Director General QU Dongyu

Foro Económico Mundial: Medidas audaces en favor de la alimentación como fuerza positiva - Sesión plenaria de clausura de alto nivel

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

24/11/2020

Foro Económico Mundial: Medidas audaces en favor de la alimentación como fuerza positiva
Sesión plenaria de clausura de alto nivel

Sr. QU Dongyu, Director General, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

Transcripción del discurso de clausura

Martes, 24 de noviembre de 2020 | Reunión virtual

 

Muchas gracias, Sean.

Estuve escuchando a los panelistas con gran interés. Sus mensajes han sido muy poderosos y ofrecen mucha orientación para la acción y para propiciar un cambio fundamental.

A primera hora de esta tarde participé en los diálogos y también escuché atentamente las intervenciones. En las reuniones mantenidas con los líderes del Grupo de los Veinte (G-20) hace dos días, también escuché atentamente las palabras de diferentes dirigentes que expresaron opiniones diversas sobre la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID‑19) y la correspondiente respuesta y recuperación.

Tenemos una agenda especial para el desarrollo resiliente, inclusivo y sostenible: reconstruir mejor.

Hoy, me complace de veras aprender de ustedes. Deseo aclarar ahora que, en los últimos días, incluso desde septiembre de 2019, para ser sincero, junto con el Foro Económico Mundial y otros colegas, verdaderamente estamos pensando cada vez en mayor sintonía y tenemos realmente ideas brillantes, y ahora estamos listos para tomar medidas audaces.

A principios de este año en Davos, intercambiamos tantas ideas. Lo aprecio sobremanera. Fue excelente la intervención de Wiebe. Yo creo que ha llegado la hora de pensar de forma integral, coherente y con perspectiva histórica: si pensamos en cómo serán algunas cosas dentro de dos años, será todo muy diferente. Si pensamos en algo dentro de cinco o diez años, el mundo habrá cambiado por completo. Digamos, nueve cosechas. Y debemos pensar en dentro de 20 años, porque necesitamos al menos 20 años para que el medio ambiente cambie. Desde luego, podemos esperar que haya algunos pequeños cambios en dos, cinco o diez años. Esa fue mi experiencia en China, cuando comenzamos la rehabilitación forestal en el norte del país; deben transcurrir 20 años para ver la diferencia.

Los desafíos son enormes. Creo que todos ustedes comprenden plenamente cuáles son los verdaderos desafíos para la alimentación y los sistemas agroalimentarios. Si tomamos estos desafíos como el punto central, podemos ver muchas cuestiones relacionadas: el medio ambiente, la educación, los aspectos sociales, la agenda política y casi todo lo demás. Pero tenemos que usar uno de estos desafíos como punto central, tenemos que considerarlo el punto de partida: la alimentación y los sistemas agroalimentarios.

En primer lugar, para ser claro: los alimentos son el producto básico universal número uno. En segundo lugar, los alimentos son el bien público más importante. No se trata de un producto comercial normal. Si consideramos que los alimentos son el bien público más importante, las políticas serán diferentes, nuestra manera de funcionar será diferente.

Y la alimentación es un derecho humano fundamental. Esa fue la idea que compartí con Su Santidad el viernes pasado. Tuve una audiencia especial con él para escuchar su orientación y sus instrucciones. Me recibe una vez al año.

Los sistemas alimentarios están conectados con la agenda política mundial. Solamente se habla acerca de aspectos económicos, ambientales, sanitarios o sociales, y no es suficiente. La “política” es la prioridad número uno. Sin compromiso político, o implicación política o energía política, no se puede avanzar ni lograr soluciones. Ese es el motivo de que el Secretario General, el Sr. Guterres, desee organizar la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios. No como antes, que una nación o la FAO por sí solas organizaban una cumbre. Esa Cumbre representará el compromiso político multilateral más alto. Aprovéchenla plenamente como un gran catalizador.

Segundo, necesitamos un liderazgo sin precedentes. Eso nos permitirá promover la salud, la sostenibilidad y las características de los alimentos como bien público para los grupos vulnerables, de ingresos medianos y de ingresos altos, porque somos seres humanos. Diferentes regiones y diferentes países enfrentan desafíos diferentes. Pero primero tenemos que hacer frente a estas cuestiones: los desafíos para la seguridad alimentaria, para las personas vulnerables. Por este motivo, durante los últimos siete meses, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha escuchado por primera vez varias exposiciones informativas de la FAO, el Programa Mundial de Alimentos y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios.

Ante la crisis actual, no solo necesitamos una estrategia conjunta y concreta, sino que necesitamos también reconstruir mejor y más firmemente. En este mundo, una de cada nueve personas padece inanición, hambre o inseguridad alimentaria. Digamos que dos de cada diez personas, o el 80 % de la población total, hacen frente a dificultades para acceder a una alimentación nutritiva y saludable, entre las que podemos mencionar la obesidad o las enfermedades no transmisibles.

Vivimos en una aldea global; debemos satisfacer las necesidades de diferentes grupos de personas. Por ese motivo, hace dos días, llevé este asunto a la atención de la Cumbre de líderes del G-20 y de otros dirigentes invitados; había algo más de 30 jefes de Estado.

Creo que realmente están pensado cómo aumentar la productividad de los agricultores, reforzar el mecanismo de protección social e invertir en innovación digital a fin de lograr una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor.

Oí que algunos mencionaron la idea de producir menos. No, todavía no ha llegado el momento. Tal vez, puede ser una buena idea en teoría. Sin embargo, yo me referí a una mejor producción. Esto es, necesitamos primero una cantidad suficiente. Para el año 2050 tendremos 10 000 millones de personas que deberán estar bien alimentadas. Es un enorme desafío. Podemos decir que se puede producir más con menos, lo que sería una forma más científica de abordar el problema. Podemos reducir el consumo de productos químicos y fertilizantes, aumentando la eficiencia por medio de la innovación, la gestión y un cambio en el modelo operativo.

En estos últimos dos días hemos visto que en muchos paneles se hablaba solo de los desafíos. Pero ¿y las oportunidades? Escuché con atención el discurso de Peter Bakker. Ahora tenemos que priorizar.

Aquí hay tantos economistas. ¿Cuál es la regla básica de la economía? La utilidad marginal. Obtengan un margen de todas las acciones, sus medidas audaces, su acción decidida, las reuniones y demás. La utilidad marginal es la cuestión principal.

Por eso, cuando pensamos en cualquier medida audaz, desde ese punto de vista, creo que tenemos muchas recomendaciones, muchas iniciativas, muchas medidas. En relación con la transformación de los sistemas agroalimentarios o los sistemas alimentarios, desde la perspectiva de la utilidad marginal, la cuestión principal es reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. ¿Y cómo? La pérdida de alimentos tiene diferentes características en diferentes países: en las naciones en desarrollo, más potencial, una utilidad marginal más alta. Y el desperdicio de alimentos tiene una utilidad marginal más alta en Europa. El desperdicio de alimentos también tiene mayor utilidad marginal en las ciudades, en los países tanto en desarrollo como desarrollados. En cualquier ciudad del mundo, el desperdicio de alimentos es una importante esfera potencial que debemos observar y mejorar.

Hay tantos sectores privados. Si podemos lograr más, no solo será algo bueno para los medios de vida de los agricultores y el medio ambiente, sino que también será positivo para reducir el costo de los seguros médicos, y así sucesivamente. Por lo tanto, esa es realmente la utilidad marginal más alta.

En segundo lugar, la innovación y la política propicia; cualquier tipo de innovación, basada en las tecnologías disponibles. La semana pasada participé en una cumbre sobre el desarrollo de la bioeconomía. Se pueden usar menos insumos para producir más y mejor. Creo que la Sra. Louise Fresco mencionó que necesitamos no solo innovación técnica, sino también innovación en materia de políticas y operaciones o innovación en la gestión. La innovación es un enfoque integral.

En tercer lugar, regionalización y localización. Ya sea que se trate de la producción, el comercio o la investigación, esa es una característica fundamental de los sistemas agroalimentarios. No podemos decir que haya una solución única para todo, un conjunto para todo o un solo tiro para matar varios pájaros. ¡No! En lo que hace a los sistemas agroalimentarios, la solución pasa por la regionalización y la localización. En cualquier política, innovación o lo que sea, incluso en relación con la pérdida y el desperdicio de alimentos, la tecnología y la gestión deben ajustarse a las condiciones locales concretas.

Esas son las tres ideas resumidas que puedo compartir con ustedes. Trabajemos sobre eso. La FAO es un asociado comprometido en este camino. Le dije al Secretario General y la Enviada Especial: aprovecharemos la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios como un catalizador, como un paso adelante concreto. La alimentación y la agricultura son cuestiones para toda la vida, permanentes. Ese es nuestro mandato. Y creo que podemos apoyarla por muchos medios, aprecio su apoyo, y por eso me esfuerzo por escuchar a todos los panelistas: estoy aprendiendo de ustedes.

Aprecio especialmente al Foro Económico Mundial, ya que observan el sistema agroalimentario y reúnen a todos los actores clave. Los invito a que trabajen conmigo, con nosotros, en este largo camino con miras a volcar este debate hacia una agenda centrada en la acción y orientada a soluciones y a un mejor futuro para las personas y para el planeta gracias a sistemas agroalimentarios más nutritivos, saludables, resilientes e inclusivos.

Si hablamos de desarrollo sostenible, necesitamos una generación joven sostenible de productores y consumidores. Si no contamos con productores, elaboradores o comercializadores de alimentos sostenibles, y no solo agricultores familiares, si no tenemos una generación joven sostenible que produzca materias primas y distribuya los productos finales, no alcanzaremos los objetivos de desarrollo sostenible.

Es algo que tenemos que construir en el mundo digital. Esta pandemia nos ha forzado a acelerar y potenciar la digitalización de la economía mundial, la gestión social, la gobernanza digital y la sociedad digital.

Muchas gracias a todos los anfitriones por reunirnos aquí. Todos estamos trabajando juntos para tender una mesa en la que el mundo tenga alimentos de calidad suficiente, de alta calidad, con diversidad, facilidad de acceso, asequibilidad e igualdad. Necesitamos que todos se comprometan, se impliquen y trabajen al unísono, sin quejas y sin excusas. Déjense a sí mismos de lado. Cuando sean mayores y descansen recordando toda su vida, no tendrán nada de qué arrepentirse.

Muchas gracias.