Director General QU Dongyu

Los sistemas agroalimentarios como vía para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe

Por el Sr. QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

18/03/2024

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Cada dos años, la FAO celebra una conferencia regional en América Latina y el Caribe, que reúne a los 33 Miembros que tiene la Organización en la región con el fin de evaluar los progresos realizados y abordar los desafíos que se plantean en la lucha contra el hambre, la pobreza, la malnutrición y las desigualdades y a la hora de conseguir la transformación de los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.

En América Latina y el Caribe, el enfoque de la FAO relativo a los sistemas agroalimentarios ha resultado eficaz para ayudar a los países a acelerar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Según las últimas estimaciones de la FAO, en 2022 la prevalencia de la subalimentación en la región disminuyó del 7 % registrado en 2021 al 6,5 %, lo cual significa que el hambre afecta a 2,4 millones de personas menos. Sin embargo, este avance se ha producido en América del Sur (con una disminución del 7 % al 6,1 % entre ambos años), mientras que en Mesoamérica la prevalencia del hambre apenas ha variado (5 % y 5,1 %, respectivamente). En el Caribe, el número de personas subalimentadas ha aumentado, pasando de 14,7 millones en 2021 a 16,3 millones en 2022.

Estas estadísticas solo arañan la superficie de los desafíos a los que se enfrentan actualmente los sistemas agroalimentarios en la región, como son las repercusiones de la crisis climática, las disparidades económicas y la excesiva dependencia de los productos básicos.

Aunque la región es exportadora neta de alimentos y responsable del 13 % de la producción alimentaria mundial, la dependencia con respecto a las importaciones y exportaciones de productos básicos expone a sus sistemas agroalimentarios a la inestabilidad macroeconómica y geopolítica, y esta, a su vez, influye negativamente en los precios de los alimentos y los ingresos y produce unos resultados desfavorables en los ámbitos de la seguridad alimentaria y la nutrición.

La 38.ª Conferencia Regional de la FAO se celebrará en el país caribeño de Guyana del 18 al 21 de marzo de 2024. Esta conferencia constituye una gran oportunidad para que los Estados Miembros perfeccionen sus planteamientos innovadores individuales y colectivos, desarrollen una mayor capacidad de adaptarse al panorama cambiante de los sistemas agroalimentarios en toda la región —y fuera de ella— y estén preparados para posibles situaciones futuras.

Contando con la participación de los gobiernos y todos los asociados, la Conferencia tiene como objetivo consensuar planes de acción a medida para la alimentación y la agricultura y defender el derecho humano fundamental a la alimentación de manera abierta, transparente e inclusiva.

La experiencia en América Latina y el Caribe demuestra que para conseguir unos sistemas agroalimentarios sostenibles se requiere una labor multisectorial concertada. La lucha contra el hambre es un acto de responsabilidad colectiva en la que, gracias a una fructífera integración regional, se han logrado resultados tangibles. La FAO sigue trabajando a través de los foros internacionales y multilaterales pertinentes, en la región y fuera de ella, para seguir poniendo de relieve la agenda de seguridad alimentaria y acelerar las medidas encaminadas a promover la transformación de los sistemas agroalimentarios.

La implicación y el liderazgo de los Miembros de la FAO, así como los esfuerzos colectivos de todos los asociados para el desarrollo y las partes interesadas, son fundamentales. Para lograr nuestros objetivos necesitamos una visión común, una visión de futuro, unas responsabilidades y unos mecanismos de ejecución. Quisiera destacar la importancia de las colaboraciones y asociaciones en toda la región de América Latina y el Caribe.

En los últimos años se han dado grandes pasos para aunar perspectivas diversas y alcanzar un consenso regional que sirva de modelo para la labor de la Organización en la región durante el próximo bienio.

En la actualidad, la FAO está ejecutando en América Latina y el Caribe más de 400 proyectos nacionales, subregionales y regionales con los que millones de hogares se han incorporado a la cadena de valor agroalimentaria.

Además, hay pruebas de que las iniciativas mundiales de la FAO, como las iniciativas Mano de la mano, 1 000 aldeas digitales y Un país, un producto prioritario, han tenido efectos positivos en los agricultores —en especial los pequeños agricultores—, las mujeres, los jóvenes, los Pueblos Indígenas, los grupos marginados y las poblaciones rurales.

En la Conferencia Regional, la FAO centrará la atención en cuatro prioridades regionales interconectadas que reflejan las “cuatro mejoras” establecidas en el Marco estratégico de la Organización para 2022-2031: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás. Mediante dichas prioridades se pretende catalizar la transformación de los sistemas agroalimentarios al mejorar la eficiencia, la inclusión y la sostenibilidad en la producción; erradicar el hambre y promover la seguridad alimentaria y la nutrición; impulsar la gestión sostenible de los recursos naturales y la adaptación ante la crisis climática, y combatir las desigualdades y la pobreza a la vez que fomentar la resiliencia.

El Marco estratégico exhaustivo para el próximo decenio nos brinda la oportunidad de examinar de manera amplia nuestros sistemas agroalimentarios, determinar en qué áreas es preciso mejorar, y adoptar medidas adecuadas. Los Miembros se benefician de los conocimientos técnicos especializados, la asistencia y el apoyo de la FAO, tanto a través de su Sede como de sus oficinas regionales, subregionales y en los países, para garantizar una ejecución eficaz en apoyo de la Agenda 2030 y los ODS. Mi atención se centra en reforzar las oficinas de la FAO en los países para potenciar al máximo su impacto sobre el terreno y apoyar la labor de los Miembros a nivel nacional.

Nuestro principal objetivo para la región sigue estando claro: mejorar la producción de alimentos y garantizar que todas las personas tengan acceso a alimentos nutritivos, a la vez que se protegen los recursos naturales y se reducen las desigualdades, la pobreza y el hambre. Debemos producir más con menos. Con este fin, debemos aprovechar las posibilidades que ofrecen la cooperación, el comercio, la inversión y la utilización de innovaciones y tecnología dentro de la región y con otras regiones.

En la FAO hemos reajustado y reorientado nuestra labor con miras a ayudar a los Miembros a acelerar la transformación necesaria. Hemos adoptado estrategias de trabajo ágiles, ofrecido un apoyo a medida y en el momento oportuno en forma de datos y análisis, mejorado nuestra colaboración con los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, el mundo académico y las instituciones financieras internacionales, y establecido asociaciones transformadoras con todos los actores principales. Tras su reforma y reestructuración, la FAO está ahora mejor equipada y preparada para su finalidad, y ya está trabajando en pro de esta transformación en beneficio de las personas, el planeta y la prosperidad.