APÉNDICE D

DECLARACIÓN DEL DIRECTOR GENERAL



 

Señor Presidente de la Conferencia,

Señor Presidente Independiente del Consejo,

Señoras y señores Ministros,

Excelencias,

Señoras y señores:

 

            Este período extraordinario de sesiones de la Conferencia se ha convocado para acelerar la puesta en práctica de las decisiones adoptadas por los Estados Miembros tras las recomendaciones derivadas de la Evaluación Externa Independiente de la FAO.

(La reforma de la FAO)

            Los Estados Miembros, la Administración y el personal de la Organización comparten la visión de un mundo libre del hambre y la malnutrición. La agricultura y la alimentación deben contribuir a mejorar los niveles de vida de todos, especialmente las personas más pobres, y a asegurar un desarrollo económico sostenible.

            En un contexto económico y climático cada día más difícil, la FAO debe adaptarse, por tanto, a fin de responder a lo que esperan sus Estados Miembros. Tenemos que construir por este motivo a una “nueva FAO”. Esto exige de todos nosotros dedicación, determinación, buena fe, confianza mutua y un trabajo arduo.

            La FAO ha tenido el privilegio de ser objeto de un examen independiente a fondo de su gobernanza y de sus programas y prioridades, así como de sus sistemas de gestión, su administración y su estructura organizativa. Este trabajo ha sido realizado bajo la dirección de sus órganos rectores y financiado directamente por los Estados Miembros.

            Como se señala en el informe de la Evaluación Externa Independiente, el mundo se enfrenta constantemente a “nuevos desafíos a los que sólo una organización mundial con el mandato y la experiencia de la FAO puede hacer frente con legitimidad y autoridad”. Debemos redoblar ahora nuestros esfuerzos para hacer frente a los desafíos que tenemos por delante.

            Quiero manifestar mi reconocimiento a los Estados Miembros por su participación excepcional en la elaboración del informe del Comité de la Conferencia. Desearía dejar constancia de mi agradecimiento en particular al Presidente del Comité de la Conferencia, Sr. Noori-Naeini, y a los Vicepresidentes, Sra. Van Ardenne y Sr. Ngirwa. Ha llevado a cabo este difícil proceso, que ha requerido la celebración de 90 reuniones oficiales durante este año. Quisiera felicitar a los presidentes, copresidentes y vicepresidentes de los grupos de trabajo por los esfuerzos infatigables que han realizado. Quisiera agradecer por último a todos ustedes, representantes de los Estados Miembros, por todo este trabajo que han realizado en concordia. Lo que han hecho es único en la historia de las Naciones Unidas y me siento orgulloso de que la FAO se haya convertido de esta manera en una referencia en el camino de la excelencia.

            Estos esfuerzos intensos que hemos realizado durante este año han conducido a la preparación de un Plan Inmediato de Acción (PIA). Representa una hoja de ruta ambiciosa para la renovación de la FAO. Este Plan establece una visión de la FAO, de sus prioridades y de sus programas. Define su gobernanza y sus sistemas administrativos. Lleva a un cambio de la cultura y a una reestructuración organizativa. El personal de la FAO ha participado activamente en todo este proceso. Desearía por lo tanto dar las gracias a todas aquellas y aquellos que, dentro de la Secretaría, han contribuido con su esfuerzo y su perseverancia a que se lograra este resultado positivo.

            Desde la publicación del informe de la Evaluación Externa Independiente, he adoptado algunas medidas destinadas a aplicar las recomendaciones en él contenidas, en el ámbito de mis facultades. En la gestión administrativa se ha procedido a delegar facultades en la Sede y en las oficinas descentralizadas y se han simplificado diversos procedimientos. Se trataba asimismo de lograr ahorros por eficiencia por valor de 22 millones de dólares EE.UU. en relación con el Programa de Trabajo y Presupuesto (PTP) para 2008-09, conforme a las conclusiones de la última Conferencia. Por otra parte, me he comprometido a reducir en un tercio en 2008, 2009 y 2010 los puestos permanentes de la categoría de Director, que eran 120 a principios de enero de 2008. En el marco de la “reforma con crecimiento”, la mayor parte de los ahorros obtenidos gracias a esta racionalización se reinvertirá en los programas técnicos. Por último, en atención a la importancia atribuida a los aspectos psicológicos, se ha creado un Equipo integrado por funcionarios de todos los niveles de la Sede y de las regiones, al que se ha encargado promover el cambio de la cultura.

            Después de este período extraordinario de sesiones de la Conferencia, habrá que poner en marcha de modo decidido la aplicación, a lo largo de los años 2009, 2010 y 2011, del Plan Inmediato de Acción. Estoy seguro de que durante este período, podremos comprender mejor nuestros objetivos estratégicos y orientar con mayor precisión nuestras prioridades y programas. Estoy convencido de que este Plan permitirá igualmente mejorar la gobernanza y el control por los Estados Miembros, asegurando así la transparencia en el funcionamiento de la Organización y el entendimiento mutuo.

            Además, este Plan Inmediato de Acción prevé una auténtica remodelación del funcionamiento de la FAO, sobre todo mediante la reforma de sus procesos financieros y la reorganización de sus estructuras en la Sede y las oficinas descentralizadas. El Plan exigirá modificaciones de las relaciones jerárquicas y la gestión de los recursos humanos. El año 2009 se dedicará a los trabajos preparatorios detallados de la aplicación de las actividades previstas para el próximo bienio. Además, el informe final del examen exhaustivo que están realizando actualmente consultores externos deberá finalizarse durante el primer semestre de 2009.

            En el informe sobre la Evaluación Externa Independiente se señalaba que uno de los principales obstáculos para el éxito de la reforma consistía en que frecuentemente “los recursos disponibles no se corresponden con unos objetivos demasiado ambiciosos”. Para aplicar el Plan Inmediato de Acción se requieren inversiones en los ámbitos de la gobernanza, los recursos humanos, los procedimientos administrativos, la gestión y la programación, tanto en la Sede como en las oficinas descentralizadas. Los fondos necesarios para introducir los cambios previstos en el año 2009 ascienden a 21,8 millones de dólares EE.UU. Por lo tanto, hay que evitar perder tiempo. Es preciso empezar a aplicar las diversas medidas inmediatamente después de finalizar esta Conferencia. Espero que los Miembros expresen su voluntad política y su decidido apoyo a esta reforma y velen por que las contribuciones voluntarias necesarias se reciban lo más rápidamente posible. Nadie debe dudar de la magnitud de la tarea que tenemos ante nosotros.

            Se ha establecido un fondo fiduciario con objeto de recibir las contribuciones extrapresupuestarias indispensables para aplicar el Plan Inmediato de Acción en 2009.

            Deseo asegurarles mi compromiso personal, y el de todo el personal de la FAO, de introducir los cambios previstos y apoyar la “reforma con crecimiento” que ustedes han decidido.

 

Excelencias,

Señoras y señores:

 

            Pero el presente 35.º período de sesiones de nuestra Conferencia se celebra también en un momento en que el mundo se enfrenta a importantes perturbaciones: crisis financiera, crisis económica y crisis alimentaria. Ante estos grandes desafíos, debemos tomar decisiones importantes que permitan a la FAO cumplir adecuadamente su mandato.

(Situación de la inseguridad alimentaria en el mundo)

            Los últimos tres años han sido testigos de un rápido aumento de los precios de los productos alimenticios. El índice FAO de los precios de los alimentos aumentó inicialmente un 9 % entre 2005 y 2006, luego el 24 % el año siguiente y por último el 40 % durante los primeros meses de 2008. En el mes de julio, las buenas perspectivas de la producción mundial permitieron reducir los precios de los principales cereales. Los precios de los alimentos han dejado entrever ciertamente una tendencia a la baja del 14 %. Sin embargo, se observa que en septiembre de 2008 el índice de precios de los alimentos sigue mostrando una subida del 51 % con respecto a su valor de septiembre de 2006. Los precios de los insumos se han duplicado, o incluso triplicado, y han llegado a ser inasequibles para los pequeños productores agrícolas.

            La disminución de los precios de los productos alimenticios no debe interpretarse como el final de la crisis alimentaria. Esta reducción se debe a la disminución de la demanda a causa de la desaceleración económica mundial más que a un aumento suficiente de la oferta. Es necesario reconstituir las existencias de cereales. Con la disponibilidad de tan sólo 433 millones de toneladas iniciales, la relación “existencias-utilización” de cereales se halla a su segundo nivel más bajo en 30 años. Además, la disminución de los precios podría dar lugar a una reducción de la producción de alimentos en 2009/2010, lo cual llevaría a una nueva crisis alimentaria.

            En respuesta a unos precios más atractivos, los países desarrollados, que gozan de una mayor elasticidad de su oferta en relación con la demanda, han aumentado en un 11 % su producción de cereales. En cambio, los países en desarrollo han logrado tan solo un crecimiento del 0,9 %. De hecho, si no se toman en consideración China, India y Brasil, se observa que la producción de dichos países ha disminuido en realidad un 1,6 %.

            Las importaciones de productos alimenticios alcanzaron los 827 000 millones de dólares EE.UU, en 2007 y podrían ascender a 1,020 billones en 2008. Este aumento representa un incremento de los costos de las importaciones del 23 % a nivel mundial y del 35 % en el caso de los países en desarrollo.

            Las consecuencias de la crisis alimentaria son trágicas, especialmente para las familias pobres y para los pequeños productores que no llegan siquiera a garantizar su alimentación con su propia producción. A fines de 2007 y comienzos de 2008, los desórdenes desencadenados por el hambre provocaron problemas sociopolíticos en 20 países en todos los continentes.

            Los datos más recientes de la FAO relativos a la inseguridad alimentaria ponen de manifiesto que, tan solo en 2007, debido principalmente al aumento de los precios, el número de personas hambrientas en el mundo ha aumentado en 75 millones en lugar de disminuir en 43   millones como habría debido suceder de acuerdo con el compromiso contraído en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) de 1996.

            En octubre de 2008, había 36 países afectados por una situación de grave crisis alimentaria y que necesitaban asistencia urgente. De estos, 21 se encuentran en África, 12 en Asia y tres en América Latina.

 

Excelencias,

Señoras y señores:

 

(Programas e iniciativas)

            Para hacer frente a estos desafíos, es preciso no sólo eliminar el hambre que padecen 923 millones de personas hambrientas en todo el mundo, sino también duplicar la producción de alimentos. En efecto, hay que alimentar a una población actual de 6 500 millones de personas que alcanzará los 9 000 millones en 2050.

            Existen ya los planes, programas y proyectos necesarios para abordar el problema de la inseguridad alimentaria en el mundo, si bien es cierto que pueden mejorarse y actualizarse.

            Del 3 al 5 de junio pasado organizamos una Conferencia de Alto Nivel para hacer frente a la crisis alimentaria mundial. Con tal ocasión, los delegados de 181 países –entre ellos 43 Jefes de Estado y de Gobierno y más de 100 ministros– reafirmaron la necesidad de producir más, sobre todo en los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos. En la declaración de la Conferencia, aprobada por aclamación, se indicó claramente que la inversión en la producción agrícola constituía la base de toda solución duradera de la crisis alimentaria y que para ello se necesitaban recursos suficientes.

            La Cumbre del G8 celebrada en Hokaido y el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrado en Nueva York han permitido proseguir los intercambios de opiniones sobre las causas de la crisis y las respuestas a la misma.

            La FAO está aplicando diversas medidas en el marco de su iniciativa de lucha contra el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos, que se puso en marcha el 17 de diciembre de 2007. La Organización ha recibido desde entonces solicitudes de participación en este programa por parte de 79 países. La distribución de semillas y fertilizantes se ha iniciado ya o se tiene previsto iniciar en 76 de ellos. Este tipo de actividad, por lo demás, no es nuevo para la Organización, puesto que en los últimos diez años ha ejecutado 1 022 proyectos de distribución de insumos por un valor total de 931 millones de dólares EE.UU.

            Pero tengo que decir también que, frente a las expectativas de esos países, los recursos financieros disponibles para intervenir distan mucho de ser equiparables a las necesidades. Pese al entusiasmo de los discursos y los compromisos financieros anunciados por muchos países, sólo una ínfima fracción de lo que se prometió el pasado mes de junio se ha abonado. Sólo se ha recibido alrededor del 10 % de los 22 000 millones de dólares EE.UU. anunciados, que se han destinado fundamentalmente a la ayuda alimentaria de emergencia.

 

Excelencias,

Señoras y señores:

 

(Cumbre mundial sobre la seguridad alimentaria)

            La reciente crisis financiera ha hecho saltar en pedazos las certezas triunfantes de la desregulación de los sistemas internacionales de gestión económica. No es sorprendente, pues, que por iniciativa del Presidente Nicolas Sarkozy, las más altas autoridades políticas del mundo hayan reclamado una refundación del sistema financiero internacional. En este marco, la Cumbre del Grupo de los 20 se reunió la semana pasada en los Estados Unidos.

            La crisis alimentaria requiere al menos el mismo grado de atención. En efecto, al margen de sus dimensiones económicas, sociales y éticas, la crisis ha puesto claramente de manifiesto los graves riesgos que entraña para la paz y la seguridad mundiales.

            Por esta razón, he propuesto la celebración de una Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria en el primer semestre de 2009, con el fin de lograr un amplio consenso con miras a la eliminación definitiva y rápida del hambre en el mundo.

            Lancé esta idea en el Día Mundial de la Alimentación celebrado en Nueva York el pasado 23 de octubre, en presencia del Presidente Clinton, que tuvo a bien participar en este encuentro, y el Secretario General de las Naciones Unidas. Acabo de hacer la propuesta al Presidente electo de los Estados Unidos, el Sr. Barack Obama, en el mensaje de felicitación que le he enviado. Y la he sometido a la consideración de los Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados Miembros.

            La Cumbre debería garantizar una mayor coherencia en la gobernanza de la seguridad alimentaria mundial. Debería asimismo sentar las bases de un nuevo sistema de intercambios agrícolas ofreciendo a los agricultores, tanto de países desarrollados como en desarrollo, la posibilidad de ganarse dignamente la vida. En efecto, para seguir realizando sus actividades rurales, deben recibir unos ingresos comparables a los de los trabajadores de los sectores secundario y terciario en sus países respectivos. Se trata de revisar el sistema agrícola internacional que el Presidente Roosevelt y los padres fundadores habían deseado que fuera más justo y más atento a las personas malnutridas al crear la FAO. A tal propósito, debemos tener la inteligencia y la imaginación de concebir políticas de desarrollo agrícola, así como reglas y mecanismos que garanticen un comercio internacional no sólo libre sino también justo.

            Esta Cumbre debería además permitir encontrar 30 000 millones de dólares EE.UU. al año para crear infraestructuras rurales y aumentar la productividad agrícola en el mundo en desarrollo. Es preciso salvar a la humanidad del hambre en un mundo en el que, en 2007, se destinaron 365 000 millones de dólares EE.UU. a apoyar la agricultura en los países de la OCDE; en el que se gastan, en los países desarrollados y en desarrollo, 1,340 billones de dólares EE.UU. al año en armamentos; y en el que en pocos días se han podido encontrar más de 3 billones de dólares EE.UU. para tratar de resolver la crisis financiera mundial. En el período inmediato, debería preverse también la creación de un “Fondo de intervención de emergencia” a fin de disponer de capacidad para reactivar la producción en los países de bajos ingresos y altamente importadores de alimentos. Conviene evitar las situaciones en las que, pese a las reiteradas alertas de la FAO acerca de la disminución de las inversiones agrícolas en 2002 y el aumento de los precios de los alimentos y los insumos especialmente en 2007, no existían, y siguen sin existir, los medios de reacción rápida para hacer frente a estos problemas.

            Por su parte, la FAO está dispuesta a hacer todo lo posible para contribuir a la preparación, la organización y el éxito de esta Cumbre, que ha de permitir que todos los pueblos de la Tierra se beneficien del “derecho a la alimentación”, que es el más fundamental de todos los derechos humanos.

 

(Gobernanza)

            En realidad, hay que corregir el sistema actual, que genera una inseguridad alimentaria mundial a causa de las distorsiones del comercio en el mercado internacional provocadas por el apoyo a la agricultura, los derechos arancelarios y los obstáculos técnicos al comercio, así como del desequilibrio en la asignación de los recursos de la asistencia oficial para el desarrollo.

            Es necesario fortalecer también a nivel internacional la lucha contra la inseguridad alimentaria, aprovechando las estructuras y programas ya existentes. Es preciso poder concebir un sistema mundial que se adapte mejor a los nuevos desafíos de la seguridad alimentaria.

            El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS), que se estableció a raíz de la Conferencia Mundial de la Alimentación de 1974, sirve de foro para el examen y el seguimiento de las políticas y los programas relativos a la seguridad alimentaria mundial. Habiéndosele asignado el mandato con responsabilidad directa para supervisar la aplicación del Plan de acción de la CMA, el Comité examina también los principales problemas y cuestiones que afectan a la situación alimentaria mundial, supervisa las medidas adoptadas por las partes interesadas y propone las medidas necesarias para fomentar la seguridad alimentaria mundial. Mecanismo intergubernamental, el CFS también tiene carácter universal. En él pueden participar todos los Estados Miembros de la FAO y de las Naciones Unidas, así como representantes de otras instituciones internacionales, las ONG, la sociedad civil y el sector privado.

            Sin embargo, para que el CFS pueda desempeñar plenamente la función que se le ha asignado, es preciso mejorar su sistema de gobernanza de la seguridad alimentaria mundial y reforzar sus capacidades técnicas especializadas y de intervención.

            En consecuencia, el establecimiento de una red mundial de expertos de alto nivel sobre la alimentación y la agricultura deberá responder a la necesidad de fortalecer la capacidad técnica especializada del CFS mediante la presentación de un análisis científico que ponga de relieve las necesidades y los riesgos futuros. Esta red, que reunirá de 400 a 500 expertos de todo el mundo, podrá establecerse durante el año 2009 conforme a modalidades prácticas de funcionamiento comparables a las del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

            Fortaleciéndolo con la “alianza mundial para la seguridad alimentaria mundial” el CFS aumentará su credibilidad y eficacia y gozará de mayor reconocimiento al ser más operativo. Para ello deberá estar dotado de nuevas atribuciones y una capacidad de acción real que justifiquen un apoyo político reforzado por parte de los Estados Miembros.

            El CFS debe constituir un lugar de síntesis y de orientación para la formulación y la aplicación de políticas agrícolas y de seguridad alimentaria a nivel nacional, regional e internacional. Debe constituir también el lugar donde se celebren debates para velar por la coherencia del sistema mundial de seguridad alimentaria: producción para satisfacer una demanda creciente y luchar contra el hambre, productividad frente al cambio climático y la exigencia de conservar el medio ambiente, cadenas de producción e inocuidad de los alimentos, mercado internacional justo e ingresos adecuados para todos los agricultores, asignación a la agricultura de recursos financieros procedentes de la asistencia oficial para el desarrollo, de las inversiones extranjeras directas y de los presupuestos nacionales para la agricultura.

 

Excelencias,

Señoras y señores:

 

(Conclusión)

            El objetivo, en consecuencia, es reforzar la FAO para que desempeñe un papel eficaz en la seguridad alimentaria mundial. Pero es asimismo indispensable, más de 60 años después, crear un nuevo sistema de seguridad alimentaria en el mundo.

            Por lo tanto, es necesario un consenso político internacional no solo para hallar y aplicar las soluciones técnicas y económicas apropiadas a fin de afrontar los desafíos que representan el hambre y la alimentación en el mundo, sino también para renovar, reforzar y armonizar estructuras de reflexión y decisión que dispongan de poderes y medios de acción.

            Sé que este período extraordinario de sesiones de la Conferencia nos guiará por la senda de la renovación con objeto de erradicar el hambre de nuestro planeta y sentar las bases de una agricultura de conservación con miras a alimentar a la humanidad.

            Les doy las gracias por su amable atención.

 

 


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