ERC/02/4






23ª CONFERENCIA REGIONAL DE LA FAO PARA EUROPA

NICOSIA, CHIPRE, 29-31 de mayo de 2002

Tema 6 del programa

INOCUIDAD Y CALIDAD DE LOS ALIMENTOS
(Resultados del debate mantenido en la Conferencia Paneuropea
sobre Inocuidad y Calidad de los Alimentos,
Budapest, 25-28 de febrero de 2002)

1. La propuesta de convocar una Conferencia Paneuropea sobre Inocuidad y Calidad de los Alimentos se presentó en la 22ª Conferencia Regional de la FAO para Europa. Después de un proceso preparatorio, que comprendió dos reuniones de representantes de los países europeos, la FAO y la OMS celebradas en la FAO (Roma), la FAO y la OMS organizaron conjuntamente la Conferencia Paneuropea sobre Inocuidad y Calidad de los Alimentos en Budapest, del 25 al 28 de febrero de 2002. A la Conferencia asistieron 177 delegados de 46 Estados Miembros europeos de la FAO y/o la OMS (así pues, casi todos los países de la región), y 23 observadores de países miembros no pertenecientes a Europa y de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales internacionales. La participación fue de expertos de nivel superior. Tal como se había decidido en la 22ª Conferencia Regional de la FAO para Europa, las conclusiones y recomendaciones derivadas de la Conferencia Paneuropea se remitirían a la 23ª Conferencia Regional de la FAO para su examen.

2. Los objetivos de la Conferencia Paneuropea eran: a) ofrecer una plataforma para que los países europeos debatieran cuestiones relativas a la inocuidad y la calidad de los alimentos de importancia específica para la región, y b) estudiar formas de mejorar y armonizar la transparencia y fiabilidad de las cadenas alimentarías europeas con el fin de reforzar la confianza de los consumidores en los productos alimenticios.

3. Los participantes identificaron incertidumbres sobre los riesgos relativos a la inocuidad de los alimentos y la incidencia cada vez mayor de enfermedades transmitidas por los alimentos como principales preocupaciones que afectan a la salud pública y perturban la confianza de los consumidores en los productos alimentarios. Se reconoció que la falta de transparencia de los sistemas de control de los alimentos y las discrepancias en las políticas alimentarías en Europa eran las principales fuentes de condiciones desfavorables en materia de inocuidad y calidad de los alimentos, originando situaciones de riesgo ambiguas, desconfianza en los consumidores y obstáculos para el comercio internacional de productos alimenticios.

4. En particular, la Conferencia centró su atención en las oportunidades de cooperación regional para la armonización de las políticas de inocuidad de los alimentos, los avances científicos de importancia para mejorar la calidad e inocuidad de los alimentos y la mejora de los sistemas de información y comunicación sobre cuestiones relativas a la inocuidad y a la calidad de los alimentos para la región.

5. El debate se concentró en los siguientes documentos técnicos:

i) La inocuidad y calidad de los alimentos en Europa: nuevas cuestiones y problemas sin resolver
ii) Estadísticas sobre enfermedades trasmitidas por los alimentos en Europa
iii) Sistema de inocuidad de los alimentos en Polonia: situación actual y perspectivas de cambio
iv) Ejemplos de un enfoque global e integrado para el análisis de riesgos en la cadena alimentaría: experiencias y enseñanzas adquiridas
v) Cooperación institucional y científica, establecimiento de redes y creación de capacidad en la esfera de la calidad e inocuidad de los alimentos
vi) El sistema de alerta rápida de la Unión Europea para los productos alimenticios y su posible ampliación a otros países de la región
vii) Intercambio de información y establecimiento de redes:
Sistema de reconocimiento de riesgos incipientes (ERIS)
viii) Un mecanismo para el intercambio de información oficial sobre inocuidad de los alimentos y sanidad animal y vegetal
ix) Información y participación de los consumidores - comunicación interactiva sobre los riesgos para la inocuidad de los alimentos y sobre la calidad de los productos alimenticios.

6. Entre las principales conclusiones que se desprenden de la Conferencia figuran las siguientes:

a) se expresó una grave preocupación ante la situación de insatisfacción en materia de inocuidad y calidad de los alimentos en una serie de países dentro de la región;
b) los riesgos específicos relativos a la inocuidad de los alimentos y el número cada vez mayor de incidencias de algunas enfermedades trasmitidas por los alimentos se consideraron los problemas principales con efectos negativos en la confianza de los consumidores y en la salud pública;
c) la falta de transparencia en los sistemas existentes de control de los alimentos, las diferencias entre los países en cuanto a las políticas, legislación y normas relativas a los alimentos y el intercambio insuficiente de información y colaboración entre países e instituciones se identificaron como los principales obstáculos;
d) se consideró que las soluciones para estos problemas eran beneficiosas para los consumidores de los países europeos y facilitaban el comercio intraeuropeo e internacional de alimentos.

7. En las recomendaciones de la Conferencia se hizo especial hincapié en:

a) la cooperación entre países con objeto de reducir los riesgos en materia de inocuidad de los alimentos y la incidencia de las enfermedades trasmitidas por los alimentos;
b) la armonización de la legislación relativa a la calidad e inocuidad de los alimentos y los sistemas de control basados en las normas internacionales;
c) la facilitación de la participación de las partes interesadas de toda la cadena alimentaría en la mejora de la inocuidad y la calidad de los alimentos
d) los esfuerzos conjuntos de los gobiernos, organismos e instituciones y las partes interesadas, incluidos los consumidores, para mejorar la transparencia y eficacia de la producción y los sistemas de control de la inocuidad de los alimentos y mejorar la comunicación con los consumidores y sus organizaciones.

8. La Conferencia observó que existían ya experiencia y conocimientos abundantes acerca de la calidad e inocuidad de los alimentos en los países europeos y en las organizaciones internacionales y regionales. Varios países europeos señalaron que su legislación y sistemas de control, heredados del pasado, deberían reestructurarse y reforzarse para mejorar la salud pública y las condiciones del comercio internacional. En general se convino en que estos cambios se debían realizar de conformidad con las normas y acuerdos internacionales (especialmente el Codex Alimentarius, la OMC, la OIE, la CIPF). La cooperación entre los países europeos en materia de investigación, intercambio de información y alerta y respuesta coordinadas podía ser un mecanismo eficaz para mejorar las condiciones de calidad e inocuidad de los alimentos en toda la región. La creación de capacidad se consideró una prioridad importante para los países con necesidades específicas.

9. Se observó también que la FAO, junto con otros organismos internacionales pertinentes (en particular la OMS y la OIE), podía facilitar las reformas necesarias iniciando y coordinando programas de asistencia técnica y creación de capacidad sobre:

i) identificación de las necesidades específicas de Estados Miembros interesados en cuanto a la mejora de la calidad e inocuidad de los alimentos;
ii) apoyo al establecimiento en la región europea de un servicio para la mejora de la calidad e inocuidad de los alimentos fuera de la Unión Europea basado en las normas internacionales pertinentes.

10. Mediante este documento, la Secretaría trasmite las recomendaciones derivadas de la Conferencia Paneuropea a la 23ª Conferencia Regional de la FAO para Europa para su examen. Está disponible el informe completo de la Conferencia Paneuropea (documento: PEC/REP). Estas recomendaciones y el informe pertinente de la Conferencia Regional de la FAO se presentarán también al Comité Regional de la OMS para Europa en su 52ª reunión (Dinamarca, septiembre de 2002).

A. RECOMENDACIONES PRINCIPALES

A.1. Es necesario establecer y/o mejorar las redes regionales y nacionales para recoger, compilar e intercambiar información y datos sobre aspectos de la calidad e inocuidad de los alimentos, riesgos relacionados con los alimentos y contaminación de éstos y enfermedades de origen alimentario, a fin de mejorar la comparabilidad y equivalencia de las políticas y favorecer la armonización. Estas redes deberían estar vinculadas, coordinadas y abiertas a todos los países europeos.
A.2. Se requiere la colaboración para reforzar y armonizar sistemas integrados y transparentes de vigilancia, investigación de brotes, sistemas de notificación y métodos de diagnóstico en relación con la inocuidad y calidad de los alimentos.
A.3. Es necesario aumentar la cooperación entre los sectores de sanidad, agricultura, pesca y producción de alimentos, con miras a la vigilancia y el seguimiento de la inocuidad de los alimentos.
A.4. Como las discrepancias entre las políticas de inocuidad y calidad de los alimentos en toda Europa impiden a menudo introducir mejoras en la salud pública y el comercio internacional de productos alimenticios, es necesario aumentar la compatibilidad de los sistemas de inocuidad y calidad de los alimentos asegurando la equivalencia, transparencia y armonización de los reglamentos y el control en toda Europa.
A.5. Las estrategias de inocuidad de los alimentos deberían basarse en los riesgos, dando prioridad a los problemas que constituyen las amenazas más graves para la salud y a las medidas que pueden dar lugar a las mayores reducciones posibles de las enfermedades relacionadas con los alimentos.
A.6. Con el fin de evitar la duplicación y el despilfarro de recursos, debería intensificarse la cooperación entre expertos y órganos consultivos nacionales, regionales e internacionales en la esfera de la inocuidad de los alimentos.
A.7. Debería aplicarse un enfoque integrado y multidisciplinario de la inocuidad y calidad de los alimentos, con la participación de todas las partes interesadas, gubernamentales y no gubernamentales, en toda la cadena alimentaría, incluida la producción primaria.
A.8. Deberían elaborarse y coordinarse sistemas de reglamentación y control orientados a la prevención para reducir las enfermedades transmitidas por los alimentos, reducir los riesgos relacionados con la inocuidad de los alimentos y proteger el medio ambiente.
A.9. Al formular políticas, deberían tomarse en consideración otros factores legítimos, además de la evaluación de riesgos, que son motivo de preocupación para los consumidores, como por ejemplo las preocupaciones éticas y religiosas y el deseo de promover prácticas de producción de alimentos más sostenibles.
A.10. En caso de incertidumbre científica o cuando la evaluación de riesgos no sea concluyente, podrían adoptarse medidas provisionales de gestión de riesgos basadas en el principio de precaución.
A.11. Debería mejorarse y reforzarse la cooperación en materia de creación de capacidad a nivel internacional y regional, con objeto de aprovechar las experiencias y estrategias nacionales en materia de inocuidad de los alimentos y de evitar la duplicación del trabajo. Debería seguir impulsándose la iniciativa que han puesto en marcha la FAO, la OMS y la OIE, en colaboración con el Banco Mundial y la OMC, para fortalecer la capacidad en materia de inocuidad de los alimentos y sanidad animal y vegetal.
A.12. Para mejorar la inocuidad de los alimentos debería indicarse una atribución clara de responsabilidades a nivel nacional, especialmente en lo que respecta al asesoramiento científico, la evaluación de riesgos, el asesoramiento sobre políticas, la formulación de políticas, la gestión de riesgos, la reglamentación, el control, el cumplimiento y la comunicación. Se requiere un sistema eficaz de coordinación.
A.13. Se recomienda que se establezca un organismo nacional de inocuidad de los alimentos que sea independiente, transparente y eficaz, especialmente en lo que respecta al asesoramiento científico, la evaluación de riesgos y la comunicación de riesgos.
A.14. Se subrayó la necesidad de una evaluación de riesgos eficaz e independiente. En caso de que hubiera opiniones minoritarias, deberían mencionarse en el informe de la evaluación de riesgos, indicando igualmente el grado de incertidumbre. La evaluación de riesgos debería llevarse a cabo de manera independiente, abierta y transparente, y abordar riesgos nuevos o imprevistos.
A.15. En algunos casos, podría ser ventajoso, inclusive económicamente, encomendar a un único organismo la responsabilidad del seguimiento y control oficiales de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaría. Sin embargo, si la responsabilidad se divide entre dos o más organismos, debería haber una cooperación muy estrecha entre ellos. También debería impulsarse y mejorarse la cooperación a nivel regional.
A.16. Se debería dotar a los servicios oficiales de control que participan en los sistemas de inocuidad de los alimentos los recursos tanto financieros como humanos necesarios para llevar a cabo sus misiones.
A.17. Es necesario ampliar la cooperación paneuropea en los sectores de las políticas, la investigación y la enseñanza, habida cuenta de las grandes diferencias en las políticas sobre inocuidad de los alimentos y nutrición, en los conocimientos científicos y en el nivel de protección de la salud de los consumidores. Como base para la labor de creación de capacidad en estos sectores, las autoridades europeas y los institutos de investigación públicos y privados deberían reforzar su cooperación y ampliar sus actividades científicas, redes de información y estrategias de gestión de riesgos. Deberían elaborarse metodologías para prever e identificar riesgos incipientes en una etapa temprana.
A.18. Debería recurrirse a una enseñanza y capacitación mejoradas en materia de higiene de los alimentos para aumentar la competencia de los trabajadores y la eficacia de los inspectores en toda la cadena alimentaría. La educación de los consumidores debería comenzar en la escuela. La FAO, la OMS y los órganos regionales como la Comisión Europea de la UE deberían alentar a los Estados Miembros a que informen a los consumidores prestándoles asistencia en iniciativas relacionadas con la enseñanza para todas las partes interesadas en la cadena alimentaría y en campañas de sensibilización de la opinión pública.
A.19. Se necesitan consultas y debates públicos abiertos, en los que participen los consumidores y todas las demás partes interesadas, para aumentar la confianza de los consumidores en la inocuidad de los alimentos y promover un enfoque global, transparente e integrado de las políticas sobre inocuidad de los alimentos y nutrición.
A.20. El Sistema de alerta rápida para los alimentos que funciona en la Unión Europea ha demostrado ser un instrumento útil para fomentar la salud pública, la protección de los consumidores y la transparencia en el comercio internacional de alimentos. Se alienta a otros países europeos a que participen en este sistema, teniendo en cuenta los beneficios y obligaciones que lleva consigo dicha participación.
A.21. Debería hacerse pública la información sobre los resultados de todas las pruebas oficiales de seguimiento y sobre las conclusiones de las inspecciones oficiales de alimentos y otras actividades oficiales de control de alimentos, ya que la apertura y la transparencia contribuyen a reforzar la confianza del consumidor.
A.22. La FAO y la OMS deberían facilitar el establecimiento de programas regionales de información y comunicación normalizados sobre inocuidad de los alimentos. Estos programas deberían elaborarse en colaboración con los consumidores, la industria y las autoridades competentes.
A.23. Debería alentarse la creación de organizaciones fuertes e independientes de consumidores como elemento esencial del debate público. Los países europeos deberían examinar la posibilidad de adoptar nuevas metodologías para determinar las percepciones y preocupaciones de los consumidores. Es imprescindible un diálogo interactivo entre científicos, gestores de riesgos, productores y consumidores en todas las etapas del proceso decisorio como elemento fundamental para mejorar la comprensión de la evaluación, la gestión y la comunicación de riesgos.
A.24. La FAO, la OMS, la CE y los países donantes europeos deberían estudiar la posibilidad de prestar asistencia en las iniciativas de creación de capacidad y enseñanza emprendidas en los países europeos con necesidades especiales.

B. OTRAS RECOMENDACIONES

B.1. Es necesario mejorar la cantidad, calidad y oportunidad de la recopilación y notificación de datos a nivel nacional y al Programa de vigilancia de la OMS para la lucha contra enfermedades transmitidas por los alimentos en Europa. Ello puede requerir tal vez la asignación de recursos financieros y humanos para alcanzar este objetivo.
B.2. Es necesario recoger datos sobre microbiología de los alimentos para la evaluación de riesgos, que sirvan de ayuda a la Consulta de Expertos FAO/OMS sobre evaluación de riesgos relacionados con peligros microbiológicos en los alimentos (JEMRA). Se debería reforzar la capacidad nacional para llevar a cabo evaluaciones de riesgos microbiológicos, prestando especial atención a la utilización de los resultados de evaluaciones internacionales de riesgos, así como la metodología utilizada.
B.3. Se debería reforzar la capacidad nacional para llevar a cabo evaluaciones de riesgos de las sustancias químicas presentes en el suministro alimentario y realizar actividades de seguimiento y estudios imparciales para determinar los niveles y tendencias de dichas sustancias. Se debería prestar atención a la elaboración en toda Europa de modelos armonizados de notificación de datos relativos a los contaminantes químicos presentes en los alimentos como primera medida para llevar a cabo evaluaciones coherentes y comparables tanto con fines sanitarios como de establecimiento de normas, incluido el Codex Alimentarius. A este respecto, podría adoptarse la estructura de datos de SIMUVIMA/Alimentos, si no hubiera otro modelo disponible.
B.4. Deberían realizarse estudios sobre la dieta total a nivel nacional para evaluar la exposición alimentaría tanto de la población en su conjunto como de grupos vulnerables, como por ejemplo los niños, a sustancias químicas tóxicas. Se prevé que la parte de esos estudios relativa al consumo proporcionará información valiosa y será también útil en la evaluación de riesgos microbiológicos. Debería proporcionarse asistencia técnica y financiera, cuando procediera, para facilitar la realización de estudios sobre la alimentación total a nivel nacional o subregional.
B.5. Los procesos decisorios y los resultados de órganos de asesoramiento científico deben presentar el mayor grado posible de integridad: sus procedimientos deben ser transparentes y estar abiertos a todas las partes interesadas, incluidos los consumidores y las organizaciones que los representan, especialmente en lo que respecta a la selección y nombramiento de sus miembros, sus procedimientos y prácticas de trabajo, las cuestiones que han de abordar y los factores que han de tomar en cuenta en el proceso decisorio.
B.6. Debería respaldarse la labor del Codex Alimentarius como instrumento genérico para promover la armonización de normas sobre inocuidad y calidad de los alimentos en toda la región europea. Los miembros deberían establecer puntos de contacto del Codex, cuando sea necesario, y aumentar su participación en la labor del Codex Alimentarius.
B.7. Se debería introducir un control exhaustivo de la inocuidad y calidad de los alimentos a lo largo de la cadena alimentaría, incluidos controles internos de las empresas de alimentos y piensos.
B.8. Debería establecerse legalmente la responsabilidad primordial de las empresas de alimentos y piensos, dentro de los límites de sus propias actividades, con respecto a la inocuidad de sus productos.
B.9. Deberían asignarse recursos para identificar y evaluar riesgos nuevos o incipientes asociados con los alimentos. Estos riesgos podrían deberse a nuevos peligros o a un aumento de la exposición a peligros previamente identificados.
B.10. Deberían recogerse, intercambiarse y comunicarse experiencias relativas a estrategias de intervención pertinentes y eficaces para la gestión de riesgos basadas en la evaluación de riesgos.
B.11. La cooperación multilateral y bilateral en las esferas de la investigación, la creación de capacidad y la enseñanza requiere una base financiera segura para salvaguardar y promover el fomento y la mejora de la inocuidad de los alimentos en toda la región europea. Los gobiernos europeos y las organizaciones internacionales deberían tomar en consideración la inversión y el apoyo financiero para la cooperación regional en esas esferas.
B.12. Las iniciativas de cooperación relacionadas con la creación de capacidad en materia de enseñanza e información deberían concentrarse, entre otras cosas, en las normas internacionales y la investigación científica.
B.13. Deberían reforzarse las redes regionales de organizaciones nacionales de evaluación de riesgos, o crearse en caso de que no existan.
B.14. La cooperación europea en materia de investigación sobre inocuidad de los alimentos y nutrición es importante para afrontar cuestiones transfronterizas complejas relacionadas con la inocuidad de los alimentos y la nutrición y facilitar la mejora y armonización de las políticas. Debería acelerarse la aplicación de los planes de acción de la FAO y la OMS sobre alimentación y nutrición. Hace falta una red paneuropea eficaz de instituciones científicas y de investigación para apoyar y facilitar el proceso de elaboración de políticas y aumentar los conocimientos sobre inocuidad y calidad de los alimentos en toda la región.
B.15. Deberían reforzarse la educación de los consumidores en materia de inocuidad de los alimentos y nutrición y la información sobre métodos y origen de la producción de alimentos, para contribuir a aumentar la confianza de los consumidores en los productos alimenticios.
B.16. Es necesaria la comunicación a todos los niveles entre las principales partes interesadas en la cadena alimentaría, con objeto de que quienes administran empresas de alimentos y piensos comprendan los peligros y la aplicación de sistemas de prevención como el HACCP y de buenas prácticas para los distintos sectores, así como su contribución a la reducción de peligros concretos en puntos críticos de la cadena alimentaría. Para alcanzar esos objetivos, se debería incluir a las partes interesadas en los mecanismos de intercambio de información sobre alerta rápida y problemas incipientes.
B.17. Los informes de los gobiernos y los documentos sobre cuestiones de políticas presentados a organismos públicos deberían publicarse siempre en breve plazo, de manera que todas las partes interesadas puedan formular observaciones al respecto.
B.18. Todos los países deberían emprender un examen de las declaraciones comerciales relativas a la inocuidad de los alimentos y la nutrición, para asegurarse de que los consumidores reciben información exacta y no son inducidos a error.

11. La Conferencia podrá estudiar la posibilidad de refrendar las recomendaciones derivadas de la Conferencia Paneuropea sobre Inocuidad y Calidad de los Alimentos (Sección II de este documento, ERC/02/4).

12. Sobre la base de las recomendaciones mencionadas, la Conferencia tal vez desee invitar a los Estados Miembros de la Región Europea a poner en práctica las recomendaciones que se ajusten a la actuación individual de cada país. Esta actuación debería comenzar por la identificación de las necesidades específicas de cada país y tener por objeto establecer un sistema de control eficaz y transparente sobre la calidad e inocuidad de los alimentos en toda la cadena alimentaría, basado en estrategias orientadas a los riesgos, instituciones eficaces y una amplia sensibilización y participación de las partes interesadas.

13. En concreto, la Conferencia tal vez desee subrayar la importancia de la colaboración entre los países de la Región Europea, orientada, entre otras cosas, a incrementar la compatibilidad de los sistemas de control de la calidad e inocuidad de los alimentos en la región, la vigilancia a nivel europeo, el intercambio de información y la respuesta eficaz ante los peligros en materia de inocuidad de los alimentos. A este respecto, la Conferencia tal vez desee estudiar la posibilidad de establecer mecanismos apropiados para la aplicación de las recomendaciones que requieran una cooperación intrarregional.

14. La Conferencia tal vez desee pedir a la Secretaría de la FAO, en colaboración con otros organismos internacionales pertinentes, en particular con la OMS, que realice un seguimiento de las recomendaciones pertinentes con los Estados Miembros de la región. Debería darse prioridad a la puesta en marcha de programas de ayuda para la creación de capacidad en los países paneuropeos con necesidades especiales.