"La recuperación del sector agrícola en las zonas afectadas no solo favoreció a la reactivación de las actividades económicas de pequeños productores y  pescadores artesanales; sino también ha contribuido a garantizar la seguridad alimentaria de la población".

Al cumplirse un año del fatal terremoto ocurrido el 16 de abril de 2016, que afectó principalmente la zona costera del Ecuador; podemos ver en perspectiva la movilización de instituciones de gobierno, cientos de organizaciones de asistencia humanitaria, cooperantes internacionales, y miles de civiles que articularon sus esfuerzos para la recuperación de los sectores afectados.

Recordamos con tristeza las 671 víctimas mortales de este terrible desastre natural; así como a los hombres, mujeres y niños que tuvieron que cambiar su vida drásticamente, al perder todas sus pertenencias y medios de vida. Sin embargo, este difícil acontecimiento también evidenció el gran valor de los ciudadanos ecuatorianos, quienes se unieron de forma solidaria para extender su ayuda a los damnificados.

Las lecciones que nos dejó el terremoto nos hacen reflexionar que los procesos de respuesta en emergencias y la recuperación de medios de vida requieren de una planificación y preparación previa de acciones, con el fin de reducir el impacto negativo de posibles eventos adversos.

Para la FAO, ha sido un honor contribuir con el fortalecimiento de herramientas que permitirán mantener una óptima gestión del riesgo; así como mejorar la resiliencia de las personas vulnerables y la articulación de iniciativas que generen una atención efectiva en el menor tiempo posible.

La recuperación del sector agrícola en las zonas afectadas no solo favoreció a la reactivación de las actividades económicas de pequeños productores y  pescadores artesanales; sino también ha contribuido a garantizar la seguridad alimentaria de la población.

No podemos dejar de reconocer la valentía de las familias afectadas, quienes continúan en este proceso de recuperación. Nuestra misión aún no termina, y lograr la sostenibilidad de estas acciones, deberá responder permanentemente a un compromiso compartido entre gobierno, organizaciones sociales, cooperantes y sociedad civil.

John Preissing

Representante de la FAO en Ecuador