CFS:2000/4-Sup.5



COMITÉ DE SEGURIDAD ALIMENTARIA

26º período de sesiones

Roma, 18-21 de septiembre

EXTRACTOS DEL INFORME DE LA 25ª CONFERENCIA REGIONAL DE LA FAO PARA ASIA Y EL PACÍFICO RELACIONADOS CON ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS DE LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN


I. INFORME DE LA 25ª CONFERENCIA REGIONAL DE LA FAO PARA ASIA Y EL PACÍFICO
(APRC/00/REP)

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II. SESIÓN MINISTERIAL DE LA CONFERENCIA

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24.    Se proporcionó información a la Conferencia sobre dos acontecimientos paralelos que habían organizado, conjuntamente con la misma, el Sr. Masanori Hayashi, Presidente de la Consulta sobre el comercio intrarregional, y el Sr. Mutsutami Harada, Presidente de la Consulta de ONG/OSC. La Conferencia manifestó a JA Zenchu su reconocimiento por la función de liderazgo y el apoyo prestado en la organización de la Consulta de ONG/OSC.

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V. ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS DE LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN

52.    La Conferencia consideró con carácter prioritario los temas de la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad en Asia y el Pacífico y las actividades complementarias de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación1.

53.    La Conferencia acogió con agrado las considerables mejoras en la situación del suministro alimentario registradas durante los dos años anteriores. La región se había recuperado en buena medida de los efectos negativos determinados por el fenómeno El Niño en 1997/98, así como de la crisis financiera regional. La producción de alimentos básicos había vuelto a ganar el terreno perdido; se registraba un aumento de los remanentes totales de cereales, y se habían incrementado las importaciones cerealeras netas. Posteriormente había aumentado el consumo de alimentos per capita. Sin embargo, la Conferencia reconoció que existían grandes disparidades entre los distintos países. En algunas zonas, desastres naturales y provocados por el hombre habían agravado la inseguridad alimentaria.

54.    La Conferencia observó que las nuevas estimaciones de la inseguridad alimentaria crónica indicaban un descenso del porcentaje de población desnutrida en la región, pero también un aumento de la misma en cifras absolutas. Además, muchos países de bajos ingresos con déficit de alimentos (PBIDA) no habían avanzado en medida suficiente hacia el cumplimiento del objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de reducir a la mitad el número de personas desnutridas para el año 2015. Se señaló que para alcanzar los objetivos de la Cumbre, en la región de Asia y el Pacífico el número de personas desnutridas debía descender en 14 millones por año. La Conferencia instó a los PBIDA interesados a fortalecer sus planes de acción nacionales para la aplicación de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación y otorgar la máxima prioridad al aumento de las inversiones en la agricultura y el desarrollo rural sostenibles.

55.    Los delegados reconocieron que el avance lento en el alivio de la desnutrición podía imputarse a muchos factores, que incluían, en medida creciente en los últimos años, catástrofes provocadas por el hombre. La Conferencia subrayó la importancia de que la población vulnerable se identificara, estimara y localizara en tiempo oportuno por medio de un sistema de información y cartografía sobre la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad (SICIAV). La Conferencia invitó a los donantes a trabajar con la FAO y el Grupo de Trabajo interinstitucional del SICIAV a fin de establecer o mejorar los SICIAV nacionales y regionales. Asimismo acogió con agrado la iniciativa del Gobierno de Japón y la FAO de desarrollar el SICIAV asiático.

56.    AL examinar las actividades complementarias de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, la Conferencia dedicó especial atención a los "compromisos centrados en las personas" que se habían contraído en la Cumbre (creación de entornos propicios, erradicación de la pobreza, mitigación de los efectos de catástrofes y acción colectiva para lograr la seguridad alimentaria y una nutrición equilibrada).

57.    La Conferencia observó que la crisis económica asiática había impulsado a varios países a acelerar la introducción de reformas políticas, sociales y económicas favorables al cumplimiento de los objetivos de la Cumbre. Asimismo alentó a todos los países de la región a agilizar tales reformas para lograr una participación más amplia en los sistemas de gobierno y en el desarrollo.

58.   La Conferencia estuvo de acuerdo en que un elemento precursor que revestía importancia crítica para la mitigación y erradicación de la pobreza era un flujo mayor y constante de capital hacia la agricultura y el desarrollo rural. Señaló que en este campo se registraban tres tendencias alentadoras: a) el regreso a la agricultura como sector prioritario para la generación de empleo e ingresos; b) el proceso de descentralización y delegación de responsabilidades en el desarrollo rural; y c) una distribución cada vez más eficiente de la asistencia a la población pobre.

59.   La Conferencia recomendó que la FAO siguiera fortaleciendo tres de sus programas de actividades complementarias de la Cumbre, que habían creado un entorno mucho más propicio para la inversión en los PBIDA: el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria, TeleFood y las estrategias de desarrollo agrícola y seguridad alimentaria. A este respecto, subrayó la importancia del seguimiento y evaluación continuos de estos programas. La Conferencia se congratuló con la FAO por promover la cooperación Sur-Sur en la ejecución de estos programas, e instó a los países miembros a acrecentar su compromiso con este enfoque eficaz en función de los costos para el intercambio de tecnología y conocimientos.

60.   Considerando las graves repercusiones negativas de las catástrofes naturales en las seguridad alimentaria, la Conferencia instó a los países a hacer de la prevención y mitigación de catástrofes un componente integral de la agricultura sostenible y el desarrollo rural. Recomendó, además, que la FAO incrementara su asistencia técnica a los países más afectados para la gestión de actividades en casos de desastre.

61.   La Conferencia recomendó que la FAO ayudara a los países a fortalecer sus políticas, reforzar su infraestructura y adquirir mayor capacidad para el comercio de productos básicos agrícolas en la subregión.

62.   La Conferencia señaló a la atención la posibilidad de que los pequeños agricultores tuvieran dificultades para adecuarse a los regímenes liberalizados de comercio. Exhortó a los gobiernos a que adoptaran medidas para ayudar a los pequeños agricultores a hacer frente a estos cambios, y les instó a aumentar la eficacia operativa de la decisión ministerial de brindar asistencia a los PBIDA afectados negativamente por la liberalización del comercio.

63.   Al fortalecer la investigación y desarrollo para la agricultura sostenible, la Conferencia recomendó que se prestara especial atención a esferas de importancia clave como la ordenación de los recursos naturales, los problemas de los suelos (salinización), la gestión y prevención de pérdidas postcosecha, la inocuidad de los alimentos y la armonización de las políticas de producción.

64.   La Conferencia tomó nota del desarrollo del sistema de alimentos del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APS), que constituía un avance hacia una utilización más eficaz de los recursos de tierra, mano de obra y capital en la producción, elaboración, comercio regional y consumo de los alimentos. El sistema de alimentos de APEC se consideraba un ejemplo positivo de acción común de los países de la región para abordar las cuestiones relacionadas con la seguridad alimentaria.

65.   En consonancia con el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, la Conferencia destacó la importancia de los enfoques participativos y de potenciar la capacidad de acción de la población vulnerable. Recomendó que los países otorgaran particular atención a las inversiones y las políticas comerciales en favor de la población pobre.

66.   La Conferencia observó la contribución creciente que aportaban a la seguridad alimentaria las personas que emigraban dentro de sus países y de un país a otro, e instó a todos los países a mejorar la gestión, educación y protección de los trabajadores migratorios y de sus familias.

67.   La Conferencia reconoció que la inseguridad alimentaria no existía únicamente en los países en desarrollo. Recomendó que en los exámenes futuros se tuvieran en cuenta las cuestiones relacionadas con la inseguridad alimentaria en los países desarrollados de la región.

68.   La Conferencia subrayó la importancia de la investigación y desarrollo sobre agricultura sostenible. Recomendó que los países fortalecieran sus sistemas nacionales de investigación agrícola y reforzaran su función en el ámbito del grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Nacional (GCIAI).

69.   La Conferencia tomó nota con satisfacción de la eficaz labor desempeñada por la FAO para garantizar la coherencia entre las organizaciones internacionales y regionales competentes, las organizaciones no gubernamentales y otras entidades que se ocupaban de la alimentación y la agricultura. Alentó a la FAO a mantener y fortalecer tal colaboración y a contribuir con sus conocimientos y experiencia al debate en otros foros internacionales.

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1 APRC/00/3.