Director General QU Dongyu

Grupo de alto nivel: Unificar las voces del mundo: hacer que la seguridad alimentaria sea una prioridad en 2024 Declaración

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

15/02/2024

Excelencias:

Señoras y señores:

Deseo agradecer a Global Citizen y a la Delegación Permanente del Brasil, así como a todos los asociados, por haber organizado este acto oportuno.

La FAO estima que aproximadamente 735 millones de personas en el mundo padecieron hambre crónica en 2022, es decir, 122 millones más que antes de la pandemia.

Los conflictos y las guerras, los fenómenos climáticos extremos y las crisis económicas nos afectan a todos.

Pero tienen un efecto negativo desproporcionado en la seguridad alimentaria y la nutrición para la población pobre y vulnerable.

La pobreza y el hambre mantienen un vínculo entre sí.

Y la desigualdad no solo aumenta la probabilidad de sufrir hambre, sino que también está relacionada con la obesidad y la deficiencia de micronutrientes, lo que contribuye a la triple carga de malnutrición.

La pobreza y la desigualdad pueden magnificar los efectos de las crisis.

Deberíamos extender los programas de protección social y ampliar las transferencias condicionales de efectivo.

Y el Brasil presenta un ejemplo exitoso en este sentido.

Pero también deberíamos seguir innovando en materia de protección social, en especial, vinculándola a las perturbaciones climáticas.

Además, tenemos que crear resiliencia para que las comunidades vulnerables puedan prevenir y afrontar las crisis y perturbaciones, en particular las mujeres, los jóvenes, los ancianos y los Pueblos Indígenas.

A largo plazo, debemos crear oportunidades para que las personas pobres aumenten sus ingresos y mejoren sus medios de vida.

La reducción de la pobreza y la desigualdad precisa de inversiones en infraestructura, digitalización, innovación y tecnologías, y, más importante aún, en capital humano, mediante la mejora de la educación y los servicios de salud.

Señoras y señores:

Se necesitarán inversiones significativamente mayores y más orientadas a fines específicos a fin de reducir el hambre, sacar a las personas de la pobreza y fomentar una producción agrícola sostenible.

En la edición de 2023 año del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI 2023) se proyectó que en 2030 padecerían hambre crónica en el mundo unos 600 millones de personas.

La transformación de los sistemas agroalimentarios costará 4 billones de USD de aquí a 2030 en los países de ingresos medios y bajos, lo que equivale a 680 000 millones de USD al año.

Esta cantidad engloba los gastos relacionados con la inversión, que ascienden a 425 000 millones de USD en promedio al año, y los 255 000 millones de USD destinados a redes de seguridad social.

Esto es lo que necesitamos para aumentar las inversiones con miras a un sector agrícola más diverso y productivo que fomente los alimentos nutritivos, que suelen ser los más afectados por los factores de alteración, como las perturbaciones climáticas y las interrupciones logísticas.

Por este motivo, deberíamos ayudar a generar crecimiento económico, proteger el medio ambiente y fomentar la equidad social y la salud.

Debemos abordar todas las dimensiones del desarrollo sostenible.

Y la agricultura, con sus vínculos con las economías rurales, el medio ambiente y la nutrición, tiene una función importante por desempeñar.

Es clave la inversión en generación de conocimientos y soluciones innovadoras mediante servicios agrícolas de investigación y desarrollo y de extensión.

La tecnología y la innovación son impulsores fundamentales del crecimiento de la productividad e indispensables en la transición hacia una vía más sostenible.

La reasignación del apoyo agrícola hacia la producción de alimentos nutritivos es esencial en la medida en que puede aumentar la disponibilidad y reducir los costos de los alimentos nutritivos y, con ello, mejorar el acceso a dietas saludables.

La readaptación del apoyo agrícola también puede brindar incentivos sólidos para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) e incrementar el acceso a dietas saludables.

Queridos colegas:

Tenemos que comprender que los sistemas agroalimentarios nos proporcionan alimentos –nuestro derecho a la alimentación– pero también contribuyen a la crisis climática y son responsables de casi el 30 % de las emisiones de GEI.

Pero si los transformamos, podemos mejorar su eficiencia, hacerlos más inclusivos, aumentar su resiliencia y hacerlos más sostenibles a fin de reducir las externalidades.

Para lograr este objetivo necesitamos un plan innovador y un conjunto de soluciones concretas a fin de apoyar el Objetivo Hambre Cero y acelerar las acciones por el clima.

Por eso, en la 28.a Conferencia de las Partes (COP 28) la FAO lanzó el Plan de actuación mundial para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 sin superar el umbral de 1,5 °C.

La finalidad del plan de actuación mundial es hacer que las acciones por el clima aceleradas puedan transformar los sistemas agroalimentarios y ayudar a lograr una buena alimentación para todos, hoy y mañana.

Y, además, el plan de actuación podría servir de catalizador para aumentar la financiación.

La FAO celebra la sinergia fructífera y la colaboración eficaz con el Gobierno del Brasil y mantiene su compromiso de brindar todo el apoyo técnico y profesional necesario para el éxito del Grupo de los Veinte (G-20) bajo la presidencia del Brasil.

Gracias.