazo replicar buenas prácticas para el empoderamiento de las mujeres. 

Dado el papel central que ocupan las mujeres en la ciencia, la tecnología y la innovación como ejes esenciales para un mejor desarrollo socioeconómico, es de suma importancia que participen plenamente y de manera equitativa en estas actividades. Según el informe de FAO “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios”, la reducción de las desigualdades de género en los medios de vida, el acceso a los recursos y la resiliencia en los sistemas agroalimentarios es un paso decisivo para avanzar en la igualdad de género y su empoderamiento, así como hacia sistemas agroalimentarios más equitativos y sostenibles.