Los ministros de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, Juan Guillermo Zuluaga; de Agricultura y Ganadería de Ecuador, Rubén Flores; y, de Agricultura y Riego de Perú, Gustavo Mostajo se comprometieron a reactivar el trabajo emprendido en la IV Reunión del Consejo Andino de Ministros de la Región Andina, efectuada en junio de 2013.

Este punto es el primero de los siete que contiene el acta suscrita por los ministros de Agricultura de los tres países andinos, quienes además manifestaron reconocer los desafíos y oportunidades que representa la demanda creciente de alimentos a escala mundial y la necesidad de fomentar sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos.

También acordaron dar una alta prioridad a la Agricultura Familiar, dentro de las políticas públicas del sector agrícola y para el desarrollo rural. Además, señalaron el fortalecimiento del diálogo entre los ministerios y la sociedad civil para intercambiar experiencias de diseño de políticas e investigaciones subregionales.

Los ministros consideraron la necesidad de reactivar el mecanismo de reuniones del Consejo Andino de Ministros de Agricultura y fortalecer el Comité Andino Agropecuario; dar seguimiento al comercio subregional para prevenir prácticas distorsivas y donde se evalúen las sensibilidades propias, así como invitar al Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia a sumarse a esta iniciativa.

El ministro Rubén Flores consideró importante mantener estos espacios de diálogo para capturar la oportunidad que tiene América Latina, en el contexto mundial, como potencial abastecedora de alimentos para alrededor de 2.300 millones de personas adicionales que habitarán el planeta en los próximos 30 años.

De esta manera, dijo, se podrá contribuir a solucionar el problema de la desnutrición y pobreza, pero además puede aportar para lograr la meta de Hambre Cero en el marco del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.

El ministro Juan Guillermo Zuluaga manifestó que esta reunión les permitió evaluar los avances de la Agricultura Familiar campesina de la Región Andina, y agradeció la ayuda de los organismos cooperantes, así como de los expertos.

Para el Ministro de Agricultura y Riego de Perú, la Agricultura Familiar campesina es el eje principal de la seguridad alimentaria, por lo que es prioritario darle la atención que merece, dado que tiene impactos social, económico y cultural.Agregó que este modelo de agricultura debe ser también de agronegocio, donde sea sustentable y rentable, tanto social como económicamente.

Para lograr aquello, el ministro Flores estimó que se requiere de una fuerte asociatividad, que permita que los pequeños productores tengan un volumen suficiente, caracterización de los productos y sistemas de comercialización innovadores y adaptados a la realidad del mercado.

Como parte de esta reunión, expertos del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimips), Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical-CIAT / Rikolto, analizaron estrategias para impulsar la Agricultura Familiar campesina andina.

Luiz Beduschi, Oficial de Políticas de la FAO para América Latina y el Caribe enfatizó que el trabajo en el sector rural también debería estar articulado a la creación de servicios de protección social que estén orientados a reducir la pobreza, mejorar las estructuras de empleo y generar mercados adaptados al territorio. Solo en América Latina se registran más de 30 millones de jóvenes rurales que requieren mecanismos que garanticen empleo rural para lograr su autonomía económica.

El especialista de la FAO señaló que si no se concentran mayores inversiones para la agricultura es imposible alcanzar las metas internacionales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de los cuales al menos 8 de cada 10 indicadores están vinculados al sector rural.

Los asistentes del encuentro analizaron la existencia de importantes recursos naturales que tiene la región Andina; los desafíos para encontrar mecanismos que permitan beneficiarse a los productores del potencial económico, así como la existencia de una población joven y sugirieron poner atención a la estructura de empleo y a la arquitectura institucional.