Director General QU Dongyu

Simposio virtual de agricultura de la OMC: El comercio agrícola en la transformación de los sistemas alimentarios -

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

02/12/2020

Simposio virtual de agricultura de la OMC: El comercio agrícola en la transformación de los sistemas alimentarios

2 de diciembre de 2020

Discurso pronunciado por el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, en la sesión inaugural

Tema: “Los sistemas alimentarios del futuro”

Traducción de la intervención pronunciada en inglés

 

Gracias, Señora Moderadora,

Excelencias, señoras y señores,

Estimados colegas y amigos:

1. Estimado hermano Alan Wolff: He escuchado su discurso con gran atención. Es un discurso en sumo grado sustantivo, exhaustivo e integral. He aprendido mucho escuchándolo.

2. Es este un simposio oportuno orientado a generar más solidaridad y más consenso entre la agricultura y el comercio.

3. Los alimentos son esenciales. Tanto pobres como ricos, jóvenes como mayores u hombres como mujeres, necesitan alimentos para sobrevivir. Los alimentos constituyen el derecho humano esencial para todos nosotros.

4. Me complace formar parte de este simposio y dirigirme a ustedes en relación con este tema tan importante. Prometí a Alan Wolff que asistiría al acto. Mi agenda de hoy, muy apretada, empezó hace una hora con una reunión informativa con el Parlamento Europeo. Me quedan a continuación otros cinco compromisos programados. Creo que la agricultura y el comercio deben ir íntimamente ligados. No debemos limitarnos a producir los alimentos.

5. En las fases más tempranas de esta pandemia dediqué todos mis esfuerzos a promover el mantenimiento de un comercio de alimentos funcional. No fue fácil durante la primera semana de marzo. Muchos países no se mostraron muy dispuestos a ello. Yo repetía que debíamos mantener abierto y funcional el comercio internacional. Mantuve con el Secretario General una conversación privada en el curso de la cual le sugerí que se comunicara con los dirigentes mundiales para que hicieran que la producción y el comercio agrícolas funcionaran al unísono. Para entonces era ya primavera, época de producir más y mantener el comercio en funcionamiento. En ese momento nadie había supuesto que la situación sería tan grave.

6. Yo nací en China. Sé que una crisis no es solo una crisis. Ciertamente, se trata de un peligro, pero también nos ofrece la oportunidad de incorporar los cambios necesarios, si nos enfrentamos a ella debidamente.

7. Hoy ustedes organizan este simposio, que tiene gran importancia. No podemos quedarnos esperando a que pase algo; debemos prepararnos con antelación e impedir que surja el peligro. El invierno es buena época para que reflexionemos en profundidad, nos refresquemos y refresquemos la mente. Señor Alan Wolff, en mi opinión usted es Director General (interino) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), aunque nadie haya presentado su candidatura. Ahora cumple, desde mi punto de vista, funciones esenciales como Director General (interino) asistiendo a muchas conferencias internacionales importantes en representación de la OMC, como por ejemplo el Grupo de los Veinte (G‑20). En eso está su contribución. La historia lo recordará y dejará constancia de usted. No serán las personas quienes dejen constancia de nosotros. Eso es lo que me lleva a tener la osadía de hacer algo. El año pasado en Berlín intercambiamos ideas y convinimos en hacer algo juntos. ¡Vale de quejas! ¡Vale de lamentos! ¡Trate de hacer algo por todos los medios!

8. El futuro de los sistemas agroalimentarios definirá también el futuro de la humanidad. Los sistemas agroalimentarios comienzan en el terreno, no en la fábrica. Si comienzan en el suelo, no cabe duda de que irán ligados al medio ambiente. Si no nos ocupamos debidamente del suelo, el agua, la contaminación y los ríos, la agricultura carecerá de base y no habrá materias primas agrícolas de calidad alta. ¿Cómo podemos producir alimentos de calidad alta? En eso se cifra la gran importancia de los sistemas agroalimentarios para definir el futuro de la humanidad.

9. En la Agenda 2030 se exige adoptar medidas para poner fin al hambre y eliminar todas las formas de malnutrición garantizando que haya cantidades suficientes de alimentos inocuos, nutritivos, asequibles y saludables a disposición de todos.

10. Primero viene contar con cantidades suficientes. Después, contar con alimentos nutritivos, asequibles y saludables. Habrá que alimentar a 10 000 millones de personas sentadas a una gran mesa: la mesa más grande del mundo. Primero debemos alimentarlas, después alimentarlas bien, a continuación hacerlo de forma sostenible y, por último, alimentarlas aplicando la diversidad alimentaria. Hay una serie de niveles distintos.

11. También se pide que este objetivo se cumpla generando a la vez el crecimiento económico y las oportunidades de empleo que hacen falta para erradicar la pobreza, reducir la desigualdad, mantener la biodiversidad y el entorno de recursos naturales y adaptarse a las crecientes tensiones derivadas del cambio climático.

12. El cambio climático es fuente de numerosas tensiones. Con ello me refiero al ámbito científico, sin ánimo de crear malentendidos e interpretaciones de sesgo político. Hablo de las tensiones bióticas y abióticas derivadas del cambio climático.

13. Necesitamos que nuestros sistemas agroalimentarios aporten seguridad alimentaria y mejor nutrición para todos, resulten sostenibles desde el punto de vista económico, sean inclusivos y ejerzan un efecto positivo sobre el clima y el medio ambiente.

14. Lamentablemente, todos sabemos que nuestros sistemas agroalimentarios actuales NO están cumpliendo estas aspiraciones. En consecuencia, urge que todos los protagonistas y asociados principales actúen.

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15. Empecemos por reconocer las numerosas dificultades que encuentran hoy los sistemas agroalimentarios.

16. Hoy padecen hambre crónica casi 690 millones de personas, lo cual supone un aumento de casi 60 millones en los últimos cinco años.

17. Una dieta saludable cuesta mucho más de los 1,90 USD diarios en que se cifra el umbral internacional de la pobreza, con lo cual resulta inasequible a más de 3 000 millones de personas de todo el mundo.

18. Si examinamos el consumo humano de energía básica a partir de alimentos amiláceos, encontramos que solo padece hambre cerca del 10 % de la población mundial. Si examinamos el nivel superior de nutrición, nos seguimos encontrando con que 3 000 millones de personas no consumen dietas saludables. La FAO y la OMC trabajan para toda la ciudadanía mundial. Naturalmente, nos centramos en los problemas del grupo vulnerable. En ese sentido, el comercio cumple dos funciones básicas. La primera consiste en mantener la accesibilidad de los alimentos básicos para todos, especialmente para la población vulnerable en época de pandemia. En segundo lugar, el 90 % de la población mundial depende en mayor medida del comercio. Cuando yo ocupaba en China el cargo de Viceministro de asuntos comerciales internacionales en materia de agricultura, abrimos el mercado a América, Chile, la Argentina y los países de África. Importamos cerezas de Chile. Las cerezas no constituyen una necesidad básica, pero forman parte de una dieta nutritiva y saludable. Van dirigidas al 90 % de la población mundial que ya ha superado el hambre.

19. La carga de la malnutrición en todas sus formas sigue constituyendo un desafío. Cerca de 144 millones de niños menores de cinco años padecen retraso del crecimiento, 47 millones padecen emaciación y 38 millones tienen sobrepeso.

20. Hemos de hacer frente a todas estas cuestiones, empezando por la transformación de los sistemas agroalimentarios, si queremos producir alimentos muy nutritivos y funcionales, como alimentos ricos en fibra y con alto contenido proteínico. Son buenos para la salud. No se pueden consumir todos los días, como ocurre con los medicamentos, pero hay que consumir alimentos y comidas básicos a diario. Debemos recordar que, por lo menos, un 90 % de la población mundial necesita alimentos nutritivos a diario.

21. Está previsto que esta situación empeore como consecuencia de la recesión económica mundial derivada de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Puede que en su estela queden subalimentadas 132 millones de personas más en 2020, lo cual amenaza con invertir el signo de los avances registrados en los dos últimos decenios.

22. A la vez, se estima que corresponde a nuestros actuales sistemas agroalimentarios hasta un 37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, en la medida en que siguen haciendo un uso excesivo de recursos naturales escasos.

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23. Todos debemos esforzarnos más por hacer frente a estas dificultades y avanzar en el logro de sistemas alimentarios sostenibles.

24. En primer lugar, debemos comprender mejor y reducir al mínimo las compensaciones recíprocas que existen entre objetivos normativos contrapuestos.

25. Por ejemplo, la adopción de tecnologías más sostenibles, aunque favorece la sostenibilidad ambiental, puede comportar unos precios de los alimentos comparativamente más altos y poner en peligro la seguridad alimentaria y la nutrición de la población pobre. ¿Cómo nos ocupamos de forma integral de la cuestión?

26. ¿Cómo nos repartimos el costo? ¿Cómo podemos hacer un uso más sensato de las subvenciones a la agricultura? El aumento de las subvenciones a la agricultura es positivo; es claro indicio de civilización. En el campo se concentra un mayor volumen de población vulnerable, ya sea en Europa, América, China o África. Necesitamos subvencionar más la agricultura. No culpemos a las subvenciones agrícolas; la principal cuestión reside en la manera de hacer un uso sensato de las subvenciones. Siempre aliento a mis colegas de la OMC a que examinen detenidamente esta cuestión. La manera de utilizar las subvenciones agrícolas sin distorsionar el comercio internacional es cometido de la OMC. Desde la óptica de los ministros de agricultura y de la FAO, necesitamos más subvenciones. Es grande la desigualdad entre las zonas rurales y las urbanas. Mi mensaje es inequívoco: no culpemos a las subvenciones agrícolas; la principal cuestión reside en la manera de someterlas a un uso sensato y eficaz.

27. Para ocuparnos de estas compensaciones recíprocas, debemos invertir en investigación y desarrollo y en infraestructura para aumentar la productividad y la eficiencia y mejorar la distribución de los ingresos, entre distintos países y dentro de cada país, a fin de elevar el poder adquisitivo. Para ello, son decisivas mejoras en los vínculos entre la investigación y la extensión, el análisis de datos y los instrumentos de reunión de datos empíricos y adopción de decisiones.

28. En segundo lugar, debemos aprovechar el poder de las tecnologías digitales para lograr cambios transformadores.

29. Por ejemplo, la integración de la robótica y los macrodatos en la agricultura ya desempeña un papel fundamental a fin de satisfacer de forma sostenible la creciente demanda de alimentos del futuro. Deben establecerse enfoques basados en el desarrollo de la calidad y las “cuatro erres” que integren un conjunto de soluciones en materia de eficiencia en relación con el agua, la tierra y los insumos agrícolas (fertilizantes, productos químicos y otros insumos).

30. Sin embargo, la mayoría de los gobiernos y agentes de los sistemas alimentarios todavía no han aprovechado el poder de estas tecnologías.

31. Para ello, debemos asociarnos y colaborar estrechamente con el sector privado a fin de promover modelos operativos inclusivos que reduzcan la brecha digital entre países y regiones.

32. En tercer lugar, debemos fortalecer la gobernanza, el capital humano y las instituciones.

33. Hemos de fomentar la capacidad de los países, pero también fortalecer nuestra capacidad de adoptar medidas colectivas para desarrollar los sistemas agroalimentarios a los que aspiramos.

34. Las medidas dirigidas a abordar estas dificultades se acelerarán mediante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios y las numerosas plataformas e iniciativas de múltiples partes interesadas que se han formado para favorecer el desarrollo de sistemas alimentarios más sostenibles.

Señoras y señores:

35. El final del plazo de 2030 para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible se aproxima con rapidez. Debemos intensificar la lucha contra los desafíos que afrontan los sistemas alimentarios y utilizar todos los medios, instrumentos y mecanismos que tengamos disponibles. No hay tiempo que perder.

36. El comercio es uno de esos instrumentos. Puede impulsar la productividad y los ingresos de los agricultores. Fomenta su participación en los mercados y las cadenas de valor y contribuye a la mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales. Construyamos una economía compartida de ámbito planetario. Cada país o región presenta ventajas propias derivadas de las condiciones naturales que favorecen la producción de determinados productos agrícolas provistos de una competitividad única en el mercado mundial.

37. El comercio no solo contribuye a reducir la escasez estacional de alimentos durante los ciclos normales de producción agrícola, sino que también ofrece un mecanismo importante para hacer frente a los déficits de producción o las perturbaciones en las cadenas de suministro que se derivan de fenómenos adversos e imprevisibles como la COVID-19.

38. El 31 de marzo, mientras se propagaba la pandemia, invité con carácter urgente a los jefes de la OMC y la Organización Mundial de la Salud (OMS) a que emitieran una declaración conjunta por la que exhortaran a los gobiernos a reducir al mínimo los efectos de las restricciones fronterizas relacionadas con la COVID-19 en el comercio de alimentos.

39. El comercio amplía la variedad de alimentos disponibles en los mercados y puede contribuir a la disminución de los precios de los alimentos, con lo cual resultan más asequibles y sostenibles en zonas problemáticas, en particular por lo que se refiere a las poblaciones más vulnerables.

40. Por último, el comercio puede cumplir un papel esencial en la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos.

41. El comercio promueve el uso de recursos naturales partiendo de las ventajas comparativas de los países, lo cual impide su sobreexplotación.

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42. La transformación de los sistemas agroalimentarios es una prioridad mundial que ocupa un lugar central en el mandato de la FAO, y el comercio es un elemento clave para que nuestros sistemas alimentarios pasen a ser más sostenibles, resilientes e inclusivos.

43. Para ello, debemos promover la coherencia de las políticas entre distintos países y dentro de cada país, promover la innovación y las tecnologías digitales y fortalecer los mecanismos de gobernanza internacionales.

44. Este 25º aniversario ofrece una excelente oportunidad de reconocer el importante papel que corresponde a la OMC al respecto.

45. También ofrece una oportunidad de plantearse las medidas necesarias para aumentar la confianza en el multilateralismo. Se trata de algo fundamental. Es urgente armonizar con fines de ajuste la producción, el comercio y el consumo a escala mundial, regional y nacional.

46. Esperamos que este simposio contribuya a entender mejor la función vital de los mercados y el comercio en la transformación de los sistemas agroalimentarios y a fomentar un diálogo y una cooperación fructíferos sobre el camino a seguir.

47. El comercio puede contribuir a fortalecer la interdependencia mutua y a construir un futuro compartido para todos nosotros. Procuremos que nuestros sistemas comerciales operen con mayor fluidez y beneficien en mayor medida a todos los Miembros. Ese es nuestro cometido. ¡Trabajemos juntos!

48. Gracias.