Comercio y mercados
 

Tendencias e impactos de la inversión extranjera en la agricultura de los países en desarrollo – Datos de estudios de casos

Para mantener la producción de alimentos al ritmo de la creciente demanda, la FAO estima que se necesitan inversiones netas del orden de los 80 mil millones de USD ya que los ingresos aumentan y en 2050 la población superará los 9 mil millones de habitantes. Hoy los inversores tienen un gran interés en aprovechar los altos precios internacionales de los alimentos y buscan activamente oportunidades para invertir en los países en desarrollo, principalmente donde abundan los recursos naturales. En 2006-08, las corrientes de inversión extranjera directa (IED) hacia los países en desarrollo se duplicaron, pero el porcentaje destinado al sector agroalimentario es pequeño – menos del 5 por ciento de la IED total. La mayor parte se destina a actividades derivadas (procesamiento y distribución) y menos del 10 por ciento a la producción agrícola primaria.

Ejemplos de inversión agrícultura

 El volumen Trends and impacts of foreign investment in developing country agriculture (Tendencias e impactos de la inversión extranjera en la agricultura de los países en desarrollo) se basa sobre ejemplos de inversiones agrícolas en nueve países en desarrollo de África, Asia y América Latina. En él se examinan las tendencias registradas en la IED agrícola y sus impactos económicos, sociales y ambientales a nivel nacional y local, así como los factores que los determinan. En cuanto a la búsqueda de proyectos universales que permitan inversiones ‘ventajosas para todos’ y no ‘neocolonialistas’, en el informe se presenta un argumento convincente sobre la ‘inexistencia de una solución válida para todos los casos’. En una vasta gama de modelos empresariales inclusivos, con diversos niveles de participación de los agricultores locales, se ve la necesidad de que en contextos diferentes se apliquen modelos diferentes.


Aunque no se identifica una solución única para inversiones ‘ventajosas para todos’, se indica que cuentan con buenas posibilidades de éxito los proyectos de inversión extranjera que combinen los aspectos positivos de los inversores (capital, competencias en materia de gestión y comercialización, tecnología) con los de los agricultores locales (mano de obra, tierras, conocimientos locales). Y que, además, son particularmente prometedoras las inversiones que dan a los productores locales una función activa y les dejan el control sobre sus tierras, por ejemplo los programas de agricultura contractual o de producción por contrata.

Las leyes e instituciones nacionales son fundamentales

En cambio, los estudios de casos sobre las adquisiciones de tierras en gran escala muestran que las comunidades locales se benefician poco de dichos acuerdos, salvo en algunos casos, quizás, en materia de generación de empleo. También se han observado algunos efectos negativos en la reserva de recursos naturales, tales como tierra, agua, bosques y biodiversidad. Aunque el modelo operativo desempeña una función en el grado de penetración de la IED y en sus efectos en los agricultores y en la economía local, hay otros factores que pueden ser igualmente importantes. Por ejemplo, la situación social y económica de la zona de inversión, el perfil y las motivaciones de los agricultores y de los inversores, el marco jurídico y, por último, la capacidad de las instituciones locales y nacionales para aplicar eficazmente el imperio de la ley.