Director General QU Dongyu

BRASIL - Reunión Ministerial del G-20 sobre Desarrollo Día 2 - Sesión: Desigualdades y cooperación trilateral Observaciones conclusivas del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

23/07/2024

Excelencias,

Señoras y señores:

Quiero dar las gracias a todos los miembros del panel por sus esclarecedoras exposiciones.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce plenamente los desafíos que plantean las desigualdades, y por esta razón el Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 es uno de los tres ODS que guían nuestro trabajo.

El Marco estratégico de la FAO para 2022-2031 busca apoyar la Agenda 2030 a través de la transformación de los sistemas agroalimentarios mundiales para que sean más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles, y poder lograr las cuatro mejoras: una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejores, sin dejar a nadie atrás.

Nos comprometemos a promover un crecimiento económico inclusivo reduciendo las desigualdades —en especial entre zonas urbanas y rurales; entre países más ricos y más pobres; y entre mujeres y hombres— para garantizar que las personas salgan del hambre de forma sostenible.

No obstante, quiero subrayar que el crecimiento económico por sí solo no producirá el efecto que buscamos para superar la desigualdad. Debemos asegurarnos de que, junto a este crecimiento económico, se ponen en marcha medidas específicas adicionales.

Además, el crecimiento económico es menos eficaz para reducir la pobreza en un contexto de mucha desigualdad y, al mismo tiempo, la desigualdad en el acceso a los bienes es un impedimento notable para el crecimiento.

Por esta razón, ¡el crecimiento económico y las políticas directamente dirigidas a reducir las desigualdades deben ir de la mano!

Sabemos que la crisis climática afecta negativamente a la desigualdad en la seguridad alimentaria y la nutrición por el declive de la productividad agrícola, la reducción de los ingresos, la aparición de problemas de inocuidad de los alimentos, perturbaciones en la distribución de los mismos, y un menor contenido en nutrientes de los cultivos y cambios en la calidad de la dieta.

También sabemos que, si las desigualdades son notables, los más vulnerables serán menos resilientes y sufrirán más estas perturbaciones.

Según el reciente informe de la FAO “El clima injusto”, en un año promedio, los hogares pobres pierden el 5 % de sus ingresos totales debido al estrés ocasionado por el calor, en comparación con los hogares más acomodados, y el 4,4 % debido a las inundaciones.

Esto es claramente una consecuencia de la escasa resiliencia y el acceso reducido a bienes e infraestructuras.

El informe de la FAO “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios” concluye que el acceso de las mujeres a la tierra, los insumos, los servicios, la financiación y la tecnología digital sigue estando por detrás del de los hombres.

Las normas y reglas sociales discriminatorias que afectan a las mujeres y las niñas son la base de la desigualdad de género, y lleva tiempo cambiarlas.

Señoras y señores:

El informe del Grupo de alto nivel de expertos confirma la existencia de fuertes desigualdades en cuanto a los resultados en materia de seguridad alimentaria y nutrición entre los distintos grupos en función del sexo, la edad, la raza o el origen étnico, la identidad indígena, la discapacidad, la ubicación geográfica y la situación socioeconómica.

También se constata que las desigualdades en los sistemas agroalimentarios son factores determinantes de las desigualdades en los resultados en materia de seguridad alimentaria y nutrición.

Es fundamental que todos trabajemos juntos para abordar los múltiples factores estructurales de las desigualdades, incluidos el acceso a la financiación, las instituciones, los mercados, las cadenas de valor y la propiedad, así como el acceso a los recursos y el control sobre ellos, la capacidad para hacer frente a las perturbaciones, la toma de decisiones y la participación y representación públicas.

La adopción del Pacto para reducir las desigualdades del Grupo de los Veinte (G-20) es una señal importante de la voluntad política necesaria para una acción colectiva que aborde estos factores.

Sigamos trabajando juntos de manera eficiente, eficaz y coherente para reducir las desigualdades en aras de un futuro más equitativo para todos.

¡Gracias!